Capítulo 20. Segunda oportunidad.

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Cuando llegamos al hospital inmediatamente me atendió una doctora dhampir, me asignarón un cuarto para mí sola y se dedicarón a hacerme un montón de pruebas, desde pruebas de sangre hasta radiografías.

¿Mi resultado?.

Todo perfecto, no había nada malo en mí, sin embargo lo único que necesitaba era descanso, cuando me colocarón una bata pude notar que no había ninguna herida o incluso cicatriz en donde Freddy me había encajado el filoso cuchillo, la única prueba de que había sido atacada con un cuchillo al corazón, era la sangre seca en mi piel.

Después de que terminarón de checarme, me dispuse de un pequeño capricho, darme una ducha.

Cuando termine salí envuelta en una toalla, alguien se había molestado en dejarme ropa interior limpia, unos jeans y una chaqueta. Me vestí y desenrede mi cabello, en eso tocarón la puerta, me levanté y abrí, era Josua.

--¡Jos! --sin poder evitarlo, lo abracé fuertemente--. Creí que no volvería a verte.

--Me alegra ver que estés bien, Jade, fuiste muy valiente.

--¿Sabes que es lo que me hizo volver de la muerte? --le pregunté, él dudó.

--Sarah y Derek me acaban de contar todo... sin embargo ellos mismos quieren contartelo a ti.

--Entonces voy para allá.

Salí rápidamente hacia el pasillo, antes de que Josua me detuviera. Sin embargo mi escape no duró mucho, pues no tenía ni la menor idea de en qué habitación y piso se encontraban Sarah y Derek.

--Ok, me doy por vencida --dije cuando Josua me alcanzó, levanté las manos al aire.

Josua se rió y dijo;

--Te llevaré a donde están.

Comenzamos a caminar por el pasillo y tomamos un elevador, después giramos hacia la izquierda donde se extendía otro gran pasillo, seguimos caminando hasta que llegamos a una habitación.

Josua me hizo una seña, toque y abrí la puerta, adentro estaba Sarah sentada en una sillita de madera, mientras que Derek estaba recostado en una camilla.

--Eh, los dejaré solos --dijo Josua, yo solo asentí.

Entré y cerré la puerta, Derek me dió una sonrisa de lado, me acerqué a donde él estaba y le dí un beso fugaz en sus labios.

--Quiero saberlo todo --dije mientras me sentaba en el borde de la camilla.

--Está bien Jade.-- dijo Sarah mientras se levantaba de su sillita.

--Bueno --empezó Derek--. Cuando Freddy te acuchillo en el corazón, estabas muriendo y ¡moriste!, ¡realmente moriste!. Te cargué entre mis brazos y caminamos hasta llegar a una cueva, habían transcurrido alrededor de 45 minutos, o más... --Derek tomó aire y prosiguió--. Yo cargaba tu cuerpo sin vida, tus párpados estaban cerrados, tú parecías dormir, Sarah y yo estábamos destrozados, pero ella no se dio por vencida... --Derek paró de hablar cuando ví que fruncí el ceño.

--Lo siento, está bien continúa --dije.

--Bueno ella... te curó... y también te trajó de vuelta.

Me quedé en shock.

--Per... pero... Sarah --por más que intentaba no podía pronunciar palabra alguna.

--Es cierto Jade, yo te traje de vuelta, me negué a dejar que la muerte te arrastrara con ella, puse toda mi energía en mis poderes de sanación y logré que tu corazón volviese a latir... aún después de qué tú moriste.

¡Maldita sea Jadenisse, sal de tu puto shock!.

--Creo que se va a desmayar --susurró Derek.

Los engranes en mi cerebro hicierón clíc.

--Por, eso te veías tan débil --logré decirle a Sarah.

Sarah sonrió.

--No podía dejar que me abandonara mi amiga y guardiana.

--Gracias.

Me levanté y le dí un fuerte abrazo, solo por ella la muerte me había dado una segunda oportunidad.

  * * * *

Después de que todos nos encontrábamos recuperados salimos del hospital, y fuimos al funeral de los guardianes que habían muerto en la batalla contra los strigoi, siempre se les recordaría por su gran bondad, lealtad y valentía, Sarah agradeció a todos los guardianes por haberla protegido, después de rato los guardines que habían venido desde lejos al haber cumplido con su misión regresaban a su antigüo lugar.

Cuando el funeral terminó, lo único que quería era dormír, pues el día había sido demasiado pesado, sin embargo Josua nos prestó un pequeño apartamento, pues según él, nuestro apartamento estaba seriamente dañado, además de qué lo mejor sería cambiar de apartamento por si las dudas, así que nos alojamos en el pequeño apartamento que Josua nos había prestado.

--Princesa Jadenisse --dejé de desempacar cuando ví a Derek recargado en el marco de la puerta de mi pequeña habitación.

--¿Se le ofrece algo guardián Derek? --imité su gracioso tono de militar.

Él se rió.

--Ya en serio fuera de bromas --dijo mientras entraba despreocupadamente y me tomaba de la cintura para abrazarme.

--Tú fuiste el que empezó con el tonito de voz de militar.

--Te gusta llevarme la contraria --sonrió con esa linda sonrisa de chico malo.

--Nooo...

--¿Ah, no? --preguntó divertido.

--No, a mí no me gusta llevarte la contraria, a mí me encanta llevarte la contraria --su sonrisa se hizo más grande, y me puse de puntillas para besar sus suaves labios.

--Lo qué te quería decir --empezó Derek--. es qué me quedaré, lo he pensado y también seré el segundo guardían de Sarah.

--¿En serio?.

Derek asintió divertido.

--Espero y no te moleste y...

Le interrumpí y le dí un guantazo.

--Tonto, ¿como me podría molestar eso?...estoy encantada de qué te quedes con nosotras, es la mejor noticia.

--¡¿En serio te quedarás?! --ambos volteamos a ver a Sarah que chillaba de alegría.

--Me quedaré.

--Siiiiii --el ánimo de Sarah era realmente contagioso, los tres nos abrazamos.

Jajaja lo único que falta es que bailemos la macarena.

Pensé.

--¿Acaso algún día podremos ser normales? --pregunté en medio de risas y abrazos.

--¡Neeeeeh! --contestamos los tres al mismo tiempo.

Eran estos tipos de momentos los que me hacían comprender que la vida rodeada con las personas que amabas era lo mejor de lo mejor.

Fin.        

Princesa Dhampir. Razas De Sangre. Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora