Salvation «Dean Winchester»

37. Dean regresó

Habían pasado un par de semanas desde que Caroline y Alaric se encargaron de eliminar los recuerdos de la ex cazadora.

Parecía que todo había vuelto a ser como era antes de que Elena conociera a los Winchester.

Caroline había logrado que su amiga recuperara su anterior empleo.

Las clases habían terminado por el día de hoy y la morena se dirigía a toda prisa para llegar a tiempo al trabajo. Corrió a toda prisa y afortunadamente lo logró.

Se colocó el delantal y comenzó a atender a los clientes que ahí se encontraban. Visualizó a su primer cliente y se dirigió a la mesa en la que se encontraba.

—Hola, buenas tardes. ¿Qué puedo ofrecerle?— saludó amablemente la chica, sin darse cuenta de quién era.

—Hola— le devolvió el saludo Stefan.

—Hey...— sonrió algo colorada. —Hola Stefan— mencionó la castaña.

—¿Cómo estás Elena?— preguntó tan caballerosamente como siempre.

—Un poquito agitada, por la universidad y el trabajo. Ya sabes...— respondió algo nerviosa.

Si era sincera, Stefan le parecía muy atractivo y más con esa mirada tan hermosa que tenía.

Por el otro lado, Stefan no desaprovecharía la oportunidad que tenía con la chica. Siempre le había gustado y había atraído algo de ella, tanto física como emocionalmente. Y ahora que Dean había muerto, tenía el camino libre para conquistarla.

—Quisiera ordenar el especial de casa— pidió amablemente el ojiverde mirando el menú del restaurante.

Elena se había perdido en su hermosa mirada que no había prestado atención en lo que había pedido el menor de los Salvatore.

—Perdón, ¿me lo podrías repetir?— señaló apenada, soltando una nerviosa carcajada y colocándose un pequeño mechón de cabello detrás de la oreja.

Stefan rió dulcemente. —Claro, el especial de la casa— sonrió. —Y una cita contigo— soltó finalmente, lo que causó que la castaña se sonrojara.

—El especial de casa— confirmó. —...enseguida te lo traigo— anotó la orden y la llevó a la barra para que se la empezaran a preparar

—¡¿Qué crees que estás haciendo?!— le recriminó Caroline, haciendo exaltar a su amiga.

—¿De donde demonios has salido tú?— le reclamó tratando de incorporarse.

—Eso no importa— alegó. —Stefan Salvatore, el chico más guapo de la universidad, te ha invitado a salir y tú lo has ignorando totalmente— chilló la rubia.

—No sabía que hacer, Caroline. Me puse nerviosa— admitió esta.

—Bueno, ahora que le lleves su orden... dile que sí. Mereces la oportunidad de conocer a chicos, así que ve y aprovecha— le aconsejó su amiga.

—¿Tú crees?

—¡Dah! ¡Claro que si, amiga! ¡Ve a por él!

Elena sonrió y se acercó de nuevo a Stefan, platicaron unos cuantos minutos, debido a que la morena se encontraba en horas de trabajo, para después girarse de nuevo hacia ella y levantar el dedo pulgar en señal de aprobación.