Capitulo 13: Misión matricular a los Hunters parte I.

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*Arriba, con los demás*.

Narración General.

Apenas ambos menores entraron al cuarto se dignaron a despertar al más alto.

-Oye, Riorio, despierta – Le llamó Killua.

Acto seguido el albino lanzó al mayor de la cama, el cual se despertó con el golpe; ambos le dijeron que se fuera a bañar (por petición de Kurapika, quien había sido avisado por Katya); el mayor tomó dos toallas y salió de ahí, acto seguido ambos menores entraron al closet y comenzaron a seleccionar lo que se pondrían (teniendo en poco tiempo la ropa entre sus manos), pero no contaban con que Alegra entraría en ese momento.

Apenas ella entró al closet se sonrojó; tomó a ambos y los sacó del closet para seguidamente cerrar la puerta con seguro. Gon y Killua estaban sonrojados, pero el más rojo era Killua.

-*Vaya, sin esas ropas se mira mucho más femenina de lo que ya es* - Pensaba el Zoldyck - *¿¡qué estoy diciendo!?*.

-Killua, estás rojo – Dijo Gon - ¿Tienes fiebre?

-N-no es nada Gon – Respondió el albino – Vistámonos para que vayamos a desayunar.

El de pelo negro asintió y seguidamente se vistieron; Gon se puso un jean negro, una camisa blanca con mangas cortas y un chaleco con gorro de color verde junto a unas calcetas blancas, y Killua se vistió con un jean azul, una camisa con mangas cortas negra y sobre ésta un chaleco con gorro azul y unas calcetas blancas; cuando estaban terminando de vestirse vieron que Alaska estaba entrando al cuarto, despertó a Alluka y la niña se fue al baño mientras que la más alta que disponía a entrar al closet, aunque no contaba que la puerta estuviera cerrada y terminó golpeándose el rostro con la puerta.

-Itai, mi pobre nariz...

La más alta se intrigó al ver la puerta del closet cerrada, pero cuando quiso abrir la puerta ésta no cedió.

-Alegra-chan cerró con seguro – Dijo Gon.

-Alegra, abre, soy Alaska, necesito entrar – Habló Alaska desde fuera.

Al poco rato Alegra abrió y salió ya vestida con el uniforme.

-Katya dejó tu uniforme ya listo, solo es de ponértelo – Aclaró la pelinegra.

Alaska asintió y se adentró en el closet mientras que Alegra se sentó en el tocador y se peinó; una vez lista tomó su bolso y bajó las escaleras, siendo seguida por los otros dos chicos (que también llevaban sus respectivos bolsos); bajaron las escaleras con rapidez.

-Buenos días – Dijeron al unísono.

Cuando entraron al comedor se sorprendieron al ver la escena que tenían ante sus ojos, pero también daba risa, pues frente a sus ojos tenían a Kurapika y Katya, ambos en la cocina, el primero cocinando y la última peinando al más alto, pero lo que les daba gracia era de que la chica estaba subida sobre un banquito de madera para poder rebasar a Kurapika (o al menos poder alcanzarlo, incluso estaba parada de puntitas) y así tener más fácil su labor; ambos rubios no los notaron, hasta que Killua comenzó a reírse.

-¡Jajajajajajaja, no aguanto! – Dijo agarrándose el estómago - ¡No! ¡Jajajajajjajajaja! ¡Aire, aire, necesito aire!

Kurapika giró la cabeza y Katya lo imitó, al momento se sonrojaron y Katya habló.

-S-solamente lo estoy ayudando a peinarse – Se excusó.

-Killua no se ríe de eso Katya – Dijo Alegra casi al borde de la risa – Es porque estás de puntitas sobre un banquito y aun así eres más pequeña que Kurapika.

-El banquito solo me alza 5 centímetros – Contestó la rusa sonrojada – Lo demás lo tengo que poner yo poniéndome de puntitas.

La rubia terminó de peinar al mayor y seguidamente bajó del banquito.

-Listo, ya está – Dijo ella – Ahora, ustedes tres...

-Que sean cuatro – Dijo Alaska mientras bajaba las escaleras – Buenos días.

-Buenos días – Contestaron los demás a una sola voz.

-Bien, ustedes siéntense, ya van a estar el desayuno y sus almuerzos – Dijo la rubia.

Los demás tomaron sus lugares y después de 10 minutos bajaron Alluka y Leorio; él iba vestido con un jean azul oscuro, una camiseta negra de botones con mangas largas recogidas, una corbata sin anudar de color blanco y unas calcetas oscuras; y Alluka llevaba una camisa blanca de botones con mangas de volantines, una falda rosada con decoración de flores y bolsillos a los costados y unas medias altas blancas y el cabello envuelto en una toalla.

-Por favor siéntense – Pidió Kurapika – El desayuno estará listo dentro de poco.

Los recién llegados asintieron y tomaron sus asientos mientras que Katya subió al segundo piso. Al poco tiempo Kurapika puso la comida en frente de todos y seguidamente comenzaron a comer.

-Oye, Alegra – Llamó el rubio - ¿Qué tan lejos está la escuela?

-No estamos muy lejos – Contestó ella – Más o menos a 20 cuadras o un poco más.

A todos les salió una pequeña gota de sudor, ¿para ellas eso era poco?; al rato llegó Katya con el bolso de Alluka, el maletín de Leorio, el bolso de Alaska, el de ella y el de Kurapika.

-No creo que piensen salir sin esto – Dijo ella.

Los demás rieron un poco; ella se les unió al desayuno y poco tiempo después de terminar de comer fueron a lavarse los dientes; una vez ya listos tomaron sus bolsos y almuerzos, se colocaron el calzado, Katya tomó las llaves del apartamento y seguidamente salieron con rumbo a la universidad con Leorio. Una vez en las puertas del recinto universitario le desearon suerte.

-Estoy segura que calificarás – Dijo Katya.

-Hazlo, sé que puedes – Animó Kurapika.

-Lo tienes en la mano Leorio, vas a pasar – Dijo Gon.

-Muchas gracias, y creo que ya deben irse – Contestó el mayor.

Los demás asintieron; Katya le pasó un papel con los números de todos por llegaba a querer llamarlos, se despidieron del mayor y seguidamente se encaminaron a la escuela primaria para poder matricular a Alluka. Una vez allá Katya buscó donde estaba el pasillo de dirección para así poder comenzar con lo que debían hacer.

-Estaba segura que era por aquí – Dijo ella.

-¿Buscas algo Katherina? – Dijo una voz detrás de ellos.



 

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