Capítulo #17: Magia Turbia.

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Empacamos todas nuestras cosas y nos marchamos al EartRealm. A las 9 am ya estábamos levantados todos listos para irnos. Alan preparó el portal de viaje con un frasco de humo rojo turbulento que se arremolinó hasta que se formó un portal de niebla roja destellante. Los nervios y la emoción de ver a mi familia de nuevo me llenaba las entrañas y provocaban un ligero cosquilleo, y había otras razones de querer ir allá: La gente era normal, sin estridencias ni peligro de que te echaran una maldición porque no tenían nada de magia y además del sentimiento nostálgico.

Al parecer, la unicas personas que compartía la misma emoción que yo por razones desconocidas era Alejandro e Isabella. Alejandro estaba revisando todo su equipaje mientras hacia una lista, en donde se señalaban los objetos necesarios, los casi no-necesarios y los no necesarios: la había repasado ya 5 veces y seguía registrando en su bolso de montaña.

Isabella, por su lado, estaba muy emocionada por viajar y por conocer cosas nuevas.

 Por el otro lado, estaban Fiery y Vanessa resoplando como toros enfadados por “elegir unas vacaciones de mierda”, según Vanessa, y “por tener que cancelar las citas con Mileena”, como había dicho Fiery. Scott sólo empacó su cepillo de dientes en el pequeño bolso de lado color gris y desgarbado... él no mostraba emoción alguna y no sabía si quería ir o no (Que raro él).

Al menos para Alejandro e Isabella era la primera vez que viajaban al EartRealm.

-¿Están preparados?- Preguntó Karla con animo. Estaba de pie al lado del portal relámpagueante.

Algunos “Si” y “No” espontáneos resonaron. La única que dijo que no era Vanessa, que se había parado con los brazos cruzados mientras resoplaba de mala gana; y Alejandro, que estaba literalmente de cabeza dentro del bolso mientras repasaba que no se le quedara nada. Scott emitió un mugido de flojera que me pareció gracioso.

Todos entraron al portal, y de último quedamos Alan y yo.

Estaba a punto de saltar al portal, cuando la mano de Alan me detuvo violentamente.

-Antes de que partamos, tengo que aclararte unas cuantas cosas.

Me dió una palmada en el hombro y dejó su mano allí.

-Claro amigo- Dije mientras me quitaba la mano de Alan de encima de mala gana por hacerme daño.

-Necesito que te quede muy claro: Eres un Sorcerer como todos. Esta prohibido que utilices magia en frente de los no-mágicos. Si ellos ven un indicio de magia, el tratado mágico establece que su memoria se verá afectada... es decir, olvidaran lo ocurrido después de cierto tiempo de haber visto algo de caracter mágico. El hechizo se activa cuando los no-mágicos se dan cuenta que la magia existe y que no es mentira.

 Con que así eran las reglas... con razón nunca hay pruebas de la existencia del Magic World.

-Entendido- Asentí.

-Otras cosas- Prosiguió Alan- De seguro crees que nadie te atacará mientras estés en el EartRealm. ¿Recuerdas lo del Reptiliano? Es una razón por la cuál debo escoltarte a donde vayas.

-¿¡Qué!?- Dije indignado- ¡Soy un Sorcerer y me puedo cuidar solo, Alan! Ya no soy el chico indefenso, y recuerda que soy un Energy Puro. Además, Scott ya hace el trabajo, por si no te das cuenta.

-Yo se, Taylor. Por esa razón debemos estar alertas a cualquier sospecha. Acabo de decirte que en EartRealm no puedes usar mágia porque en todos lados hay humanos no mágicos. Hay ciertas criaturas que quieren alcanzarte para usar tus poderes. Además, mientras más vigilancia tengas, mejor.

Quizá Alan tenía razón... pero aún así no me gustaba ir con mi horda de guardaespaldas por la dimensión en donde he vivido toda mi vida.

-¿Eso es todo?- Pregunté algo malcriado.

†Maleficio†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora