Pov: Lucia
Luchar contra una persona que te dobla en peso es algo difícil, Jimmy era el doble de pesado que yo. Y para ser sincera tenía bastante fuerza, después de que literalmente me arrastrara a la cama, y estuviera encima de mí, arracándome la ropa con la mirada, todo en mí por un momento se nubló, pensé en darme por vencida y dejar a la suerte mi vida, pero esa no era yo, no la Lucía que todos conocían. Intentaba quitarmelo de encima, pero era algo sumamente difícil, quería gritar, llorar, pero quería que ese tipo se me quitará de encima.
Luchando a toda costa por buscar una maldita forma de safarme de él, fue cuando maravillosamente apareció en mi campo visual un objeto voluptuoso, y bastante pesado; el cual se encontraba ubicado en la otra mesa de noche, al lado de dicha cama.
Si para salir de aquí tenía que matarlo, no lo pensaría dos veces. La cama era bastante grande, y a medida que intentaba pararme de ésta, iba rodando, con el tipo encima, pero iba cumpliendo mi cometido, acercarme a la otra mesita de noche, dicho instante, Jimmy se descuidó, al escuchar un sonido de un disparo al otro lado de la habitación.
-es mi momento. - pensé
Mi rodilla bajó de inmediato a su entrepierna, y con todo el impulso que pude golpeé esta, la cual había quedado casi expuesta, pues su pantalón de encontraba casi desabrochado, Jimmy quedó aturdido con dicho golpe, con las fuerzas que me quedaban lo expulsé lejos de mí, quitándomelo así de encima, logré ponerme de pie, corrí hacía la salida, pero en ese instante, Jimmy de levantó de golpe y se tiró contra mí, cayendo los dos al suelo, nuevamente.
-No, no por favor déjame ir -súplicaba mientras él me arrastraba, colocándose encima de mí, por enésima vez.
-Creo que no te ha quedado claro que de aquí no sales más que muerta. -dijo riendo.
Por un minuto vi mi vida pasar por enfrente de mi, diezcisiete años, asi dieciocho, resumidos en unos breves momentos.
Mis fuerzas se extinguian poco a poco, mi lágrimas salían de mis ojos por inercia, y yo sólo no podía parar de pensar en Roy... en él maldito que me había hecho tanto daño. Mis manos estaban sostenidas por las de él en el suelo, los piernas si encontraban presionadas sobre sus piernas, y en su expresión podía notar la satisfacción que este tenía por tenerme sumisa ante él.
No. Nunca he sido sumisa de ningún hijo de puta, ahora menos.
No sé cómo, pero logré darle otro golpe en su entrepierna, Jimmy se encontraba desubicado. Fue cuando por impulso me arrastré hasta la mesa de noche del otro lado de la cama, y tomé el objeto con mis manos, lo escondí detrás de mi espalda y me quedé quieta viendo como se acercaba nuevamente a mí, con una sonrisa victoriosa de colocó nuevamente frente de mí.
-Jamás te rindes ¿cierto? -cierto sinismo se hizo notar en su rostro. -¿Sabes que es lo más grave de todo? Que yo tampoco me rindo hasta lograr mi cometido.
Y de esa forma se colocó nuevamente encima de mí, cn el impulso del jalón, el objeto había rodado para abajo de la cama, y de esa forma se repetía el ciclo, mientras el arrancaba la blusa de mi cuerpo, dejándo mis pechos al descubierto sólo con brassier color nude que llevaba puesto. Mi mami buscaba de bajo de la cama dicho objeto, el cuál tenía forma de una especie de pirámide, era pesada, muy pesada, hasta que me impulsé lo suficiente y logré tomarla.
Para este entonces Jimmy se encontraba desabrochando su pantalón, para cometer el acto atroz de abusar de mí.-En serio, suéltame, No quiero dañarte -mentí. Quería matarlo por todo el daño que me había hecho, que nos había hecho.
-Ja, ¿Tú? Hacerme daño, pero pequeña si esto lo vas a disfrutar más tú que yo. -dijo e introdujo su mano por mi pantalón, dejando a un lado la pantie que llevaba puesta, comenzando a jugar con mi parte.
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No Es Tan Malo Ser Una Apuesta (Editando)
Novela JuvenilQue bien se siente ser amada, o por lo menos sentirse querida, he tenido muchos desamores ultimamente, pero al fin consegui al chico de mis sueños, Roy Wilians, se diria que fue amor a primera vista o tal vez... amor por una apuesta. Si, soy la apue...