Los días pasaron y ya era hora de volver a la realidad, era hora de regresar a clases así que como siempre Elena y Caroline se levantaron para ir a clases.
—¡Que tengas un lindo día, Lena!— exclamó Caroline con esa gran sonrisa que siempre la caracterizaba.
—Tu también, Care...— respondió la castaña. —Espera...— la rubia se detuvo para enseguida, Elena, abrazarla. —Recuerda que te quiero— sonrío.
—Yo también— le respondió con el mismo gesto. —Te veo después.
Ambas se separaron para cada una ir a sus diferentes clases. Elena caminó por los largos pasillos de la universidad para llegar a su aula, tomó asiento y esperó paciente a que llegara el profesor.
—¡Buenos días alumnos! Espero que hayan tenido unas buenas vacaciones— dijo amablemente. —Este semestre tenemos a un nuevo alumno, por favor denle una cálida bienvenida a su nuevo compañero de clases, Stefan Salvatore.
Los ojos de la castaña ahora expresaban una mirada llena de rabia al ver entrar a Stefan Salvatore a su salón de clases. Se había pasado todas las vacaciones buscándolo a él y a su hermano pero no había tenido mucho éxito y ahora de la nada se aparecía en su salón de clases. ¿Qué es lo que se traerán entre manos? Se preguntó la castaña.
El ojiverde se sentó a un lado de ella, sin embargo la morena ignoró su presencia para prestar atención a la clase.
Al finalizar la clase, Elena salió rápidamente del aula para evitarse un argumento con el vampiro pero al parecer la suerte no estaba de su lado.
—¡Elena!— gritó el guapo vampiro.
Los impulsos de la castaña hicieron que tomara unos de sus lapices de madera y lo humedeciera con un poco de verbena, esperando a que los pasillos estuvieran vacíos, para después incrustarselo en el abdomen.
—¡¿Qué estás haciendo aquí?!— masculló.
Stefan comenzó a jadear de dolor.
—¿Madera? ¿Verbena? Te has convertido en toda una cazadora, ¿ugh?— musitó con ironía.
—Después de todo lo que pasó esa noche... tenía que cuidar de mi misma...— Elena incrustó más a fondo aquel lápiz, causando que Stefan soltará un pequeño quejido más agudo. —...pero ese no es el caso, no has respondido a mi pregunta, ¿Qué. Estás. Haciendo. Aquí?
—Creí que habíamos quedado en buenos términos— la chica incrustó un poco más el lápiz. —Vale, vale, vale, Elena...— jadeó. —Te he demostrado que yo no soy tu enemigo...— trató de defenderse.
La mente de la chica había sido manipulada por la familia Argent, el haber pasado tanto tiempo con ellos causó que le metieran muchas ideas a la cabeza acerca de los vampiros, haciendo que los odiara más de lo que los odiaba antes.
—¿Ah, sí?— río sarcásticamente. —Entonces dime una vez más, ¿qué estás haciendo aquí?— preguntó una vez más.
—Estoy aquí porque Klaus nos envío a Damon y a mi...
—¿A qué?— interrumpió amenazadoramente.
—A transformarlas en vampiro— confesó. —Pero yo solo vine a advertirte... Ahora, ¿podrías soltarme? Esto realmente duele...
Elena, aún no muy convencida, soltó a Stefan y retiró el lápiz del interior de su abdomen y enseguida curarse.
—Gracias— agradeció el Salvatore menor.
—Si tú estás aquí, entonces Damon está con...— la castaña no pudo evitar no preocuparse y dirigirse hacia los edificios de la facultad de su mejor amiga.
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Salvation «Dean Winchester»
FanficCasi se me apaga la luz, llegué a ser solo el eco de una voz que un día brilló, pero un día renació la esperanza, la luz volvió a brillar, me di cuenta que estabas ahí, gritando sin miedo que aún creías en mí... Y por ti y por mi, soy más fuerte y...