Sakura le dio un beso de buenas noches a Sarada y se fue hacia a la cocina.
Aún llevaba el vestido de cóctel puesto. Solo esperaba llegar a su habitación para quitárselo. Terminó de recoger unas cosas y fue hacia su cuarto. No llegaba a la cremallera del vestido, antes, Sasuke la había ayudado a subírselo. Y de qué manera… Sonrió.
- ¿Sasuke? – dijo quitándose los zapatos de tacón y dejándolos encima de esa moqueta color granate. Sasuke amaba el granate para adornar su habitación
matrimonial. Pero su color favorito era el azul, siempre el azul. Rió. ¿A que venían esos pensamientos? - ¿Sasuke? – no aparecía. – Niño, ¿Dónde estás?Anduvo descalza, buscando en el baño, en el salón, bajando las escaleras de nuevo. Pero no lo encontraba.
- Donde se habrá metido… - suspiró, entrando de nuevo en la habitación y intentando desabrocharse el vestido, otra vez.
- ¿Con que niño eh? – sintió que alguien la cogía fuerte de las manos. Tuvo un escalofrío, al notar el duro cuerpo de Sasuke.
- ¡Sasuke! Mañana quiero desayunar contigo.
- ¿Y la clínica?
Sakura se encogió de hombros.
- Soy mi propia jefa. Llevamos a Sarada a la guardería y nos vamos al sitio de al lado. Me apetece, me apetece mucho, contigo.
Sasuke sonrió.
- En serio, te amo. – él la mordió suavemente, en la mejilla. - ¿Nos casamos?
Sakura se colocó encima de él.
- ¡Si! – dijo animada. – Casémonos, Sasuke, huyamos a Egipto y planeemos una boda secreta. – Rió, malvada. – de esas que hacen los famosos.
Sasuke rió, disfrutando de las locuras que decían, entre ellos
Parecía mentira que ella tuviera ya los veintiséis y él estuviera rozando los veintinueve.
Por que se decía… que la pasión, el deseo entre una pareja, termina a los dos años de estar juntos. Y ellos dos, llevaban más de cuatro, y seguían estando de maravilla.
Más que eso, mucho más… tanto como para casarse… y escaparse a Egipto.
El amor… es locura. El amor, lo es todo.
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Sarada ~ (Sasusaku)
FanfictionLeyó una vez más el significado del nombre de su hija. A pesar de que ya habían pasado tres años y medio, le seguía fascinando, como el primer día en que la tuvo entre sus brazos. Recordó aquella temporada, con Ino, y todos esos problemas...