veintisiete

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Esa noche, Harry y yo estuvimos a cargo de hacer la cena. Era una tarea fácil pero Harry lucía muy (muy) entusiasmado.

"¡Me encanta cocinar!" Explicó, sacando apresuradamente (¡demasiadas!) ollas y sartenes.

"¿Qué prepararemos?"

"Pollo relleno de queso mozzarella, envuelto con jamón de parma y un poco de puré casero."

Su cara estaba tan animada, su voz tan feliz.

"Suena increíble." Respondí.

"Pero tendrás que ayudarme, es un trabajo para dos personas." Me contestó, pasándome un mandil.

"Oh, umm- No lo sé, no soy muy, no sé cocinar." Apenas y sobreviví con café y cereal en casa, no podía siquiera recordar la última vez que usa la estufa.

"¡Yo te enseñaré!" Harry sonrió y amarró las tiras de su mandil alrededor de su cintura.

Harry sacó todo los ingredientes y me pidió darle la mantequilla que estaba en la repisa alta en frente de mí.

Obedecí, bueno- al menos intenté obedecer. La alacena estaba algo fuera de mi alcance. Me paré en la punta de mis pies, maldiciendo por lo bajo a mis piernas cortas.

"¿Necesitas algo de ayuda ahí, bebé?"

"Sí, lo siento."

Pude sentir una ola de vergüenza ir desde la punta de mis orejas hasta mis pies. Mi (estúpido) novio y sus (estúpidas) piernas largas.

Harry, fácilmente, agarró la mantequilla poniéndola en el mostrador. Él se volteó hacia mí, los lados de sus ojos arrugándose por la felicidad aun cuando yo estaba rojo y pequeño en frente de él.

Besó mi frente, mi nariz y mis labios.

"Eres tan lindo."

"No." Argumenté, un poco nervioso por los labios de Harry y un poco enojado conmigo mismo. ¿Podía hacer algo bien?

"Por favor," puso su mano en mi mejilla, "créeme en esta."

Lucía tan sincero que por un segundo, le creí.

"Okay, primero, sacas el pollo y lo cortas."

Harry se concentró en el alimento frente a él, su pequeña lengüita saliendo de sus labios abiertos en concentración.

"Ahora tienes que poner el queso dentro. ¿Quieres intentarlo?"

Cuidadosamente puse las rebanadas de mozzarella en cada una de las piezas de pollo, tratando de joderla esta vez.

"Luce perfecto Lou."

"Gracias."

"Ok, ahora tenemos que envolver el jamón alrededor del pollo. Haré la mitad y tú la otra parte."

Y así lo hicimos para luego ponerlos en la cacerola.

"Ahora tenemos que esperar."

Él colapsó en una silla por la mesa, palmeando la que estaba a su costado.

"¿Sabes que podemos hacer mientras esperamos?"

Su cara se acercó a la mía y mi corazón paró por un segundo.

"¡Podemos hACER BROWNIES!"

En el instante, él se levantó de la silla para sacar sabrá dios que cosas de otra repisa alta.

"O nosotros podemos... no hacer brownies." Balbuceé, mis dedos metiéndose en mis bolsillos.

"Pero yo ya hice la masa." Harry se quejó, dándose la vuelta.

Él me miró para luego volver a hacerlo, una pequeña sonrisita dibujando en sus facciones.

"Oh," Se volteó para la estufa, "Oh, okay"

Él se movió para meter sus dedos en la masa y luego poner su atención de vuelta a mí.

"Tengo una idea, acércate aquí."

Caminé lentamente hacia él (a propósito). Lo miré de la manera más inocente pero la manera en la que él me observaba haría a alguien pensar otra cosa.

Alzó su dedo hasta mis labios y los trazó con chocolate. (nunca había hecho algo como esto antes).

Él se acercó y me besó, igual de lento como caminé.

"Oh por dios," Harry gimió, "Amo hacer pastelitos."

"Underneath Paris" [traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora