Left Behind Parte 7

50 1 0
                                    

El ruido provocado por los infectados la hizo volver a la realidad. Abrió los ojos, aún mantenía bien sujeto el kit de primeros auxilios entre sus brazos. Estaba en el helicóptero.

– ¡Joel! – Se incorporó afirmándose de una parte sobresaliente del helicóptero.

Se puso de rodillas, se sacó la mochila de su espalda, guardó el kit en ella y se la puso nuevamente. Buscó la parte del helicóptero más cercana al suelo y saltó en la nieve, cayendo de buena manera. Estaba en el segundo piso. Volvió sobre sus pasos anteriores.

– ¡Corre! – Escuchó una voz masculina y se escondió.

– Oh, mierda. – Susurró Ellie.

Por una puerta cercana, Ellie vio ingresar a dos hombres que luchaban contra dos Chasqueadores.

– Oh, no...

– No... – Uno de los infectados se lanzó sobre uno de los hombres y lo arrojó al suelo, atacándole. El otro hombre lanzó una flecha con su arco hacia el infectado que atacaba su amigo y lo mató, pero no consiguió matar al otro que se abalanzó sobre él. Comenzó a devorarle.

El arco voló y llegó a los pies de Ellie, que seguía escondida.

– Diablos. – Dos hombres ingresaron por la puerta y comenzaron a disparar.

– ¡Oh, mierda! – Exclamó uno de ellos. Ellie estiró su mano y cogió el arco y una de las flechas.

– Con calma. – Dijo uno de ellos, mientras un tercero se les unía.

– ¿Qué diablos hacemos aquí? ¿A quién le importa el viejo y la niña? – Ellie ya estaba segura de quienes se trataba. Cazadores le habían seguido la pista.

– Sí, cuanto antes los encontremos, más rápido saldremos de aquí. Asegúrense de que no haya nadie.

Se dispersaron para buscar. Ellie fue uno por uno para matarlos.

– Bien. Voy por ti, Joel. Estos tipos quieren pelea. Se las daré en grande. Voy a llegar hasta él, le daré unas puntadas y luego me largaré de aquí.

Buscaba la salida y llegó a un ducto de ventilación sin la tapa. Había un rastro de sangre seca. Se adentró de todos modos. Era un laberinto.

– Ah, ¿hacia dónde?

Alumbró con su linterna el final de uno de los pasillo del conducto, allí había algo. Allí se dirigía el rastro de sangre.

– Oh, cielos... – Era el cadáver de un hombre. Tenía traje de militar y llevaba mucho tiempo muerto, estaba literalmente en los huesos. A su lado había una grabadora. Ellie la encendió.

"– Oh, hace mucho frío aquí dentro. Uh. Soy el último sobreviviente de mi grupo y voy a morir en un ducto de aire. Regan, ¿qué pretendías que hiciera? Me mordieron y era solo cuestión de tiempo antes de que ella me matara, aunque no estuviese infectado. Dijo que no lo haría, pero podría verlo en sus ojos. ¿Por qué tomaría su pistola sino? ¿Por qué diablos tomó su pistola? Solo hablaba con ella. Si no mentía, no tendría que haberla golpeado... Me hubiera disparado. Estoy seguro. ¿Entonces por qué te mantuvo viva todo este tiempo, Ellis? ¿Eh? No importa. Le disparé. Escapé. Luché y escapé de esas malditas cosas, y en el proceso las suturas de mi maldito muñón se abrieron. Me estoy desangrando y no puedo volverlas a coser. No con un solo brazo. No puedo hacer el maldito nudo. Regan. Hace tanto frío... Creo que descansaré."

Ellie guardó la grabadora en su mochila y continuó. A su espalda había dos caminos. Siguió el que la llevaba en diagonal hacia abajo. Llegó hasta una tienda, estaba en altura y la cubrían letreros. Se agachó y apagó su linterna al escuchar voces.

Historia del videojuego THE LAST OF USDonde viven las historias. Descúbrelo ahora