5. Somos cazadores

471 37 3
                                    

Horas más tarde...

El turno de Elena había terminado, tan rápido como pudo recogió sus cosas y corrió hacia sus dormitorio. Aún tenía en mente seguir a aquellos agentes llamados Dean y Sam, y averiguar que rayos irían a hacer a Mystic Falls. Sabía que algo no iba bien con aquellos dos y eso estaba por averiguarlo.

Al llegar a su dormitorio, vio a Caroline recostada en su cama mientras leía una revista y a la vez esperaba a que se le secaran sus uñas.

—Hey— saludó Elena, entrando con prisas al baño para darse una ducha rápida, quería alcanzar a dichos "agentes" antes de que partieran a Mystic Falls.

—Hey, hasta que te logro ver— reprendió la rubia, levantándose de la cama. —¿Por qué las prisas?— indagó al ver a su amiga entrar a las carreras a la ducha.

Elena no tardó mucho en ducharse ya que enseguida salió del baño para ir a su cómoda a tomar algo de ropa y cambiarse.

—Necesito ir a... e-este...— comenzó a balbucear la castaña al no encontrar pretexto alguno para darle a su amiga. —Saldré, ¿por qué?— le contradijo algo nerviosa.

—Tranquila Elena, solo preguntaba— espetó Caroline, arrugando la frente al ver el comportamiento de la castaña.

—Por cierto, ¿dónde estuviste anoche? No llegaste a dormir...— comentó Elena con la intención de cambiar de tema.

—Tuve una cita— respondió la ojiazul, esbozando una enorme sonrisa en su rostro.

—Uuuuy, ¿con quién?— indagó curiosa mientras se le formaba una sonrisa de picardía.

Las mejillas de Caroline se tornaron en un ligero color rojo mientras suspiraba con un gran brillo en sus ojos y sin borrar la enorme sonrisa que tenía en los labios.

—¿Recuerdas al compañero del agente?, ¿el alto, con cabello largo?

Elena asintió.

—Pues bueno, salí con él. Bebimos unas cuantas copas, platicamos y vimos que teníamos tanto en común que nos besamos y términos en su habitación de motel— contaba la rubia a su mejor amiga.

Elena no pudo evitar poner una cara de sorpresa y abrir los ojos como plato.

—¡Caroline Forbes!— exclamó la castaña mientras le daba un ligero empujón en el hombro.

Ambas amigas soltaron una sonora carcajada.

—¿Qué?— reclamó entre risas. —Él es realmente lindo además, tiene un lindo trasero...— se defendió la chica, causando que Elena volviera a reír. —¿Y tú cómo vas con el compañero?— preguntó con picardía, haciendo referencia a Dean.

—Es un imbécil, ni me lo menciones...— refunfuñó la morena mientras ponía los ojos en blanco.

—Es realmente lindo, tienes que admitirlo.

—Eso sí— admitió. —Pero conmigo no van los chicos pesados y arrogantes como él.

—Mmm...— murmuró la rubia no muy convencida de lo que decía su amiga. —Del odio, nace el amor y estoy segura que tarde o temprano terminaras por aceptarlo.

Nuevamente las chicas rieron.

—Eso si no lo creo, Caroline Forbes— sentenció con una media sonrisa.

Y ahora que lo recordaba, tenía que darse prisa si es que quería alcanzar a aquellos hombres. Ahora que Caroline había pasado la noche con el chico, llamado Sam, aprovecharía para preguntarle dónde se encontraban ya que, por lo que pudo notar, ellos dos andaban siempre juntos.

Salvation «Dean Winchester»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora