treinta y tres

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He escuchado decir que las relaciones no funcionan sin las peleas- las discusiones y los amistes solo fortalecen el lazo entre las dos personas. Harry y yo nunca peleamos- hasta hace unos días antes de Navidad.

Estábamos envolviendo regalos juntos, algo que parecía fácil pero en realidad era difícil como el infierno. Normalmente, era lo suficientemente difícil el envolver una caja pero, imagínate cuán difícil era para mí, alguien que nunca está satisfecho hasta que todas las líneas decorando el papel estén iguales a las otras.

Parecía imposible. Harry ya estaba es su (cuarto) regalo y yo seguía tratando de envolver el primero.

"No tiene que ser perfecto," Harry me recordaba, su voz sonaba paciente.

"Lo sé," respondí, mi voz temblando un poco debido a la frustración pero, por el amor de dios, algunos días todo tenía que ser perfecto y este era uno de esos días. Él no lo entendía pero era como una picazón que no podías rascar, una humedad en la piel que no podías secar y no importaba cuán duro yo intentaba- no podía seguir con otras cosas hasta que lo que estaba haciendo esté perfecto.

Retomé mi trabajo, cortando otra exacta 2x2 pieza de papel de regalo. Sin embargo, cuando me estaba acercando a la parte de arriba, estornudé- causando que mi mano se mueva lo suficiente para cortar en el cuadrado que había hecho.

"Mierda." Maldecí, trayendo mis manos hacia mi cara. Dejé mis palmas en mi frente mientras me suplicaba a mí mismo respirar, respirar, un profundo respiro a la vez. Sesiones de asesoramiento y profesores de orientación me han dado buenos consejos acerca de la respiración- no muchos consejos acerca de cómo vivir con un constante dolor de cabeza, la necesidad de patrones y mantener la perfección. "Dios... Soy patético."

Podía sentir los ojos de Harry en mí y, por primera vez en mucho tiempo, quería que pare. Quería ser invisible de nuevo, quería estar en mi apartamento- necesitaba tomar los 50 peldaños hasta el (cuarto) piso y quería contar los segundos que me tomaban llegar hasta mi cuarto desde ahí, (126). Necesitaba números y mis patrones, no rompecabezas de cabello marrón y desastres de tatuajes en imperfectas canvas.

"¡POR FAVOR PARA!" Podía sentir mi garganta arremolinándose, mi voz sonaba imperfecta mientras gritaba. Mi mano izquierda estaba temblando y sabía que estaba a punto de tener un ataque. Esto no había pasado en tantos largos... meses... y yo estaba comenzando a creer que me había curado.

Pero creo que ni siquiera el amor cura a los desesperados porque unos segundos después, estaba llorando en las mangas de mi suéter, mis piernas volviéndose temblorosas.

"¿Louis?" Harry estaba a mi lado y su mano se colocó en mi espalda en un dudoso abrazo. "Louis, por favor, ¿qué pasa?"

"¡No me toques, por favor! Aléjate de mí- no ME TOQUES," me alejé de su tacto porque, dios, fue ahí donde todo empezó, ¿no es así? Tocamientos- no de la buena manera porque cuando tú estás en la primaria y te atas los pasadores dos veces en vez de una, y trastabillas con las palabras y los pies y no encuentras a las chicas bonitas pero en vez de eso, sueñas con el chico que es el capitán del equipo de fútbol- las personas no te tratan bien del todo. Tocamientos como puñetes en la quijada en grado 10 y bajarte el pantalón después de la graduación con Hannah porque no podías arreglar tu OCD pero quizás, podías arreglar tu sexualidad.

[OCD: Obsessive-compulsive disorder // Transtorno Obsesivo-Compulsivo.

Estaba perdido en mis pensamientos y oh, (oh), dolía.

"¡Louis, estoy tratando de ayudarte!" La voz de Harry era más fuerte pero podía ver las líneas de preocupación grabadas en su frente y las lágrimas en esos ojos verdes.

"No puedes ayudarme," Dije como pude, mi visión borrosa, "¿Es que acaso no puedes entender eso? No puedes arreglarme, Harry, ¿lo entiendes? Soy jodidamente patético, por favor, tú no necesitas esto."

"¿Qué está mal, bebé? No, Louis- No entiendo que es lo que está pasando, por favor, ayúdame a entender." Él se pegaba a mí de nuevo, sus brazos abiertos y la desesperación escrita en toda su cara. "No eres patético Louis, yo te amo muchísimo."

Me alejé, mis manos envolviéndose alrededor de mí mismo mientras que trataba de volver a juntar mis piezas. Podía sentir la sal en mi boca, lágrimas cayendo por mis mejillas y delineando mis labios. Harry se sentó como a un metro de mí, mirándome cuidadosamente. Él puso su mano en el suelo entre nosotros.

"Si necesitas una mano para sostenerte, estaré aquí." Su voz era suave ahora, emociones llenando cada palabra, "Si necesitas hablar con alguien, estaré aquí para escuchar. Si tú-"

No lo estaba mirando pero no lo necesitaba para saber que él estaba llorando.

"Si tú necesitas que yo haga algo, si necesitas que arregle algo de cualquier forma, yo lo haré. Solo por favor, por favor, no me pidas que te deje- no creo que pueda hacer eso."

Lo miré con admiración mientras él seguía hablando.

"Louis, estoy enamorado de cada parte de ti, ¿acaso no lo entiendes? Sé que te gustan las cosas de cierta manera pero, ¿tú no entiendes que me gustas aún más por eso? Eres perfecto para mí y te necesito. Cuando cosas como estas pasen, cuando estés asustado incluso de ti mismo, quiero estar al lado tuyo siempre porque quiero protegerte de todo, incluso si eso significa de mí mismo. Te amo. Te amo, Louis. Por favor, por favor necesito que sepas esto."

"Y quizás yo no te pueda arreglar- yo no te quiero arreglar. Yo no te quiero arreglar porque, con toda honestidad bebé, yo no veo nada malo en ti."

El silencio reinó entre nosotros, la lluvia afuera golpeaba las ventanas e hice mis ejercicios de respiración al compás de las gotas golpeando el vidrio.

Pudieron haber sido unos cuantos minutos, pudieron haber sido horas pero, eventualmente, estaba calmado. Mi cara se sentía hinchada y mis nudillos y mis dedos dolían por el ajustado puño que había estado haciendo sin saberlo.

Arrastré mis dedos debajo de mis ojos y luego arrastré mi mano por el suelo. Se encontró con la de Harry en el medio.

"Oh, Harry," Suspiré, inclinándome hacia él, de repente cansado. "Eso... eso no ha pasado en mucho tiempo, lo siento tanto."

"¿Cuándo fue la última vez?" Harry preguntó, dudando antes de pasar sus dedos por mi cabello. No me alejé.

"Como una semana después de conocerte. No tienes idea de lo mucho que me ayudaste."

Era verdad. Después de la secundaria, eso se puso peor. Con préstamos, padres que no apoyaban, desempleado y un apartamento vacío, estaba en pánico y apenas podía respirar. Años pasaron y aunque las cosas mejoraron un poco, después de tantas noches solo, comencé a ponerme algo... depresivo.

No tenía amigos, lo más cercano que tenía con una interacción humana era una llamada telefónica una semana que otra, de mis hermanas. Quizás ese fue el por qué me volví tan enamorado de Harry tan rápido- él en realidad me habló.

Una vez que tenía una de esas tazas de mierda y Harry, yo tenía algo con el que soñar. Cuando desperté a las (dos) de la mañana con una almohada húmeda y una garganta seca, pude recordarme a mí mismo que yo tenía algo, alguien.

"Tú me has ayudado mucho también." Respondió Harry, interrumpiendo mis pensamientos.

Me burlé. "¿Cómo es que eso posible?"

"Tú me has ayudado a entender qué es lo que significa amar. Tú me has enseñado el ser responsable y cuidadoso. Cuando estoy contigo, yo aprecio la vida. Estoy tan agradecido por mi vida, estoy tan agradecido que tú estés en ella. Si no fuera por ti, yo quizás seguiría odiando el café. Louis, tú me enseñaste que las relaciones pueden valer la pena, tú me has ayudado porque tú me amas y es tan maravilloso el tener a alguien que sé estará ahí para mí."

"Me siento como una molestia." Susurré.

"Tú, Louis Tomlinson, eres un regalo."

Y luego, empecé a llorar de nuevo.

"Eso es lo más hermoso que alguien me haya dicho jamás."

"Underneath Paris" [traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora