Capítulo #10: Madame Maxime y Pam

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-Yo soy su directora. Pueden llamarme Madame Maxime o, simplemente, señorita directora- Dijo la mujer con una voz alegre y una sonrisa amistosa que era tan… calida- Como verán nuestras instalaciones son lo suficientemente grandes para albergarlos a todos. Ustedes son el 1er nivel en el S.C.A, es decir, el nivel mas bajo de esta institución, pero no se preocupen por los que tienen mas estudios… seguramente no los molestarán- Carraspeó un poco- Dénnosles una cálida bienvenida a su guía este año: ¡Pamela Caster!

 Hubo unos aplausos breves y una mujer apareció al costado del escenario: Era alta y delgada, cabello rubio muy peculiar… como un rubio oscuro muy liso; unos ojos delineados que resaltaban el color turquesa de sus ojos, sus labios eran gruesos y color carmesí oscuro con un lunar artificial encima: Su rostro me recordaba a esas mujeres victorianas de hace siglos. Tenía un cuerpo esbelto y su vestido era pegado al cuerpo color rojo sangre, con unos ligeros toques de negro. Sus piernas eran largas y terminaban en unos tacones muy empinados de aguja también carmesí. Era totalmente una obra de arte pero un poco exagerada.

 La mujer no esbozó ningún gesto de amabilidad y se dirigió hacia el centro del escenario.

 -Hola alumnos, pueden solo llamarme Pam, de verdad que puedo decir que…- hizo silencio y miró a todos los estudiantes- me da gusto…- hizo un gesto con su rostro como cuando las personas viles ven a un vagabundo en la calle- verlos…- Hizo un silencio muy breve. Su voz era seria y un poco grave y lenta… como elegante, pero a su vez, era una voz seductora, fría y libre de emociones. Su rostro no mostraba alguna expresión que expresara algún tipo de alegría.

 -Si claro…- Dijo Isabella en voz baja. Alejandro rió en silencio.

 -¿Cuál es mi misión? Pues… encargarme este año de ustedes y guiarlos en su educación y blah blah blah- Dijo con mala gana, como si se tratase de un discurso que aborrece-Seré las que le estructure su horario de clases a la medida de que puedan retener las enseñanzas lo mejor posible… pues su misión es aprender. Esta es la realidad: Yo estoy a cargo de ustedes y si me hacen avergonzar delante de todos por su comportamiento de adolescente con problemas hormonales provocando peleas u otras cosas indebidas, pues seré yo la que me encargue de ustedes- Hubo un silencio muy escalofriante en la pequeña sala, lo que le dio el aspecto tétrico de mazmorra que no tenía.

 Luego del silencio incomodo, siguió hablando del año escolar que íbamos a tener, pero no pude entender nada de lo que decía porque vi, a la lejanía, a aquella chica hermosa de cabello castaño sentada en una mesa casi al otro extremo de la sala: estaba con 2 personas mas. El tiempo se volvía lento y las cosas se movían despacio, lo que decía Pam se escuchaba como un zumbido a lo lejos. ¿Sería la primera vez que estaba enamorado? No… se sentía raro… ¿o sí?...

 -Max… Max… ¡MAX!- Susurraba Karla. Me sacó de mi ensueño- Presta atención.

 De nuevo fijé la vista en la tarima, donde Pam hablaba y hablaba con su tono seductor y vil, pero eventualmente volteaba a ver a aquella chica…

 -Y entonces, la gravedad del asunto es proporcional al daño hecho- Quedó en silencio viendo al fondo, como si algo le hubiera llamado su atención- Veo que alguien tiene mucho sueño.

 Todos nos volteamos hacia atrás y vimos al chico que estaba en la fila de registro que era moreno y con corbata azul recostado sobre la mesa en posición de descanso. Su compañero se percató de que se refería a su amigo y le dio un codazo, lo que hizo que diera un salto.

 -Di-di-digame- Dijo el joven al percatarse de que lo estaban llamando, aún medio dormido.

 -Quiero una explicación para esto- Dijo Pam cruzada de brazos. Era curioso porque su rostro estaba igual que antes pero se podía percibir una furia proveniente de ella.

†Maleficio†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora