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Yurio le había dicho a los doctores que, efectivamente, Víctor tenía amnesia. Que su prometido estaba a su lado, con la excusa de que así ayudaría al ruso a recordar algo.
Bueno, ahora Víctor estaba mucho más cerca de Yuri y podía verle incluso en el día. En el fondo, Yurio le agradecía a su poder de labia para convencer a los demás.

Al día siguiente, le pareció una excelente idea llevarle algunas pequeñas cosas que podrían ayudar al mayor a recordar. Teniendo el permiso de los doctores para hacerle ciertas "pruebas de memoria", le llevó cosas como una foto del exterior del "Ice Castle", que era el sitio donde solía entrenar al japonés; una foto de Makkachin en la entrada de "Yu-topia" y los protectores de cuchillas del cerdito.

Entró en la habitación y con cuidado removió la cortina que separaba a Víctor de los demás pacientes. La hora de visita había comenzado.

—Buenos días, viejo. ¿Cómo vas?

—Hola Yurio. Voy bien, supongo. Todavía me duelen los músculos, pero ya me dejan caminar por los pasillos. Lo malo es que no voy sólo, entonces es igual de aburrido. —Hizo una mueca.

Era cierto, el impacto del accidente había sido fuerte, por ende, le dolería quizás una semana entera o más, incluso poseería cicatrices debido a sus visibles heridas.

—Eso es una buena noticia. Al menos puedes caminar. —Rodó los ojos dejando ver, sin querer, las fotos que había traído.

— ¿Cómo está mi pequeño Makkachin? —Preguntó el mayor mientras observaba la foto del caniche que Yurio había dejado ver inconscientemente. — ¿Le diste de comer y beber las veces correspondientes?, ¿le diste sus abrazos?, ¿jugaste con él?, ¿duerme contigo?

— ¡Oh! —Al darse cuenta de que había dejado a la vista sus pertenencias, escondió rápidamente las fotografías.—Tranquilo, viejo. Está perfecto, pero te extraña mucho. Y no pienso dormir con un perro que ocupa casi todo el espacio en mi cama.

—Al menos haz que duerma en tu departamento... —Hizo un puchero.

—Sí, está con nosotros. Lo hemos cuidado bastante bien. Tranquilo. Lo traería al hospital, pero es algo inquieto a veces y no me hubiesen dejado entrar con él.

—Pero él no es inquieto... —Se extrañó ante tal afirmación.

—Bueno, lo es ahora. Hay mucho que te perdiste en este tiempo... —Sonrió pesadamente mientras tomaba asiento junto a Víctor. —Oye, tengo un par de cosas que quise traerte para saber que tan bien van las cosas con tu memoria de pez. ¿Me dejarías mostrártelas?

—Claro. —Le sonrió el de cabello platinado.

—De acuerdo. —Le mostró las demás fotos. Víctor miraba atentamente la imagen, frunciendo el entrecejo. Él desconocía un poco el sitio.

— ¿En dónde está Makkachin en la foto? —Preguntó. —Me parece familiar...

— ¿Te parece familiar? Bien, ¿puedes adivinar dónde es?...

— ¿No eran aguas termales? Había ido alguna vez...

— ¡Sí, sí lo eran! Fuimos con Makkachin, pero tú te quedaste por más tiempo allí.

—Es un lindo lugar, ya veo por qué me quedé.

« Pues no te quedaste sólo por el lugar...» —Pensó Yurio.

—Muy bien Víctor. Siguiente prueba... ¿Puedes decirme si conoces este lugar? —Le mostró la siguiente foto.

—Ice Castle... —Murmuró cerrando los ojos, intentando recordar algo, y él recordaba... Tenía que hacerlo.
—Patiné ahí una vez... ¿No es verdad? Creo que estaba contigo y con alguien más.

Memorias De Nuestro Pasado. ➸Victuri/ CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora