"Underneath Paris" [traducción]

veintidós

pero si hay una cosa igual de maravillosa que las mañanas en París, es una noche en la ciudad.

Una vez que se torna oscuro, la belleza se descolora a negro y el aire es teñido con algo provocativo.

Hay vino en el viento y tú te emborrachas con solo respirarlo- lo juro.

No es muy sorpresivo que cuando regresamos al hotel, Harry esté tambaleándose sobre sus propias (largas) piernas y yo desparramaba en palabras mis declaraciones de amor.

"Pero yo en serio pensé, cuando nosotros volteamos en esa esquina y esa señora estaba sentada ahí, ¡en serio pensé que ella era un mago! Yo solo quería saber si ella escucharía alguno de mis chistes-"

"Harry, por favor cállate."

Okay, quizás no solo era el aire alcohólico que nos tenía intoxicados, nosotros compramos más tragos que comida.

Él solo se reía y luego cayó sobre nuestra puerta, golpeando su cabeza con el marco de esta.

"Oh, m-"

"¡Harry! Llaves por favor." Le avisé y comenzó a buscar en sus jeans.

Nos tomó (once) minutos para, finalmente, abrir la puerta porque Harry estaba demasiado preocupado en contar chistes y mis manos estaban temblando de frío y borrachera.

Cuando pudimos ingresar, choqué contra el edredón y Harry se puso a desvestirse.

"¿Qué estás haciendo?" Me empecé a levantar, moviendo mis brazos un poco demasiado. No pude evitarlo pero recordé la última vez que Harry se puso ebrio y escribió poesía explícita sobre mi trasero y esta vez, estaba algo interesado en ver que pasaría ahora.

"Tomando una ducha." Dijo, quitándose el pantalón y parándose en frente de mi completamente (tan) desnudo. "¿Te importaría acompañarme?"

Solo lo miré, y seguí mirando, sonrojándome antes de levantar mis hombros.

"Está bien." Le respondí, sacándome todo excepto mi dignidad. Traté de verme confiado, aun cuando cuando mi primer instinto fue de correr debajo de lo que cubría a París y esconderme.

"No pensé que tú lo harías- santa... Lou,"

Él pareció estar volviéndose sobrio y yo me estaba poniendo más y más ebrio de lujuria.

"Tomemos una ducha entonces, ¿sí?" Pregunté, caminando hacia él.

"Sí señor."