treinta y ocho

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cinco semanas después

"Louis no te olvides de la cena en Roberio's a las ocho, ¿okay?" La voz de Harry estaba tensa, algo nerviosa. Me besó la mejilla y pude sentir el sudor en su labio superior. Harry ha estado trabajando horas extra, últimamente. Pareciera como si las vacaciones en París fueran un poco duras de recuperar en temas de dinero.

Harry se iba constantemente y solamente venía para colapsarse al lado mío en la cama luego de la medianoche, oliendo a pan y a lavavajilla.

Últimamente, no habíamos tenido el tiempo o el dinero para ir a nuestro lugar en la cafetería, y encontré a Harry llorando en la ducha dos noches atrás.

Le pregunté qué estaba pasando. Me dijo que cuando era más joven, él pensaba que podía hacer todo. Ahora, trabajando hasta altas horas de la noche y en las mañanas, lavando platos, me dijo que él quería ser alguien- y que él sentía como si fuera nada.

Yo también había empezado a trabajar, recién la semana pasada. Quería ayudar- y hasta ahora, todo lo que podía hacer era llorar acerca de mis materias en la universidad. Había sido contratado en una librería local para organizar libros. (¡¡Pagarme para organizar!!)

No era mucho dinero pero cuando ayer traje a casa mi primer cheque de pago, Harry estaba tan feliz que me besó. Nosotros no habíamos tenido un beso formal desde hace un tiempo. Le dije eso, y me miró como si fuera un cachorrito lastimado. Me contestó que usaríamos ese cheque para tener una bonita cena.

Así que hoy, después del turno de Harry y el mío, a las 8 de la noche, vamos a ir a Roberio's, y comeríamos tallarines y luego vendríamos a casa para hacer el amor en nuestra gran cama. Tomaríamos vino y probablemente lloraría solo un poco porque la realidad es la peor y estaba llevándose mi respiración.

Podía sentir un bulto en mi garganta y sacudí mi cabeza, tratando de aclarar mis pensamientos.

"¡Ten un lindo día en el trabajo!" Grité después de Harry, mi corazón encogiéndose cuando escuché la puerta cerrarse. Crucé mis brazos, abrazándome a mí mismo por un momento. Estaba usando (dos) suéteres de Harry y olían a él. Saqué confort en la manera que abrazaban mi cuerpo de la manera que Harry solía hacerlo.

Mi celular sonó, un pequeño sonidillo que me avisaba que había recibido un mensaje de texto.

¿Puedes trabajar hoy de 10-3, por favor Louis? ¡Déjame saberlo lo más pronto posible! xx

Era de mi jefa, Julianne, una viuda de edad que encontraba confort en todas las cosas relacionadas a la literatura. No obstante, ella está totalmente obsesionada con esos libros acerca de sexo con hombres escoceses en la carátula, algo que encuentro un poco perturbador.

Mandé un rápido, "¡Claro que sí!" y miré el reloj- 9:15. Rápidamente me puse unos bóxers limpios y unos jeans para luego mirarme en el espejo. Había un lugar con granitos en mi frente, probablemente por el estrés. Quizás si fuera más atractivo, Harry estuviera más feliz. Con mis mejillas hundidas y mis grandes lentes parecía insuficiente. Harry era hermoso todo el tiempo... yo solo... estaba ahí.

Sentí el deseo de llorar y mordí el interior de mi mejilla para no hacerlo. Me forcé para alejarme del espejo y salir de casa.

xxx

Mientras que ordenaba los libros alfabéticamente bajo la categoría de 'Sci-Fi', pensé en Harry. No había sorpresa en eso. Pienso específicamente acerca de todas las buenas cosas que pasaron desde que dejamos París.

Claro, ha sido duro. Pero también ha sido bueno.

Recordé el primer día en el que me mudé a su apartamento- todo era dientes, sudor y lujuria en cada rincón de la habitación. Recordaba a Harry haciéndome el desayuno cada mañana hasta que comenzaba a trabajar en las mañanas, nosotros, solos nosotros dos, con labios llenos de miel de maple.

Pienso acerca de los cuántos masajes le habré dado, mis dedos pequeños recorriendo tatuajes y suave, suavísima piel. Las veces que hemos estado (muy) borrachos y (una) de esas veces que los vecinos se quejaron del ruido.

Nos apapachábamos mucho más seguido ahora porque ambos estamos muy fríos y apreciamos el servicio delivery mucho, mucho más porque es mucho mejor que fideos en microondas. Y vamos a estar bien.

Creo que eso es lo que necesito recordar, vamos a estar bien – vamos a estar bien – vamos a estar bien.

Lo repetía como un mantra hasta que mi turno en el trabajo haya culminado y me sentía feliz de nuevo.

Antes de que lo supiera, ya eran casi las 8. Estoy usando mis pantalones bonitos y una camisa azul. A Harry siempre le ha gustado el azul en (y fuera de) mí. Tomé una ducha y restregué las palabras y el trabajo fuera de mí, y me aseguré de que mi cabello luciera presentable. No podía esperar hasta que los dedos de Harry lo despeinaran así que no lo peine mucho.

Tomé el bus hasta Rogerio's porque Harry se llevó el carro. Traté muy (muy) fuerte de no concentrarme en la cantidad de gérmenes presentes en el transporte público.

Pero todo valía la pena.

Porque a las 8:00 en punto, me senté en frente de Harry en una mesa iluminada por velas. Él se había desabotonado su camisa hasta el ombligo y el collar de cruz que le había comprado dos meses atrás colgaba en su pecho.

"Luces muy hermoso." Le dije. Físicamente, me tuve que contener para no saltar en su regazo.

"Tú también, bebé. Siempre muy, muy hermoso." Murmuró, observándome muy intensamente que tuve que pelear la urgencia de gritar.

Nuestra mesera nos trajo vino tinto y quería tomarlo de frente de la botella. Quería pintarme los labios y besar el tatuaje de mariposa de Harry con mi boca abierta y de alguna manera ganar la lotería para que Harry no tuviera que tener canas antes de los 30.

Pero ella llenó nuestras copas y fui tomando en pequeñas cantidades, probando el sabor.

"Louis, lo siento muchísimo-" Harry empezó.

"Harry no hay nada por qué disculparse," interrumpí, tomando sus manos entre las mías.

"No, déjame terminar." Apretó mi palma antes de agarrar su copa de vino y tomar una larga cantidad. "Louis, lo siento muchísimo. Lo siento porque cuando te miro yo veo que tú mereces ser tratado como alguien de la realeza. Y me rompe el corazón que yo no pueda darte todo eso. Y sé, yo sé, que tú no necesitas de esas cosas pero, yo no puedo evitar el querer darte todo a ti. Pero aquí es lo que te puedo dar- te prometo que siempre te amaré. Te prometo que hará la cama cuatro veces y que dejaré que tengas la mayor parte del agua cuando nos duchemos. Te prometo que siempre estaré ahí para ti y que siempre daré lo mejor que tengo para hacerte feliz. Y siento que te he dejado caer últimamente y esta es mi promesa de que trataré hasta lo imposible para no hacer eso. Así que, Louis,"

¿Se secó la frente con la palma de su mano? ¿Por qué Harry estaba sudando?

Y luego él salió de la cabina y se arrodilló.

"¿Te casarías conmigo?"

Jadeé. Y lloré. Pero más allá de ello dije,

"Sí."

"Underneath Paris" [traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora