3. Tatiana

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Pov: Lucia

Me desperté como de costumbre, sin absolutamente nada de ganas de ir al instituto, la alarma sonaba como nunca, y como siempre la posponía unos 10 minutos más, y así pasaron los minutos, hasta que tomé el teléfono y vi la hora, fue cuando nuevamente salí volando de la cama, no quería que sucediera lo mismo nuevamente que el día anterior, me bañé, medio me maquillé, tomé lo primero que se me puso enfrente de ropa con los accesorios.

Bajé a desayunar, preparé un jugo energético y le toqué la puerta de la habitación a Valentina, casi olvidaba que se estaba quedando conmigo...

─ Toc Toc ─toco fuertemente la puerta.

─ Cinco minutos más mamá -rezonga. ─ ¡Cual cinco ni que nada, levántate, ya es tarde, debemos estar listas dentro de quince minutos! ¡Y tú aun no te has bañado ni vestido! ─abro la puerta de par en par.

─ ¡Aggg que fastidiosa eres Lucia! ─nuevamente rezonga y se esconde entre las sabanas.

─ ¡Valentina!¡por favor! Es hora de que te levantes y te asees, vistas y desayunemos, el transporte llegará en cualquier momento; y créeme que no quiero que me dejen como el primer día... ─digo halándola de la cama.

─ ¡Ayyyy, no me trates así! ¡Soy una dama, no uno de tus amigos! ─vuelve a rezongar.

─¿Sabes hacer alguna otra cosa más que rezongar? ─pregunto. ─ ¡No quiero ir al instituto! ¡Mi cama me aclama, entiéndemee! ─dice exaltada, lanzándome una almohada.

─ ¿Y...? ¿Si no quedamos hoy en casa? ─pregunta formándose una sonrisa en su rostro, podría decir que se veía hasta angelical, pero eso no se lo creía ni ella misma. ─ ¡Oh No! ¡No nos quedaremos en casa hoy, ni mañana. Vele el lado bueno, ya dentro de tres días es fin de semana y podrás dormir todo lo que quieras! ─digo sacando una puesta de ropa de su closet, del cual estaba sorprendida, pues había llegado ayer y ya tenía todo organizado por color, tipo de prenda y todo, y yo... bueno... a penas encontraba mi teléfono cuando despertaba.

─ ¿¡Cuál es tú afán con ir al instituto hoy!? ─pregunta exaltada.

─No es un afán, simplemente no quiero faltar... aparte apresúrate ya en este tiempo que llevamos hablando han pasado diez minutos, vístete y sal, tendremos nuevamente que llevar el desayuno al instituto.

─ Está bien, pero dime antes... ¿Hay algo en específico que te haga ir al instituto con tanto anim...? ─No para nada ─interrumpo nerviosa. ─te conozco, habla ─responde yendo al baño.

-No se que te hace pensar que hay algún otro motivo por el cuál quiera ir a ese hermoso instituto.

-Lucia... habla. -dice ella con el cepillonde diente en boca

─ Ok, está bien. Admito que hay un chico... no creo que lo hayas visto ayer, porque casi no hablamos, pero creo que si te presenté ante él, bueno en fin, ese chico es muy ahg -hago una mueca agradable. -es muy lindo, se llama Roy, Roy Williams, y no me quedaré encerrada en cuatro paredes, pudiendo ir y ver su linda carita ─digo sonriendo.

─ ¡Ay Lucia, tú no cambias! ─grita desde el baño.

Bip─ bip ─suena la bocina del coche del transporte

─ ¡Debemos irnos! ─grito ─Iré bajando ─dije tomando las cosas de ambas.

Pasaron aproximadamente unos quince minutos hasta que llegamos al instituto, bajamos y fuimos hasta donde estaban los demás chicos, y allí... allí estaba el chico del que le había hablado a Valen, saludamos a todos (cabe destacar que Valen los saludó dándole la mano).

No Es Tan Malo Ser Una Apuesta (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora