28. Fantasmas pt. 2

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[...]

De regreso al edificio, los cazadores decidieron dispersarse. Sam se había ido con Jody mientras que Dean se había ido con Elena pero sobretodo para mantenerla muy bien vigilada. Ambos cazadores se encontraban en el interior de las paredes, intentando encontrar a la víctima del fantasma. 

—Aún no puedo creer cómo pudiste convencer a mi hermano para resolver este caso cuando deberíamos estar preparándonos para la batalla que se viene contra Klaus— le recriminó Dean a la castaña después de haber estado callados durante un largo tiempo.

—Necesitaba distraerme, salir un momento del búnker y olvidarme por un momento que todo el mundo sobrenatural me quiere muerta— replicó Elena con benevolencia. 

—Pero estabas a salvo...— reprendió él, seriamente. 

—No importa dónde esté, Dean— la chica se detuvo. Se posicionó frente del ojiverde y suspiró pesadamente. —Ningún lugar es seguro— aseguró.

—Y yo ya te he dicho que mientras yo este junto a ti, nadie podrá hacerte daño— manifestó con un semblante duro, pero a la vez tierno, en su rostro. —Elena...— vociferó el cazador. —...tienes opciones. Nadie elige esta vida, mi padre me inició en esto cuando era joven. No sabes cuanto quisiera hacer otra cosa, ir a la universidad, casarme, tener una familia...— expresó con ambivalencia. 

—Pero tú amas el trabajo...

—Si, pero yo estoy loco— replicó.

—¿No crees que yo estoy loca también?— respondió tajantemente la castaña.

—Lena, tienes personas que se preocupan por ti, que quieren algo más para ti— farfulló el Winchester. —Esas son cosas buenas y uno no tira cosas como esas. Son difíciles de hallar luego...— añadió con un poco de nostalgia. 

—Lamentablemente ya es tarde para mí...— musitó ella. —...soy la doppelgänger Petrova. Por más que desee que mi vida fuera como antes, ya no será lo mismo. Creo que de alguna u otra manera estaba destinada a esta vida— señaló con un poco de tristeza para después, continuar con su camino, dando por terminada la discusión.

Por su parte, Dean, podía sentir que ella podía ser salvada. Aún tenía esperanza de que recuperara su vida de antes ya que aún era muy joven. Tenía una vida por delante, él lo único que deseaba es que Elena lograra vivir una vida normal, deseaba que terminara la universidad, lograra ir a la graduación, conocer a un chico que realmente la merezca y formar una familia para finalmente morir de manera natural. Realmente no le importaba el precio que tenía que pagar con tal de que, tanto ella como Sam, lograran vivir una vida normal. 

—Dean...— anunció la morena, interrumpiendo los pensamientos del cazador. —...creo que encontré algo— enseguida, Dean caminó con dirección hacía ella para ver que era lo que había encontrado. —¿Podrías pasarme el martillo?

—No te preocupes, yo me encargo— señaló e inmediatamente comenzó a martillar la pared para, después de unos minutos, lograr ver el interior del otro lado del agujero. —Es muy estrecho, no creo poder entrar ahí— decía mientras Elena lo ayudaba alumbrando con su linterna. 

—Quizás tu no pero yo si...— parloteó la chica, escabullendoce del otro lado de la pared. 

—¿Qué? Elena, regresa inmediatamente para acá— le regañó con angustia. 

—Estaré bien, Dean— aseguró muy confiada. 

—Si me pagaran por cada vez que te escucho decir eso, ya sería millonario— respondió sarcásticamente en un leve susurro.

Salvation «Dean Winchester»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora