La vuelta

673 13 2
                                    

Estaba tumbada en un jardín preciosos, lleno de cerezos en flor, al lado había una fuente  muy grande con chorretones de agua subiendo y bajando, el olor a flores y el sonido del agua la hacían sentir una tranquilidad y una paz infinita, sabía que debería de estar preocupada por algo pero no lograba acordarse de por qué, solo quería seguir a tumbada por toda la eternidad…era tan gratificante, el sol calentando su piel, el sonido de los pájaros y el perfume en el ambiente. De repente sintió que alguien la miraba, por lo que abrió los ojos y se quedó mirando al hombre vestido de cuero negro que no le quitaba el ojo de encima.

-Vamos pequeña, ya has descansado bastante

-¿Te conozco?- no había terminado de decir esas palabras cuando un fuerte dolor de cabeza la hizo doblarse de rodillas, al momento sintió los brazos del hombre rodeándola, acunándola y un millón de imágenes pasaron por su cabeza, todo lo que había olvidado fue recordado en apenas unos segundos.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?- dijo apartándose de Ares

-Una semana , quería dejar que te recuperaras , pues el recuperar tus poderes después de haberte acostumbrado a ser humana puede ser un shock , por lo que te deje vagar en esta dimensión para que descansaras y te recuperaras , es preciosa verdad, aquí es donde vengo yo después de una batalla a meditar.

-¿Tu meditando? No me lo imagino...

-Pequeña , hasta el más fuerte de los robres se puede romper si no sabe enfrentarse bien al viento…esto me recuerda que tus amigos te necesitan , Dicaz necesitara todo tu apoyo esta noche , tiene que pasar mi prueba o morirá , un hombre enamorado no puede concentrarse en la batalla si no ve a su amada a salvo. Por eso tienes que volver ya.

Isaac estaba muy nervioso al igual que Dicaz pues llevaban una semana sin ver a Leila , Ares les había comunicado que ella pasaría un tiempo en sus aposentos  porque estaba muy cansada , para todos los demás eso era el igual de que Leila se había convertido en la amante de Ares pero para él no podía ser eso , sabía muy bien lo orgullosa que ella era , además si hubiera sido así aun con esas ella seguiría viviendo en su cabaña , aunque durmiera con el Dios , sabía que ningún hombres , Dios o bestia controlarían ese temperamento y era algo que le desconcertaba el saber tanto de ella, como ya había pasado mucho tiempo empezaba a creer que algo malo había pasado ,que ella estaba en problemas o algo peor …que se había equivocado completamente con ella .

-¡¡Es que no lo ves!!-le gritaba Isaac a Dicaz – ¡esta en apuros!

-¿Cómo estas tan seguro de eso?- contestaba  este – y aunque así fuera ¿Qué quieres que haga?, ¿que entre por la fuerza en los aposentos del Dios de la guerra y la saque a rastras?, si estoy seguro que Ares no protestara nada...

-Pues si no vas tú iré yo – le dijo el humano con toda la furia que sentía tiñéndole la cara

Dicaz se colocó delante de él y detrás de la salida.-No te das cuentas de que vas a hacer que la maten- dijo sujetándole por los hombros.

-Déjame salir – respondió este intentando deshacerse de su agarre, empezaron así un forcejeo, y sin darse cuenta ambos estaban abrazados fuertemente, intentando soltarse de las ataduras de los brazos ajenos cuando una voz sonó a sus espaldas.

-hmhmhm interrumpo algo-dijo Ares que llevaba un rato presenciando la escena , la cual encontraba de lo más divertida puesto que quien los viera sin saber que pasaba pensaría que era una pelea de amantes al encontrarlos medio desnudos y abrazados.

Se soltaron rápidamente e hicieron una reverencia.

-He venido a comunicarte que ya tengo la prueba especial de la que hablamos para que pudieras formar parte de mi guardia personal, prepárate será esta noche- se giró y quedo mirando hacia la cara de Isaac- tú también estas convocado, al ser su criado puede que le agás falta y no sufráis más ninguno de los dos, esta noche veréis a vuestra señora, tendréis que estar en mis aposentos a las nueve de la noche. Por cierto Dicaz, no te olvides la armadura  – y dicho esto desapareció dejando el sonido de una tenue carcajada.

-¿Qué crees que tendrás que hacer?

-No lo sé humano, pero creo que la pregunta más bien es ¿Qué no tendré que hacer?

Las nueve, la hora acordada, los dos hombres llegaron hasta la puerta de Ares iban a llamar a la puerta cuando esta se abrió por sí misma, entraron y se encontraron con un pasillo enorme de mármol, en las paredes colgaban armas de todos los tiempos, desde las más antiguas hechas con una piedra atada a un palo hasta las más modernas jamás vistas.

-Es como estar en un museo – dijo Isaac mientras apreciaba las armas

-¿Qué es un museo?- dijo Dicaz mientras seguían andando para dentro

-En serio, no puedo creer que digas eso, en cuanto volvamos a mi tierra te lo mostrare.

Ya habían llegado al final del pasillo , se encontraron con una enorme puerta , al tocarla esta cedió como si fuera la mitad de su tamaño y al entrar vieron una enorme sala , en el centro había circulo inmenso de tierra ,en el fondo de la sala había dos sillas , en la más alta estaba sentado Ares y en la de la izquierda Leila, al lado de Ares , a la derecha había una mujer preciosa , igualaba la belleza de Leila , solo que era todo lo contrario a ella, si Leila era morena de piel y con el pelo oscuro , la otra mujer era blanca como el marfil y con una brillante cabellera rubia que le llegaba por la cintura , sus ojos eran azules y en ellos parecía arder el fuego del deseo.

Cuando estuvieron enfrente de ellos se dieron cuenta de que no era una mujer cualquiera, desde lejos no se apreciaba sus cuernos y rabo , era otra diablesa y lo más desconcertante es que Leila los llevaba también por lo que Dicaz supo que había recuperado sus poderes, pero la pregunta era ¿Qué había dado a cambio de la poción?.

-bien venidos chicos – dijo Ares poniéndose en pie – La prueba que tienes que pasar es muy fácil, tendrías que derrotar a More, si no lo haces pagas con tu vida y la suya –señalo a Isaac

-Muy bien, donde esta él- pregunto Dicaz- mirando por todas partes esperando que saliera por algún lado el guerrero

-No Dicaz, Moe es ella – cogió de la mano a la guapa diablesa que tenía al lado y la acerco hasta él- no te dejes engañar es a la única que le confiado mi vida alguna vez.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

No me maten!!

no tuve tiempo apenas , pero les prometo que me intentare subir de nuevo antes de una semana un besaco enormeeeee!!!

Espero que les guste!!!

^^

FireheartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora