Capítulo 2. Autosanación.

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Me dirigí a mi habitación por unas vendas y después me dirigi hacia la enfermeria, cuando llegue, observe que la enfermera atendía a un dhampir con un brazo roto, hací que me dirigí hacia el botiquin, y tomé: agua oxigenada, algodón y pinzas, me senté en una silla y comencé cuidadosamente a retirar los pedazos de vidrio de mi mano. Cuando terminé enjuague las heridas con el agua oxigenada y sequé con el algodón.

Una buena ventaja de ser dhampir es que tu cuerpo tiene una autosanación increible, cuando había acabado, ya no manaba sangre de mis heridas, asi que solo coloqué unas cuantas vendas en mi mano.

Satisfecha con mi trabajo de enfermera, me dirigí nuevamente a mi habitación, decidí darme una ducha con agua fría.

Después que salí, retiré el vendaje de mi mano y me coloqué unos guantes de lucha, solo que no eran tan voluminosos como los de box, parecían más bien de estilo motosiclista, me puse un pantalón de mezclilla strech de algodón a color negro y una blusa deportiva color azul marino, desenrede mi cabello y lo deje suelto. Casi iba a abrir la puerta, cuando entró Jhoanna, ella era una dhampir que se encargaba de recoger mi habitación.

--¡Hola Jhoanna! --le dije contenta de ver a alguien de mi agrado.

--¡Hola princesa!, pensé que deberia tener hambre --me dijo mientras alargaba sus manos con una bandeja que contenía una malteada de fresa y un sandwich de pavo.

--La verdad es que no tengo ham...

Me interrumpió.

--Por favor princesa --Insistió.

--Está bien, gracias Jhoanna.

Recibí la bandeja y se alejó, solo bebí la malteada.

Decidí salir a correr un poco afuera del gym. Afuera ya era de noche y hacía una brisa magnífica, comencé a trotar y después aumente mi velocidad empezando a correr un poco más lejos, cuando de repente, con mi visión mejorada, noté un gracioso movimiento de hojas en un árbol, me dirigí a toda prisa hacia él y me asomé, no veía nada, cuando de repente algo saltó a mi espalda.

--¡Gato! --grite asustada y arrojé al gato de mi espalda. Por alguna extraña razón los animales odian a los dhampirs, pues no estamos tan familiarizados con ellos.

El gato saltó a un lado, mientras se erizaba y mostraba los colmillos.

--¡Síii búrlate lo que quieras de mi falta de colmillos! --le dije al gato, este me ignoró y siguió erizándose--. Tranquilo pequeño jaguar, a mi tampoco me agradas mucho.

De repente me sentí como una estúpida por estar hablando con un gato. El gato debió de haber comprendido mis pensamientos, por que me miró y se erizo una vez más antes de irse corriendo entre los matorrales.

--Corre mientras puedas, bola de pelos con colmillos --susurré mientras lo miraba alejarse.

Al girarme observé una silueta delante de mí, y sin pensármelo dos veces, le atiné un puñetazo en la nariz aún con mi mano un poco adolorida.

--¡Auch, Jade!, ¿qué te sucede? tan rápido te olvidaste de mí --dijo Isaac, cubriéndose los borbotones de sangre que salian de su nariz.

--Oh, dios mio Isaac, ¡¿acaso estas loco!?, no quería romperte la nariz --dije desesperadamente mientras buscaba con qué detenerle la sangre de la nariz.

--¡Joooder!, ahora lo sé, nunca tomes desprevenida a Jade --dijo para después poner cara de haber aprendido la lección--. Vaya golpe eh, ¡qué máquina!... oye por cierto, ¿no te duele tu mano con el porrazo de los cristales? --me preguntó de repente con rostro prudente.

--Uh- uh... ¿lo sabes?.

--Sí... Jos tuvo que cambiar por completo la pared de vidrio.

--Tengo que disculparme con él, simplemente perdí el control, y eso que siempre estoy luchando para no perder la cabeza --le dije mientras razgaba de mi blusa un trozo de tela para después dársela a Isaac--. Toma, Isaac.

--Gracias, eh... --su mirada pasó de la tela, a mi ahora descubierto abdomen--. Linda blusa, ahora es ombliguera.

--Sí, sí, sí, mejor vamos a la enfermería antes de que te desmayes como nenita --agregué con una risita mientas lo conducía hacía la enfermería.

Cuando llegamos, la enfermera Danielle lo atendió de inmediato, salí hacía fuera, pues no queria hacer mal tercio, ya había hecho suficiente con romperle la nariz. Justo cuando abrí la puerta me encontré con Josua.

--Hey Jos, eh... perdón, no debí comportarme así contigo, tú no tienes la culpa, lo lamento --le dije mientras recordaba nuestra discusión.

--Está bien Jadenisse, no pasa nada... Aunque ahora ya sé que es lo que pasa si te metes con Jade, la pared de vidrio fue reemplazada completamente --dijo mientras se le escapaba una risita.

También me reí.

--Oye emm, a propósito ¿cuando empezarás a asignar guardianes?.

--¡Oh!, que bien que me lo recuerdas, apróximadamente mañana comenzaré y les explicaré,¿vale?.

--¡Muy bien! --asentí, emocionada como un niño al que le compran un helado.

--Nos vemos princesa --dijo mientras se retiraba hacia la oficina.

--Hasta luego Jos --le dije mientas observaba como se alejaba.

Después de una hora y media salió Isaac con la nariz vendada.

--¿Y bien?.

Le pregunté.

--Solo fue una ligera fractura, solo faltarón ocho milímetros para que la nariz me llegara al cerebro --dijo despreocupado.

--¡Hey, vamos! --le dije mientras le daba un suave empujoncito a su hombro-. Fue un golpe muy preciso.

Bromée.

--Síii, lo observe... y también lo experimenté --se rió suavemente y me abrazó con un brazo.

Me reí.

--Ok, lo siento.

--Disculpas aceptadas.

Luego de conversar unos minutos con Isaac, me dirigí a mi habitación y me quedé dormida antes de que mi cabeza llegara a tocar la almohada.

Princesa Dhampir. Razas De Sangre. Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora