33

864 152 54
                                    

Cuando fue en busca de lo pedido, su piel se erizó por alguna razón. Había visto algo familiar debajo de la cama del rubio, algo que le llamaba la atención. Al quitar aquella caja, en él se reflejó su impresión.

El moreno tenía el ceño fruncido, sus pósters, su vieja colección de su tiempo como fanático de Víctor Nikiforov estaba en frente de él, en una casa ajena, escondidos.

—Esto es...

—¿Por qué tienes tú mis cosas? —Yuri volvió a cuestionar, esperando una buena respuesta de parte del adolecente.

—Escucha...

—Yurio dime la verdad. —Dijo, con una mirada penetrante. Estaba confundido, y también expectante.

—Déjame contarte antes de que sigas viendo lo que hay en la caja. —Mencionó Yurio, tomando el objeto en sus manos.

—Bien, te escucho. —Yuri se cruzó de brazos.

Yurio no esperaba eso. En realidad, ni si quiera tenía planeado contarle alguna vez lo que ocurrió con eso. Sabía que algún día tendría que decirle al japonés, pero no esperó que fuera tan pronto. No estaba listo.

Tenía un poco de miedo por lo que iba a pasar, pero el ruso se prometió así mismo y al mayor que no ocultaría más cosas.

—Verás, cuando Víctor y tú estuvieron en el hospital me ordenaron que escondiera algunas cosas que podrían confundirlos o revelarles información muy pesada. Fui a su casa y quité los cuadros, tus pósters, tu colección y otras cosas que podrían ser... Ya sabes, impactantes.

—No puedo creerlo.

—Fue por un buen mayor. No quería hacerles daño ni nada, así que los oculté.

—Es que de verdad no puedo creerlo. Yurio no quiero pelear, tampoco quiero pasar un mal rato, pero tengo que... —Se contuvo, antes de decir alguna estupidez de la que pudiera arrepentirse luego. — ¡Otra vez me has ocultado las cosas! Prometiste que ya no lo ibas a hacer, pero sigues rompiendo tus promesas cada vez que vuelves a hacer unas nuevas.

—Tranquilizate, Katsudon. Estoy dispuesto a devolverte todo, y explicarte tambi-

—Dame la caja.

—Escucha, lo que pasó fue qu-

—Dame la caja. —Reiteró, interrumpiendo al menor.

Yuri Katsuki estaba furioso y muy molesto. Si había algo que odiara con toda su alma, era que le mintieran y que le ocultaran cosas. Nunca soportó esta clase de acciones en su contra, y nunca lo haría.

—Te daré un tiempo para que revises todo. —Dijo el menor, en un murmuro. Con algo de recelo y desconfianza, le entregó lo mencionado; se sentó en el suelo junto al mayor con las piernas cruzadas en flor de loto y esperó.

El japonés tenía una mirada que soltaba tensión en el aire, una que de cierta manera era intimidante para el rubio, una que jamás había visto.

En su rostro brillaban el enojo y la sospecha. La intriga y la impaciencia se colaban por todo su cuerpo y se notaban en su profunda mirada acaramelada.

El ruso estaba muy callado, no sabía lo que ocurriría, sólo esperaba que el japonés se tomara las cosas con calma. Aquella incertidumbre se distinguió justo en el momento en donde el japonés sacaba de la caja un montón de cuadros con fotos y notas. Cuánta tensión había en la habitación.

—No lo entiendo, Yurio. Son sólo fotografías de Víctor y yo. No veo que tengan algo de malo. No veo motivo alguno para esconderlas de mí.

Sacó algunos cuadros de la caja, les limpió el polvo acumulado debido al almacenamiento con su mano izquierda y los dejó levantados contra la cama del rubio.

Memorias De Nuestro Pasado. ➸Victuri/ CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora