Capitulo 4: Encuentro inesperado parte IV y nuestros ídolos.

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Una vez listas, la rubia tomó su un bolso cruzado de color blanco y en éste metió su celular, cargador, audífonos y el dinero con el que saldrían; cuando tuvieron sus pertenencias empacadas se pusieron el calzado y salieron del apartamento con rumbo a la plaza central mientras platicaban tranquilas. En eso vieron a Taro saliendo de una tienda con una bolsa en las manos; iba vestido con un jean algo ajustado azul oscuro, una polera blanca y sobre ésta llevaba una camisa a cuadros roja junto a unos botines negros; las chicas lo invitaron alegres a que fuera con ellas, a lo que él aceptó sin rechistar; en el camino iban conversando los cuatro, hasta que Alegra sacó la pregunta del millón.

-Katya, ¿a dónde iremos a comer? – Preguntó Alegra.

-Ahí veremos cuando lleguemos, por ahora pensemos en lo que haremos cuando lleguemos.

-Ahora que lo pienso, necesitan comprar más víveres – Dijo Alaska – Y más que todo cereal, leche, harina para panqueques, fruta...

A Katya le salió una gotita de sudor al escuchar todo lo que iba nombrando la peliceleste; al instante giró sobre sus talones y miró a Alegra.

-¿Te acabaste el cereal? – Dijo incrédula.

-Solamente quedaba para una taza – Se defendió la pelinegra.

-¿La leche?

-Solamente era medio litro y lo usé con el cereal y los panqueques.

-¿La harina?

-Esa se terminó antier, me hice el desayuno ya que me dijiste que cuando me despertara estaría muy frío.

-¿Los dulces?

-Jejeje, esos sí admito que me los acabé, pero solo era una caja.

-¡Con 50 bombones de chocolate!

-¡En mi defensa quedaban 25! – Contestó Alegra nerviosa – Los otros me los comí antes.

-Alegra, acabas de venderte – Dijo Alaska dando un suspiro.

En eso un brillo proveniente del cielo los cegó a los cuatro y seguidamente se escuchó una explosión; cuando la luz desapareció Alegra comenzó a correr en dirección al parque, lugar en donde se había visto que caía algo.

-¡Alegra, espera por nosotras! – Gritó Alaska mientras corría detrás de su amiga.

-¡Hey, espérenme! – Gritó Katya y seguidamente corrió detrás de ambas muchachas.

Una vez que llegaron al parque, entre los cuatro comenzaron a buscar lo que fuera que había caído del cielo; buscaron en todo el lugar y no miraba nada fuera de lo común.

-Alegra, no creo que cayera aquí – Dijo Katya mirando a su amiga.

-Eso parece Alegra-chan, no cayó nada aquí – Siguió Alaska.

En eso escucharon que las y hojas del árbol comenzaron a sacudirse, de modo que se acercaron y comenzaron a investigar si había algo en él.

-Tal vez fue un gato el que agitó las hojas – Excusó Alegra.

-O simplemente el viento – Agregó Taro.

-Sí, tienes...

Katya no pudo terminar su oración ya que algo le cayó encima, atajándola al suelo de espaldas; abrió los ojos lentamente y sintió algo pesado sobre ella.

-I-itai... ¿Qué es eso? – Dijo todavía en el suelo.

Irguió la parte superior de su cuerpo y admiró el objeto que había caído sobre ella (más específicamente con las piernas a los lados de su cadera y con la cabeza entre sus pechos), no era un qué, sino un quién... Tenía la piel algo tostada, cabello negro peinado como pinchos, llevaba botas y un traje verde...un segundo, ¿VERDE? ¿PELO PINCHO? Solamente conocían a alguien con esa descripción...y no les cabía duda de quién era.

-¿¡GON FREECSS!? – Exclamaron las tres chicas al mismo tiempo.

El aludido comenzó a recuperar la conciencia y comenzó a moverse.

-Qué suave – Dijo el pelinegro mientras se acurrucaba más en el pecho de Katya, quien no podía estar más sonrojada.

Lentamente Gon fue abriendo los ojos y cuando miró cómo estaba se apartó sonrojado.

-¡L-lo siento! ¡N-no era m-mi in-intención h-hacer e-eso! – Dijo tartamudeando.

Se puso de pie y le extendió la mano a la muchacha, la que ella aceptó y se levantó; apenas estuvieron ambos de pie las chicas se lanzaron a él.

-¡GON FREECSS! ¡NO PUEDO CREER QUE SEAS EL VERDADERO GON FREECSS! – Exclamaron las tres al unísono.

-S-sí, así me llamo...un momento – Dijo el chico - ¿Cómo saben mi nombre? ¿En dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo es que me conocen?

-Son demasiadas preguntas Gon – Dijo Alegra – Relájate y dinos, ¿dónde están Kurapika, Alluka, Leorio y el hermoso albi...digo, Killua?

-¿Me ayudan a bajarlos del árbol? – Preguntó Gon – Esperen, ¿cómo conocen a mis amigos?

-Después te explicaremos – Dijo Alaska.

Al momento se escuchó que el árbol volvió a moverse; todos miraron arriba y seguidamente comenzaron a caer los demás; Alluka cayó en brazos de Gon, Killua en brazos de Alegra, Kurapika en brazos de Katya.

-Esperen – Dijo el Freecss - ¿Leorio dónde está?

Al segundo cayó sobre la Taro el maletín del doctor, y acto seguido Leorio cayó al suelo.

-M-muy bien... - Fue lo único que Taro logró articular.

Katya estaba a punto de hablar, pero la interrumpió el grito de Alegra; todos la observaron y pudieron ver que abrazaba a Killua con tanta fuerza que podría llegar a romperlo.

-¡KYA! ¡No puedo creerlo, es Killua Zoldyck en persona! – Gritaba la pelinegra con euforia - ¡KILLUA ZOLDYCK EN PERSONA, ESTO DEBE SER UN SUEÑO DEL QUE NO QUIERO DESPERTAR!

-A-Ale-chan, cálmate un poco, lo vas a partir en dos al pobre muchacho – Dijo Taro intentando calmar a su amiga... Muy tarde.

Killua comenzó a despertar debido a tanto ruido, la cabeza le punzaba como el demonio y sentía que lo abrazaban con fuerza, como si quisieran partirlo a la mitad; cuando volvió en sí a la realidad pudo ver que había tres chicas y un chico, todos ellos desconocidos y una de ellas cargando a su amigo rubio y otra abrazándolo con fuerza; se sonrojó al instante e intentó escaparse del abrazo de la chica desconocida.

-¡H-hey! ¡S-suéltame maldita loca! – Gritó el albino mientras se zafaba del abrazo de Alegra con las pocas fuerzas que le quedaban.

Finalmente logró soltarse de la chica loca que lo abrazaba, pero no midió la distancia con la que brincó para apartarse y volvió a golpearse la cabeza, pero esta vez con el suelo. A Alaska, Katya y Taro les salió una gotita de sudor, obviamente esperaban esa reacción del albino, pues conocían la obsesión de Alegra hacia el muchacho y sabían muy bien que el pobre no iba a reaccionar de la mejor manera.

-Saben, es mejor que regresemos a casa – Propuso la muchacha rusa – Es mejor que descansen y después les explicamos todo.

-Concuerdo con Nika-chan – Dijo el muchacho de cabellera castaña – Yo las acompañaré.

Hola a todos!! *manda besos a la cámara* espero que la estén pasando bien y que estén disfrutando de la historia, esta vez me concentraré en decirles lo principal, y es de que no voy a poder estar actualizando a diario o muy seguido ya que la otra semana entro al cole, pero haré mi mayor esfuerzo para no dejarlos con las ganas, eso es todo, nos vemos y leemos en la próxima.



 

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