Capítulo #15: Memorias Olvidadas.

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Era como tener a un fantasma delante de mí. Quedé paralizado en el momento. Tenía tantas cosas en mente y tantas preguntas sin responder. ¿En dónde se había metido todo este tiempo?

 -¡Alan, que alegría verte!- Me lancé a abrazarlo.

 -Es genial verte de nuevo, Max- Dijo mientras devolvía el abrazo-Veo que has crecido mucho, y que tu energía irradiada es mayor a la de la ultima vez.

 ¿Energía irradiada? Ehm… gracias (?)

 -No te quedes afuera, pasa- Dije ansioso y dejando de lado sus preguntas. Afuera hacía un frío tremendo.

 Con la luz de la sala encima de la cabeza de Alan, pude detallarlo mejor: Se conservaba exactamente como lo recordaba, quizá con el cabello un poco mas largo y desarreglado.

 Otra figura encapuchada entro a la sala también a parte de Alan.

 -Por cierto, el es mi hermano, Roman- Dijo Alan, señalando a la figura encapotada.

 -Hola- Dijo el chico del gran chaleco de cuero impermeable, aún con la capucha puesta.

 -Pero… ¿Cómo herma…? Por los rayos del...- Las preguntas se arremolinaban en mi interior, no podía concentrarme en una sola.

 -Veo que la casa no ha cambiado tanto desde la última vez que la ví- Dijo Alan mientras detallaba la casa de arriba hacia abajo.

 -Y fue hace mucho tiempo, si tienes algo de noción del tiempo- Dije con una ponzoña ligera.

 -3 meses no es mucho…

 -¿Necesitan algo? ¿Té, café, granadina?- Pregunté para cambiar de conversación. Alan no era tan descuidado como para pasar por alto un factor importante.

 -No, nada… gracias- Dijo Alan mientras tomaba asiento.

 Roman no dijo nada, solo seguía detallando todo el lugar. Solo pude detallar que su piel era blanca.

 -¿Tu salida no era de un mes solamente?- Pregunté yo sin perder tiempo.

 -Lo que pasa es que…-Alan vió hacia el pasillo detrás de mí y se quedó estático.

 Al voltear a ver, estaba Karla parada a la salida del baño, mirándolo fijamente.

 >Oh oh<

 -¿Cómo estas?- Dijo Alan con una sonrisa, rompiendo el silencio.

 Karla corrió hacia Alan y se detuvo casi cuando iba a llegar a él.

 -Te…- Dijo Karla como hipnotizada.

 -¿Extrañé?- Trató de completar Alan.

 -¡TE DESAPARECES DURANTE 3 MESES Y LLEGAS DE LOS MAS TRANQUILO Y DICES: “¿Cómo estás?”… ¡¿EN SERIO?!- Dijo fúrica- TU NO TIENES NI IDEA DE LO QUE HE HECHO, LIGANDO QUE ESTUVIERAS VIVO EN ALGUN LUGAR DE ESTE DESGRACIADO UNIVERSO!- Sus manos, apretadas en puños, temblaban de ira- ¿AL MENOS TE DA LA GANA DE CONTESTAR DONDE DEMONIOS ESTABAS?

 -Pero… ya va, cálmate- Dijo Alan con tono tranquilizador.

 -¿¡COMO QUIERES QUE ME CALME!? CALMATE TU PRIMERO Y ME EXPLICAS EN DONDE ESTABAS Y LISTO... FIN DEL PROBLEMA- Se cruzó de brazos.

 -Pero si yo no estoy gritando, y además, la del problema eres t…- Le lancé una mirada de advertencia, porque si terminaba esa frase, Karla usaría su columna vertebral como correa- Déjame que te explique…

 -¡HABLA PUES!

 -Pero no me grites- Dijo Alan en tono suplicante.

 Karla se quedó estática con los brazos cruzados y con una cara de ira voraz, mientras que Roman observaba la escena atento.

†Maleficio†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora