Los juegos 4

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Un momento estaban al aire libre y al parpadear estaban en los aposentos de Ares, este buscaba entre una estantería llena de tarros de todos los colore y formas.

Estaban en lo que bien podría ser considerado un despacho , había una gran mesa negra que se sujetaba por cuatro patas de hierro que parecían enterrarse en el suelo, los suelos eran de mármol negro y se reflejaba todo en ellos , lo que la sorprendió un poco , pues desde fuera se veía todo tan rustico …., los estantes flotaban , no había en si una pared , por lo que se preguntó si sería cosa de magia o simplemente la estantería estaba hecha con efevio un materia transparente que solo podían usar los dioses.

En la mesa se sorprendió de ver conectada un ordenador, además de estar todo muy bien ordenado, había tres grandes buta racas dos delante de la mesa y una más grande detrás las tres eran de cuero negro.

-Bien siéntate – dijo Ares tomando asiento desde el sillón más grande- aquí esta- dejo encima de la mesa un pequeño bote de contenido rojo chillón- ahora me firmas esto y te la doy- le paso un pergamino y una pluma dorada.

-¿Qué es esto?- pregunto Leila desconcertada, con el pergamino en la mano

-Oh… no te preocupes es un pequeño contrato – y una amplia sonrisa se plasmó en su cara- solo por si decidieras traicionarme...

Leila no estaba muy convencida, pero dado que no tenía otra opción se dispuso a leer el contrato, después de leerlo un par de veces y comprobar que no ponía nada raro se dispuso a firmar.

-Qué raro, la olma no pinta- y se la volvió a tender para que le diera otra.

-UF, que descuido el mío –saco una daga de un cajón el escritorio y cogió su mano, al ver que ella la intentaba apartar le dijo- no te preocupes no te dolerá.

Le realizo un pequeño corte en la palma de la mano, acerco la punta de la pluma a la herida y asombrada Leila vio cómo se llena con su sangre.

-Un negocio como este ay que firmarlo con sangre ¿no crees?-'pregunto él como si fuera la cosa más obvia del mundo.

Se la entrego y esta vez la pluma sí que dejo corre la sangre igual que si fuera tinta , la firma se quedó plasmada en un abrir y cerrar de ojos.

-Muy bien, aquí la tienes – le dio la poción en la mano- ahora bébetela y recuéstate en ese diván

-¿Qué diván?- no había terminado de decir la frese cuando un diván blanco apareció en la sala, justo a su lado.

-Puede que estés un poco mareada después de esto, es normal si has estado un tiempo sin tus poderes, recuéstate y duerme unas horas, después te dejare que entrenes en mi gimnasio personal para que recuperes tus habilidades.

Y dicho esto se esfumo.

Estaba muy nerviosa, después de todo por fin recuperaría sus poderes, pero una duda empezó a recorrerle cada centímetro de su cabeza ¿y si ahora que recuperaba su poder no veía a Isaac de la misma manera? ¿Y si todo fue por culpa de la poción? Después de todo nunca antes había experimentado nada así por nadie….¿y si era un efecto secundario por no tener poder?... sin darse cuenta mientras se formulaba una y otra vez estas preguntas se bebió la poción que gracias a los cielos tenía un rico sabor a fresas.

Se relajó y se tumbó en el diván, al poco estaba durmiendo como un bebe.

Ares andaba de un lado a otro por su recamara, ¿era posible que esta vez fuera ella de verdad?, algo le decía que si, que ella era la auténtica, no solo era el parecido físico, sino la fuerza de su espíritu, la inteligencia la astucia que demostraba, rogaba a los dioses que esta vez no se equivocara porque su corazón sufriría de nuevo y estaba seguro que se rompería y dejaría atrás la poca cordura que le quedaba.

-Señor ¿Cómo piensa comprobar que es ella de verdad?-pregunto su segundo al mando

-Muy fácil, le hare que se enfrente a Mao, si sobrevive es ella…

-.-.-.-.-.-.-.-.

^^

Bueno pequeños y pequeñas aqui os dejo otro... espero que les guste mil besacos por leer

^^

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