Salvation «Dean Winchester»

23. Exorcismo

—¿Me extrañaron?

—Eso no es posible...— musitó muy sorprendido el Winchester menor. —...nosotros te matamos— declaró.

  —En la dimensión en la que vivimos todo es posible, Sam— sentenció la morena. —Y sorprendentemente estoy de vuelta...— enunció. —...y seré yo la que libere de nuevo a Lucifer de la jaula— sonrió con malicia. 

El cazador de mayor altura poseía el famoso cuchillo que Ruby le había dado, estaba tan cegado por el odio hacía el demonio que no recordaba que su amiga aún seguía ahí adentro. Lo único que quería era enviar a Ruby de nuevo al infierno, donde pertenece. Debía aprovechar que venía sola.

Por el otro lado, Dean notó las intensiones de su hermano menor. No iba a permitir que lastimara a Elena, lamentandolo desde muy fondo de su alma, apunto su arma hacía su hermano.

—No lo hagas Sam...— vociferó el ojiverde mayor.

Tanto Sam como Ruby se giraron hacía el Winchester de menor altura. 

—Ella debe morir Dean, no permitiré que libere a Lucifer de la jaula. No cometeré el mismo error dos veces— decretó Sam. 

—Eso no sucederá pero debe haber otra manera— protestó Dean. 

—No, esto debe acabar ahora— señaló furioso, a punto de atacar a Ruby con el cuchillo pero rápidamente el Winchester mayor lo detuvo, arrebatandole el cuchillo de las manos. —¡¿Qué demonios tío?!— masculló molesto. 

—¡No le harás daño! ¡No mientras siga en el cuerpo de Elena!— reprendió el de la cabellera corta, igual de molesto que su hermano. 

Sin embargo, Ruby observaba divertida el gran espectáculo que los hermanos Winchester estaban armando. Le era muy divertido ver pelear a ambos cazadores y sobretodo por una chica. La castaña soltó una sonora carcajada, cautivando la atención de los chicos.

—¿Qué te parece tan divertido?— recriminó seriamente el más alto de los Winchester.

—Nada, es solo que...— río nuevamente. —...es algo irónico que antes ambos morían el uno por el otro pero al parecer eso se acabó— expresó el demonio. —Dean está demasiado enamorado de está chica que, conociéndolo, sería capaz de dar su vida con tal de salvarla. ¿O me equivoco?— indagó dirigiéndose al cazador de cabellera corta mientras que el otro permaneció en silencio. —Si, como imaginaba...— sonrío satisfactoriamente. —¿Y qué hay de ti, Sammy?

—No me digas Sammy— interrumpió. 

—¿Dónde está tu amada, Caroline?— el Winchester menor intentó atacar de nuevo al demonio con el solo hecho de mencionar a la rubia pero con un simple movimiento de manos mandó a ambos hermanos hacía el otro extremo de la habitación, azotandolos contra la pared e inmovilizándolos de cualquier ataque hacia ella. —Oh si... sé acerca de tu querida noviecita vampiro y tengo que admitir que es linda...— comentó la castaña limando sus uñas.

—Aléjate de ella, carajo— amenazó el cazador. —A ella no la metas en esto...

—Tienes que admitir que ella ya está muy metida en esto...— argumentó la morena. 

—Cállate...— sentenció el Winchester menor. 

Mientras que Ruby provocaba a Sam, Dean logró ver a Castiel entrar a la habitación sigilosamente, tenía a la mano una espada angelical y se dirigía hacia el demonio con la intención de clavarle la espada pero el ojiverde no iba a permitir que le hicieran daño al recipiente de Elena. 

—¡Cass, no!— exclamó el mayor de los cazadores.

Inmediatamente el demonio se dio media vuelta para ver al ángel detrás de ella y tal como lo hizo con los Winchester, con un simple movimiento de mano, arrojó al ángel con una fuerza impresionante así desarmandolo completamente y dejándolo indefenso.