Salvation «Dean Winchester»

18. La maldición

—No se muevan o disparo...— amenazó la chica a ambos hermanos.

—Déjala ir Bela...— pidió cortésmente el Winchester mayor.

—¿Por qué debería, Dean?— cuestionó la chica. —Vamos, dame una buena razón...— les retó.

—Ella no te ha hecho nada Bela, solo déjala ir— está vez habló el más pacífico de los Winchester.

—Lo sé y créeme que no es nada personal cariño pero Klaus está ofreciendo una enorme recompensa por entregar al doppelgänger Petrova— reveló la chica.

—¿El doppelgänger Petrova? ¿De que demonios estás hablando? Yo no soy un doppelgänger—  
alegó la castaña.

—No permitiremos que Klaus la convierta en vampiro— recriminó el de menor altura.

—¿Un vampiro?— frunció el ceño Bela. —Klaus no quiere a Elena para convertirla en vampiro, él la necesita para romper la maldición del sol y la luna— reveló nuevamente. —Ha dicho eso simplemente para hacer que los tontos hermanos Salvatore se la lleven sana y salva para poder utilizarla para romper la maldición.

—¿De qué maldición estás hablando?— interrogó nuevamente.

—No tengo porque darles explicaciones a ustedes dos...— replicó la ojiverde. —Iré caminando lentamente hacía esa puerta y más les vale no intentar nada— advirtió.

Pero al dar los primero pasos, Bela comenzó a tener un horrible dolor de cabeza, llevándose ambas manos a esta y cayó de rodillas sin parar de agonizar de dolor. Rápidamente Elena aprovechó para ir corriendo hacía Dean y Sam.

A los pocos segundos salió Bonnie de su escondite, dando a entender que ella era la causante de la agonía de Bela.

—¡Bonnie!— exclamó con alegría la castaña.

—Será mejor que salgamos de aquí, ¡ahora!— ordenó la bruja.

Los tres cazadores hicieron caso a lo que indicó Bonnie y los cuatro salieron lo más rápido posible del lugar.

—¿Que carajos fue lo que le hiciste Bonnie?— cuestionó el Winchester mayor.

—Le reventé las venas de la cabeza, algo que un humano no soportaría pero es un terrible dolor para las criaturas sobrenaturales que pueden curarse— explicó brevemente.

—¿Me estás queriendo decir que era un...?

—¿Vampiro? Así es cariño— interrumpió Bela, tomándolos por sorpresa.

Sam y Dean intentaron luchar contra Bela pero obviamente ella era muchísimo más fuerte que ambos hermanos, dejándolos fuera de batalla. Así dejando solo a las chicas.

Elena y Bonnie cruzaron miradas y con una clara señal que ellas mismas entendían se fueron contra Bela. Bonnie con su magia comenzó a darle ese terrible dolor de cabeza al vampiro mientras que Elena tomaba una estaca y estuvo a punto de clavársela en el corazón.

—¡Por favor, no! ¡No me mates por favor! ¡No quiero morir!— suplicó desesperadamente la chica.

—Dame una razón para no matarte...— replicó la cazadora.

—Déjame ir y les prometo nunca más molestarlos, es más me iré muy lejos de aquí y nunca más volverán a escuchar de mi— farfulló temerosamente. —...pero por favor, no me mates...— suplicó una vez más.

—¿Qué dicen chicos?— preguntó la cazadora a sus amigos.

—Mátala— opinó Dean.

—¡No! Nosotros no somos así Lena, deberías dejarla ir— está vez dijo Sam.