Han pasado unos pocos meses desde que los enamorados Yuri Katsuki y Víctor Nikiforov se comprometieron. Con una felicidad tremenda y un futuro prometedor, los dos deciden estar más tiempo juntos.
Viviendo ambos en Rusia, las cosas dan un giro inespe...
Fue un lindo reencuentro emocional. ¿No lo creen? Después de meses así, sin saber nada del pasado, nuestros protagonistas finalmente se vuelven a recordar.
Después de un malentendido, las cosas se arreglan, pero la verdad, es que esos malentendidos siguieron ocurriendo, por una única razón.
Yuri y Víctor no compartían comunicación, y esa era su principal debilidad.
Vimos como han peleado y se han ocultado cosas hasta el cansancio, pero... ¿Por qué se dan esas cosas? No es que no haya confianza entre ellos, pero cada vez más, ellos cometen los mismos errores sin aprender.
Como ahora, que después de todo, las cosas se tornaron algo incómodas.
El día después de lo ocurrido, la mañana fue silenciosa, ambos pensaban mucho en las cosas que habían sucedido en el pasado, y pensaban en el otro, en lo que estaría pensando. Ambos se complementan, es verdad, pero al mismo tiempo, son más similares de lo que se piensa.
Entonces llegamos al presente, a los pensamientos de Yuri, a sus inseguridades y miedos, pero, principalmente, a sus sentimientos más poderosos.
Porque después de días de que ese alguien especial no te dirige la palabra, obviamente se tiende a pensar que esa persona ha estado evitándote.
Aunque en realidad, las cosas no son siempre como se piensan.
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En el aeropuerto, la gente iba hacia todos lados de aquí para allá y de allá para acá. Cada cierto tiempo se oían algunos anuncios y timbres que indicaban a qué hora y a qué minuto saldrían los vuelos programados.
El terminal aéreo de por sí ya era gigante, pero por causa de la hora punta, las siete de la mañana, se veía un tanto saturado por tanta gente que arribaba y se iba precisamente, a esa hora.
Yuri Plisetsky arrastraba su maleta por todo el aeropuerto, algo fastidiado porque se había levantado de madrugada, y además, odiaba tener que hacer los trámites para por fin viajar a las ocho y media. Para él, era muy ilógico tener que llegar dos horas antes al terminal; pero era bastante necesario y algo que debía aprender, porque a la hora de viajar él solo, tendría que controlar sus horarios para no perder su vuelo.
En fin, cada cierto tiempo, Yuri ponía sus ojos verdes en blanco y se peinaba por aburrimiento, daba largos paseos, iba a ver algunas cosas que las tiendas ofrecían, se lamentaba porque no compraría nada y escuchaba su música preferida.
Lilia, mientras tanto, había hecho la fila para dejar su equipaje y que sus maletas fueran llevadas al avión que tomarían. Yakov había estado haciendo el "check-in" un requisito primordial para abordar el avión, el cual confirmaba la presencia de los tres, para obtener un pase de abordar.
Unos veinte minutos después, los tres se encontraron frente a la puerta de entrada para ingresar a mostrar sus documentos, donde había una fila de sillas y una gran pantalla que indicaba la hora de salida de los vuelos y la hora local.
