5. El desmayo

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Pov: Lucía

Salí de los vestidores me dirigía al gimnasio, allí estaban Emiliano Tatiana, Valentina y el famosísimo Vicente junto a otros chicos y demás personas de nuestro grupo.

Comenzamos a trotar por los alrededores de dic o lugar

– 10mins mas -grita el entrenador.

Seguía corriendo pero con intervalos de descanso, ya que llevábamos quince minutos trotando y prácticamente no tenía nada en el estómago; por el pequeño incidente que había tenido en los casilleros no pude ir a comer algo antes de comenzar esta clase.

Me sentía rara, mareada voltee a ver a ver a Valen.

—Estas botando sangre por la nariz - Dice con voz de preocupación. —me tocó la nariz y me veo la mano, y si efectivamente estaba sangrando. No le pongo mayor atención ante esto, ya que nunca antes me había pasado.

—Estás pálida, deberías sentarte en las gradas. — comenta preocupada.

—¡No! –respondo aun corriendo, en estos momentos mi mirada era borrosa.

No lograba ver bien a Valen, no digo nada ante este mareo, ya que pensaba que solo era un momento y ya, pero durante la ultima vuelta me volvió a comenzar a sangrar nuevamente la nariz, cosa que anteriormente había parado.

—Ok... —digo respirando algo agitada.

—¿Estás bien? —nuevamente pregunta. –Sí -—afirmo con voz baja.

Intenté seguir corriendo, pero en un esfuerzo en vano, al intentar si quiera comenzar a dar un paso, me desvanecí.

Pov: Valentina

¡Lucia! – gritamos Emiliano y yo al unísono.

Emiliano corre a donde estaba ella, para así ser él,  el que amortigue el golpe.

El profesor pita ante este suceso para indicar que dejaran de correr.

— ¡Un médico por favor! –Gritaba Emiliano alarmado.

—Vamos, hay que llevarla a la enfermería —dice el entrenador, tomándola en brazos.

—¿Estará bien? —pregunta el entrenador.

—¿Saben si comió algo antes de comenzar el entrenamiento? —indaga el doctor.

—No lo sé, creo que no, no la vimos en la cafetería en la hora del descanso. —responde Emiliano.

—Pues creo que el desmayo se debió justamente a eso, a que no tenía nada en el estómago. —habla el doctor.

— ¿Donde estoy? —pregunta Ella,  confundida

—Estás en la enfermería —tespondo cuidadosamente.

—Tengo que salir de aquí, no me gusta estos ambientes —dice levantándose.

—¡Oh no! Tú no irás a ningún lado y mucho menos así como estás. 

—Sabes que odio estar en enfermerías,  déjame irme —hace puchero.

—No, y esa será nuestra última palabra —digo seria. —Está bien —responde con voz derrotada.

Durante ese tiempo que estuvimos en dicho lugar, Lucia alcanzó a contarme sobre su hermosa obsesión con su nuevo crush, el chico interesante.

—Sabes, antes de que entraramos a esta clase, un chico bastante peculiar me interceptó, y hablamos un poco. Debo de admitir que es un chico bastante interesante, es raro, pero no lo sé,  me da una sensación rara. No sé si me entiendas —comenta ella, despreocupada.

—¿Otro nuevo chico en el laboratorio de Dexter? —pregunto riendo.

—Según dijo, acaba de llegar de viaje con sus padres, y bueno, creo que estudiará con nosotros. De hecho Luego De eso, supuse que querrías saberlo, así que iba a ir a contarte, cuando las chicas esas frívolas me volvieron a interceptar y fue ahí donde el tiempo se esfumó en cuestión de instantes. —comenta ella.

—Malditas chicas, pero ya verán que esto no se va a quedar así —digo con cierta ironía en mente.

—Sabes que si no hubieras dicho lo que dijiste, ese día en el baño,  ahora todo estaría bien, y no tendríamos nuevas enemigas tan rápido en Dexter. —dice ella cruzando sus brazos.

—No es mi culpa, sabes que ser repugnante es algo que me sale por naturaleza —ambas reímos, ante tal comentario.

—Deberíamos irnos, ya de verdad me siento mejor, y además me estoy muriendo de hambre, y sé que al igual tú —dice ella. —Con que así será la manera en la que me chantajearás para que nos vayamos de aquí ¿verdad? —reímos ambas nuevamente.

—Es una propuesta que se que no quieres rechazar.

Pov: Emiliano

Estas chicas me sacarían cañas de color verde, Lucía es una chica super testaruda,  y necia, creo que sin duda alguna eso nos hace compatibles por así decirlo.

Estábamos haciendo la rutina de calentamiento, cuando noté que ella comenzaba a sangrar por la nariz, cosa que era bastante raro. Valentina se veía bastante preocupada,  ante tal suceso.

Ella se acercó a Valentina, y luego volvió a irse, me parecía que se sentía bastante mal...

—¿Pasa algo? —pregunto.

Valen literalmente me ignora. Sólo de queda viendo a Lucia.

—Algo pasa —digo acercándome, poco a poco a Lucia. 

Cuando me faltan tan sólo unos pasos para llegar a ella, veo como su cuerpo cae inconsciente, antes de que dicho cuerpo toque el suelo me lanzo, para ser yo el que amortigue el golpe.

Todo sucedió muy rápido, de un instante a otro estábamos ya en la enfermería, el doctor la estaba atendiendo.

Durante ese tiempo todos nos mantuvimos muy al pendiente de ella,  salí durante unos momentos, y los chicos me bombardearon con preguntas sobre ella, principalmente dos chicos, uno de ellos era Roy,  y el otro era un chico bastante peculiarmente raro.

—Ella está bien, sólo que no comió nada, y debido a ello, se generó el desmayo —digo, intentando calmarlos.

—¿Puedo verla? —preguntan ambos, al unísono.

—Ay Luci, se te van a juntar —pensé.

—Ahorita está con Valen, y no creoque ella se vaya a ir, para que otros la vean, así que creo que es mejor que esperemos a que salgan, y ahí la ven —digo. —de nada Lucía.

Todos asiente, y vuelven a las gradas,  allí guardamos postura mientras los demás hacen los entrenamientos.

La intriga me entró, y quise ir a ver, quien era el chico peculiarmente raro, así es, ahí voy yo de chismoso,  a ver en qué lío me meto, nuevamente...

—Hola —toco su hombro sigilosamente.

—¿hola? —responde bruscamente. —¿Sabes algo de la chica que se desmayó? —me interrumpe.

—Ella está bien, como dije todo fue por no haber comido, pero pronto saldrá, y la podrás ver —sonrío

—No creo que eso pase, pero me alegra mucho saber que estará bien, te pediré que no le digas que pregunté por ella —dice el serio.

—¿Por qué no le diría? Al contrario es un bonito gesto de tu parte, haber preguntad... —sus manos se estampan contra mi cuello, subiendome repentinamente.

—Porque no quieres salir herido, querido amigo. —dice y me suelta, saliendo del gimnasio.

—Este tipo está loco —pienso.


No Es Tan Malo Ser Una Apuesta (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora