A la mañana siguiente, siendo las siete y treinta del día, ambas jovencitas despertaron y mirándose fijamente comenzaron a reírse la una de la otra al verse con sus cabellos alborotados y con sus rostros aún somnolientos.
—Lyosha, de verdad luces terrible a esta hora.
—Tú tampoco te ves muy bien que digamos—respondió la hija de Rosetta—. A todo esto, ¿que procede en este momento?
—Mi rutina habitual es: en media hora irme al colegio y después regresar a estudiar los apuntes que me dio mi madre. Ya los memorice y ahora sólo estoy repasando porque me ha costado mucho trabajo grabarme cada detalle y no quiero olvidarlo—respondió Katya.
—Comprendo y siendo así yo me conectaré con mi profesora personal para no perder el día.
En ese instante Sora llamó a la puerta para después ingresar a la habitación.
—Buenos días Alexia y Ekaterina. Como les dije anoche, hoy pueden comenzar a aprovechar y distraerse, no vayan a clases, lo sé, es un mal consejo pero pueden tomarse el día; ya cuando vayamos a su entrenamiento, estudiaran y entrenaran a diario. Estos días tómenselos como vacaciones.
Las aludidas no dejaban de asombrarse al escuchar a Sora decir esas palabras, pero en su interior era lo que deseaban, vagar, holgazanear y simplemente tener un día como cualquier otro. Por tal motivo, ambas le tomaron la palabra y decidieron, una no ir al colegio y la otra no estudiar a distancia. Sora estaba vestida con ropa deportiva, situación que dejó extrañada a Lyosha.
—Madre, ¿iras a correr en este momento? —preguntó Katya.
—Así es hija, como de costumbre, pero se me hizo un poco tarde, anoche cuando llegamos, tu padre y yo..., bueno..., ya saben y...
Katya y Alexia se sonrojaron en demasía y de inmediato Ekaterina interrumpió a su madre diciendo:
— ¡Madre, no es necesaria tanta información!—Exclamó Katyusha—. Creo que lo mejor es que vayas a hacer tus rutinas diarias, no creo prudente que sepamos lo que tú y papá hicieron anoche, con lo poco que escuchamos fue más que suficiente.
Alexia sonrió enrojecida de las mejillas y simplemente se limitó a escuchar.
—Comprendo pequeñas; ustedes han de disculparnos pero hay cosas que no se pueden evitar y como la mansión es enorme el eco en la noche es más intenso.
— ¡Mamá!—volvió a exclamar Katya un tanto avergonzada, pero sonriente—. Ya te dije que no es necesario que no expliques, mejor ya ve a tus cosas, yo le mostrare nuestro gimnasio a Lyosha y si me permites quiero llevarla al estudio y mostrarle algunos vídeos para que se empiece a familiarizar con todo esto.
Sora sonrío vivamente al ver que su hija realmente estaba demostrando cortesía y hospitalidad ante su invitada y de inmediato accedió a su petición pero antes de eso les propuso lo siguiente:
—Pueden hacer todo lo que quieran pero antes de eso, ¿no les gustaría venir a correr conmigo?
Ekaterina la miró fijamente sabiendo muy bien a donde las llevaría a correr en caso de aceptar y cuando estaba a punto de responder, Alexia se le anticipó diciendo:
—Yo si quiero, no me perdería esta oportunidad por nada del mundo, permítame ponerme ropa más adecuada y nos vamos.
Katya observó fijamente a su compañera y rival para de inmediato abrir su guardarropa y sacar de un cajón especial el pants que su madre le había heredado varios meses atrás. Alexia la miró de reojo y esbozo una leve sonrisa al ver esa ropa vieja y dijo:
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Kaleido Star: El resplandor de una estrella
FanfictionEsta historia nos contara las vivencias de Ekaterina Maksimova Naegino, dieciséis años después del retiro de sus padres. Ella tiene un carácter especial, el cual le causara un sin fin de sinsabores que deberá afrontar a lo largo de su vida. No se pi...