Capítulo 37: Avdunya Sidorova

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Por fin amaneció, la mañana estaba tranquila, seleccionados y seleccionadas rusas ya estaban despiertos al ser las ocho de la mañana.
Ellos estaban tranquilos tras haber reconocido el complejo en donde actuarían ese mismo día por la noche. Estaban todos reunidos en el comedor principal pues iba a desayunar. Ya sentados todos en una misma mesa de tipo circular en color café oscuro Sora se acercó a ellos y les dio las nuevas indicaciones.

—Hace no mucho les dije que sólo Dunya y Tanya participarían en esta competencia, pero he decidido que lo mejor es que tanto Tatiyana, Ekaterina y Alexia participen también.

El rostro de Dunya ensombreció al pensar que su oportunidad se había esfumado, pero esto sucedió.

—Quita esa cara derrotista Avdunya Sidorova. Tú vas a competir también pues la alineación será la siguiente:
Tanya participará, como ya habíamos acordado, en el trapecio, ahí no hay cambio. Ahora vienen las dos actualizaciones en la formación pues ahora Alexia se encargará de la competencia de diábolos y Ekaterina competirá en la cuerda floja. Por otro lado, los aparatos de piso, tela, aro y trampolín serán de Avdunya Sidorova. Tendrás cuatro aparatos a tu poder Dunya, es un porcentaje muy alto para la puntuación final y no quiero error alguno, no hay cabida para las fallas y los errores que para eso entrenamos en Siberia duramente esos últimos días, ¿quedó claro?

La cara de Dunya palideció inmediatamente después de haber escuchado las palabras de Sora. Ella sabía que le habían quitado dos pesos de encima al haber, Sora, repartido dos aparatos entre Katya y Lyosha y la carga sería menor para ella; no obstante, ella no esperaba escuchar esas palabras por parte de Sora, pensó que al ser su primera vez con el equipo absoluto tendría margen de error y más al ser un evento prácticamente de exhibición, pero había algo que no sabía y era que con Sora nunca había un torneo de exhibición, siempre iba a desear ganar y sin margen de error. Todo eso le provocó temor y un sinfín de dudas sobre si misma.

En eso momento ella no pudo más y sin contenerse comenzó a vomitar en pleno almuerzo ensuciando a Ekaterina, quien estaba a su lado.

—¡Se, se, se-ño-ri-ta Yekaterina, perdone mi torpe y grotesca grosería! No era mi intención, en serio, perdóneme.

Las otras personas que ahí asistían miraron con desagrado la bochornosa situación y principalmente al comenzar a sentir el desagradable aroma que empezaba a percibirse en ese lugar. Dunya estaba a punto de ponerse en pie y echarse a correr, pero Katya la detuvo y dijo:

—Tranquila Dunya, no pasa nada, es solo vómito, estás nerviosa y eso le pasa a todo el mundo. Ahora, por favor, no me hables de usted ni me digas señorita. Somos compañeras de selección y principalmente somos amigas, no hay distinciones. Relájate, no hagas caso a las palabras de mi madre, esa señora está loca ok tu diviértete. Vamos a darlo todo desde el principio y vamos a ganar, sólo piensa en eso, en ganar, ganar, ganar y ganar, pero ten confianza en tus habilidades porque las tienes y todos nosotros confiamos en ti. Ahora limpia ese bello rostro, bebe un poco de agua y siéntate mientras yo voy a cambiarme de ropa y ya vuelvo.

Gabrielle y Sora miraban a la distancia lo que sucedia sin intervenir en ningún momento.
Por su parte Alexia, en cuanto Katya se fue a cambiar, ella de inmediato fue detrás de ella mientras Sora las observaba.

—Sora, ¿crees que tu hija y Alexia?... —Preguntó dubitativa Gabrielle.

—Será lo que tenga que ser amiga mía, lo que tenga que ser.

En la habitación de Katya y Alexia, la hija de Sora se estaba cambiando de ropa tranquilamente poniéndose ahora un pantalón de mezclilla negro con una blusa blanca de manga larga y tenis del mismo color de la blusa. Para ese entonces ya su cabellera le llegaba hasta la cintura, similar a Layla Hamilton, su cabello nuevamente era rubio como el de su padre, ya había decidido no teñirlo de purpura por el momento ni cortarse el cabello hasta que fuera necesario. Esa chica de verdad era bella y eso se notaba a leguas de distancia.

Kaleido Star: El resplandor de una estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora