Historia del videojuego THE LAST OF US

Capítulo 27

IMAGEN: JOEL, MARLENE Y UN SOLDADO LUCIÉRNAGA

Despertó en una confusión. Estaba en una camilla. A su derecha, sentada con una pierna flexionada de manera dominante, estaba una mujer que conocía bien. Al frente, un soldado uniformado apuntándole.

– Bienvenido a las Luciérnagas. – Dijo Marlene con toda tranquilidad. – Perdón por el... No sabían quién eras.

– ¿Y Ellie? – Preguntó Joel.

– Ella está bien. La trajeron devuelta. – Joel pudo respirar en paz. – Llegaste hasta aquí... ¿Cómo lo hiciste?

– Fue ella. – Dijo Joel con los ojos cerrados hacia el techo. – Luchó mucho para llegar aquí. Quizá tenía que ser así. – Dijo Joel adolorido, tratando de incorporarse. Marlene se puso de pie frente a él.

– Perdí a la mayoría de mi gente cruzando el país. – Dijo paseándose por la habitación. – Perdí prácticamente todo. Y luego apareces y de alguna manera te encontramos a tiempo para salvarla. Quizá tenía que ser así.

– Llévame con ella. – Dijo Joel sentándose en la cama.

– No tienes que preocuparte más por ella. Nos encargaremos de... – Pero Joel la interrumpió.

– Me preocupo. Sólo déjame verla. Por favor.

– No puedes. – Dijo Marlene de brazos cruzados. – La están preparando para cirugía. – Joel se puso de pie rápidamente.

– ¿A qué te refieres con "cirugía"?

– Los doctores dicen que el Cordyceps dentro de ella ha mutado. Por eso es inmune. Una vez que lo saquen, podrán crear una vacuna mediante ingeniería inversa. Una vacuna. – Dijo sonriendo.

– Pero crece por todo el cerebro. – Marlene cambió su semblante a uno más triste y guardó silencio por un momento.

– Así es.

– Busca a alguien más.

– No hay nadie más. – Joel se acercó demasiado a Marlene.

– Mira, vas a mostrarme dónde...– El uniformado derribó a Joel dejándolo de rodillas frente a Marlene.

– Detente. – Le ordenó Marlene poniéndose a su lado. – Entiendo. Pero por lo que sea que pienses que estás pasando ahora no es nada comparado por lo que pasé yo. La conocí desde que nació. Le prometí a su madre que cuidaría de ella.

– ¿Entonces por qué dejas que esto pase?

– Porque no se trata de mí. O incluso ella. No hay otra opción aquí. – Joel estaba furioso, la odiaba. Se sentó sobre el suelo, ya que ante había estado de rodillas.

– Sí... Sígueme convenciendo de esta basura.

– Escóltalo. Si intenta algo, dispárale. – Ordenó Marlene al hombre. – No desperdicies este don, Joel.

Marlene abrió la puerta y se fue rápidamente.

– Arriba. – Dijo el Luciérnaga a Joel, quien miraba el suelo. – Dije arriba. – El hombre le estaba apuntando con su arma. Joel le lanzó una mirada de odio y se puso de pie. – Vamos, muévete.

Joel salió de la habitación, seguido del hombre armado. Joel caminaba lentamente, el hombre le dio un empujón.

–Dije, muévete. –En la cara de Joel se dibujó una expresión de coraje y rabia. Se detuvo a mirar al Luciérnaga. – Dame una excusa. – Dijo con el arma dirigida a Joel.