los juegos 1

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Era increíble lo que había costado convencer a Isaac para que aceptara pasar por sirviente, después de cerca de tres horas, habían acordado que partirían al alba, Dicaz los llevaría a todos, los había dejado a los dos en el salón, no tenía ganas de seguir escuchándolos protestar por cada cosa que decía el otro, ¿Por qué se comportaban como niños pequeños? Una parte de su ser le decía que ella tenía la culpa…pero ¿Cómo? , le había resultado una sorpresa muy grata que Dicaz estuviera de su parte, nunca lo hubiera imaginado una parte de su interior le decía que el sería un gran rey , de eso estaba segura , ha demostrado ser más justo de lo pensaba , pero no estaba segura de que quisiera que fuera su rey…después de todo también estaba Isaac , que la había acogido en su casa, la había defendido y le estaba empezando a mostrar una pasión que no había sentido por nadie , entonces ¿porque aún no se terminaba de sentir a gusto con él? …

La respuesta le vino sola a la cabeza….a Dicaz sabia como controlarlo , sabía lo que le hacía sentir y sabia como serían las cosas a su lado, pero con Isaac todo era demasiado intenso , demasiados sentimientos ….no sabía qué pasaría con él , no sabía cómo controlar a ese hombre y eso era algo que realmente la desconcertaba, se había jurado a sí misma no dejar que los sentimientos la gobernaran , tenía que tener el corazón frio y ahora más que nunca que la vida de todos estaba en juego….pero ¿Cómo lo lograría?....Por Zeus que su vida se complicaba por momentos ….

No tenía ganas de seguir pensando en ninguno de los dos , por lo que centro todos sus pensamientos en el plan que tenían por delante , llegarían a la dimensión de Ares gracias a la invitación de los juegos , ella compartiría habitación con Dicaz ya que se suponían que eran amantes , Isaac seria alojado en el pabellón de los criados , por lo que podría serles de utilidad entablando amistad con los criados de Ares , se enterarían de donde tenían las opciones y la robarían , el problema es que seguramente estarían en la tienda de Ares , por lo que tenían que pensar un plan para poder entrar en ella .

Estaba pensando la manera de burlar la seguridad cuando supo exactamente qué haría. Se quedó durmiendo mientras pensaba los por menores de esa idea, una cosa era clara a ninguno de los dos les iba a gustar.

Se despertó un poco antes del alba, se vistió con la túnica que le había dado Dicaz, los suaves pliegues de seda caían con gracia sobre sus curvas, se ciñó un cinturón de terciopelo negro, que hacia una gran contraste con el color verde esmeralda apagado de la túnica, además combinaban perfectamente con sus ojos y el amuleto de su madre, se recogió el pelo en una trenza de lado, se calzo y salió al salón para ver si ya estaban listos los demás.

Cuando entro los dos se quedaron embobados viéndola pero fue Dicaz quien rompió el silencio

-La mismísima afrodita estará rabiando por ver cómo le haces sombra- dijo con los ojos paseándose por todo su cuerpo con un brillo de deseo.

-Creo que es la primera vez que estoy de acuerdo contigo – declaro Isaac que no podía apartar la mirada del rostro de Leila.

-Bueno que tal si dejamos los cumplidos para otro momento y nos ponemos en acción – dijo ella tratando de ocultarla sonrisa de satisfacción de sus labios

Dicaz se acercó a ella, el tomo de la mano y con la otra empezó a acariciar el aire hasta que apareció una neblina dorada.

-Bien el portal ya está abierto, ¿listos?-miro a sus acompañantes a los ojos

-Si – respondió Isaac a la vez que tomaba la otra mano de Leila.

-Adelante –dijo esta última, su rostro solo reflejaba determinación

Sin decir nada más los tres saltaron hacia el portal.

Cuando salieron fuera, se encontraron con un paisaje precioso, era un gran bosque verde, lleno de vida y sonidos. Los arboles eran viejos y grandes, esta oscuro salvo por algunos rayos de sol que conseguían colarse por el follaje de los árboles. No había indicios de vida humana o divina por ningún lado.

-¿Estás seguro de que es aquí, Dicaz?- pregunto Isaac

-Pues claro que estoy seguro, ¿crees que no sé dónde estamos?- dijo en tono molesto que invitaba a otra acalorada pelea, y con un poco de suerte no solo verbal

-Solo digo que aquí no hay ¡NADA! – dijo este acercando más a su oponente.

-Bueno ¡ya está bien los dos! , estamos en el bosque de Ares, tendremos que encontrar el campamento y no creo que lo hagamos discutiendo, ¿no?- su mirada amenazadora paso de un hombre a otro- además , ya va siendo hora de que cooperéis un poco, no creo que se traguen nuestra historia si un siervo responde y mita mal a su señor ¿no?- dijo mirando a Isaac- y tampoco si su señor quiere matar al siervo o dañarlo , cuando se supone que le brinda su protección , ¿no?-miro esta vez a Dicaz- y por si os queda alguna duda , si seguís así seré yo misma la que os haga azotar delante de Ares.-divo esto empezó a andar con paso ligero.

-¿Y ahora porque se pone así?- pregunto Dicaz

-No lo sé – respondió Isaac- no entiendo a una humana normal, como para intentarlo con una diablesa…-los dos se quedaron mirando y empezaron a seguirla entre risas.

Leila estaba anudada y de muy mal humor , no solo llevaban caminado parte de la mañana , sino que encima ellos se lo estaban pasando en grande, no les había vuelto a dirigir la palabra a ninguno de los dos ,como castigo había pensado ella, pero la verdad es que dudaba de que se hubieran dado cuenta , de la nada habían aparecidito como si se conocieran toda la vida y fueran los mejores amigos del mundo….no sabía porque estaba tan irritada , afín de cuentas  ahora no se peleaban ¿no?

-Deteneos- dijo en un susurro

Los dos hombres o tardaron en hacerle caso, se oían las voces de hombres y mujeres, choques de armas, se olían los fuegos de las comida, olía también a vino y a frutas.

Siguieron andando con sigilo cuando un vasto campamento se abrió paso ente sus ojos.

Era inmenso, había tandas por todas partes, bastante grandes, serian para albergar a las familias de los combatientes, se podía ver varias zonas de entrenamiento donde ya estaban practicando algunos hombres con distintas armas. Cada zona era para un arma distinta, lanza, espada, arco y combate cuerpo a cuerpo.

Había gentes por todas partes, mujeres cargadas con capachos llenos de hortalizas, o en grupos simplemente adorando a los gurreros, criados ayudando a sus amos, o preparando las armas para un nuevo uso. Estaban tan distraídos viendo el campamento que no se dieron cuenta de que habían sido rodeados por soldados.

-¿Quiénes sois?- exclamó el único hombre que no les apuntaba con una espada

-Soy Dicaz, de Blicos- dijo hinchando su pecho y elevando la cara todo lo que le fuera posible- he venido por esta invitación a reclamar un puesto en la guardia.

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Burno este es muy muy soso...por lo que pido perdón, pero com hace que no subo y nose muy bien como encminar esto.....jejeje

intentare subier otro en breves para remediarlo jeje

besos y gracias por todo.

un beso

FireheartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora