Kaleido Star: El resplandor de una estrella

Capítulo 30: Una fantástica estrella sigue viva

Sora Naeginova estaba sentada en un hermoso sillón de piel color miel dentro de esa sala cubierta con cortinas de seda en color rojo, una hermosa alfombra dorada y varias pinturas de alto nivel artístico. Ella estaba frente a Nastia, quien no dejaba de reírse, como retando a Sora y esto aconteció.

—Así que sigues pensando que esto es una broma. Perfecto. No te quitaré mucho tiempo, únicamente te voy a decir que desde este momento y hasta que comiences a entender que la vida de un acróbata de tu nivel va más allá de querer ser el único centro del universo, quedas fuera de la selección nacional, sea la Elite principal o la clase A. No participarás en ninguna competencia internacional. Estarás bloqueada hasta nuevo aviso o al menos hasta que aprendas a respetar a tus mayores, a tu madre y a tus compañeros de equipo.
Yo no tengo el poder de mandar sobre ti en el aspecto familiar pues no soy ni tu madre ni tu padre para hacerlo, sin embargo, en lo deportivo y artístico sí que puedo hacerlo y por el bien de la selección he tomado esta decisión. Alguien con tu mala actitud sólo nos traerá conflictos y mala vibra en nuestro equipo y hasta que no lo entiendas y madures un poco, quedarás fuera de todo esto.

El rostro de Anastasia palideció y cambió de burlesco a serió y enfadado para de inmediato y con mucha altanería, decir:

— ¡No me vas a asustar señora Naegino!, yo puedo irme de aquí y actuar en cualquier otra selección aprovechando las nuevas reglas de la Federación Internacional y con ello seguir compitiendo en copas mundiales u olimpiadas; así que tus amenazas a mí no me asustan.

Sora sonrió brevemente, se puso de pie, dio media vuelta, caminó unos metros y tomó el teléfono, que estaba en una mesita de madera, para de inmediato marcar un número hasta ese momento desconocido.

Ella comenzó a hablar en francés, todo indicaba que estaba marcando a las oficinas centrales de la Federación Internacional de Acróbatas con sede en Paris, Francia.

—Estimado presidente de la Federación Internacional, habla la 'Zarina'.

Por lo visto del otro lado de la bocina el presidente en turno quedó sorprendido al saber que la propia 'Zarina de los escenarios' le estaba hablando pues Sora sonreía grandemente. En ese momento ella (Sora) dijo algo que Nastia entendió perfectamente y que le quitó esa soberbia y burlesca sonrisa del rostro.

—Hablo, estimado presidente, para informarle que, por decisión personal, he decidido mantener a la acróbata Anastasia Ismailova Korsakova, fuera de toda competencia nacional e internacional debido a una fuerte indisciplina interna de su parte; por consiguiente, como vicepresidenta de la Federación Internacional y presidenta del Comité de Cultura Física y Deporte de Rusia, pido se respete mi decisión, así como la petición de impedir, por todos los medios posibles, que dicha jovencita intenté participar con cualquier otro país que no sea el suyo. La sanción impuesta será finalizada hasta terminados la Copa de Corea del Sur, los Campeonatos Europeos, el Gran Prix y la Copa Mundial de Acrobacia. Si por algún motivo, usted, como máximo dirigente no toma en cuenta mi petición, me veré obligada a ir a circunstancias mayores porque, aunque los nuevos estándares permitan hacer cambio de selección a los acróbatas, debe haber tramites especiales si el acróbata en cuestión no tiene algún tipo de origen del país al que quiere representar y como usted sabe la señorita Korsakova es cien por ciento rusa sin margen de error.

El presidente de la Federación se sorprendió ante semejante petición; él, como dirigente, sabía muy bien la calidad de Anastasia y por ello su asombro al escuchar tal favor, pero sabía muy bien el poder que Sora poseía, la protección de los mandos más altos de Rusia y su poder económico (de Sora) así como su inobjetable historial artístico de la 'Zarina' y si no accedía podía incluso costarle su puesto como presidente y la baja en los patrocinadores por lo cual accedió a todas y cada una de sus peticiones sin hacer mayores preguntas. Tras todo eso, Sora colgó, volteó para ver a su alumna y decir:

—Sé que desde este momento vas a odiarme con todo tu corazón y fuerzas. Me vas a detestar y desearme el peor de los males. Yo estoy consciente de todo eso y espero que tú, dentro de todo ese enorme orgullo y soberbia, comprendas las razones de porque he hecho esto. Tu enorme talento es innegable, impresionante, pero aún eres muy joven y torpe. Prefiero hacer esto ahora, detenerte e intentar, de alguna forma, hacerte entrar en razón, que dejarte seguir haciendo el ridículo más adelante y arriesgar tu vida.
Por ahora estarás inactiva incluso en estos nacionales y sabes muy bien que con el nivel que tienes ahora no ibas a ganarle por ningún medio a Tanya; lo sabes muy bien, así que incluso te evité una humillación mayor. Reflexiona, vas a tener mucho, pero mucho tiempo para eso y cuando lo hayas hecho ve a buscarme que para eso soy tu entrenadora, para ayudarte a crecer en todo lo posible.