17. Bruja

194 23 14
                                    

—Yo podría ayudarles...— manifestó una voz femenina, muy conocida para la joven cazadora.

Al darse media vuelta el ojiverde no dudo en ningún momento en levantar su arma y apuntarle a aquella chica que se encontraba frente a ellos.

—¡¿Quién eres tú?!— cuestionó seriamente Dean. —¡¿Y dónde está mi hermano?!

—¡No Dean! ¡No le hagas daño!— intervino una Elena angustiada, interfiriendo en el camino del Winchester mayor.

—Elena, hazte a un lado...— advirtió el guapo ojiverde.

—¡La conozco!— reveló la chica, girándose hacia la chica de tez morena.

—Hola Elena...— saludó la castaña con una enorme sonrisa.

—Bonnie— sonrió la chica, abrazando a su amiga. —¡Me alegra tanto verte!— expresó Elena.

—Igual a mi.

—Pero un segundo... ¿cómo nos encontraste?— indagó algo sorprendida la morena.

—Dijiste que podías ayudarnos... ¿cómo?— interrumpió Dean seriamente.

—Es una larga historia que me gustaría contarte pero no aquí— declaró la chica.

—No tenemos tiempo para eso...— masculló el cazador.

—Dean...— reprendió Elena, fulminándolo con la mirada.

—Vale...— bufó.

—Sube al auto Bonnie— le indicó a su amiga. —¿No sigues Dean?

—Pues ya que...— refunfuñó el Winchester mayor.

Elena simplemente puso los ojos en blanco y subió al auto junto con Bonnie mientras que el cazador subió a su hermoso y precioso Impala, que tanto extrañaba conducir.

—Oh bebé, te extrañé tanto. Te prometo nunca más separarme de ti— chilló el ojiverde encendiendo motores y siguiendo el Porsche de la castaña.

[...]

Al llegar a casa de Bonnie, la chica les ofreció amablemente algo de comer pero ambos cazadores se negaron por las prisas que llevaban.

—Eh... Bombón...

—Bonnie— corrigió Elena.

—Si, si, como sea... Bonnie, no es por ser mal educado pero no tenemos mucho tiempo así que empieza a hablar— protestó un Dean apresurado.

—Si, Bonnie. No es por nada pero tenemos algo de prisa así que dinos lo que tengas que decirnos— replicó la castaña.

—Vale...— suspiró. —¿Recuerdas en la secundaria cuando te decía que era psíquica?— preguntó.

La cazadora frunció el ceño y asintió confundida.

—Bueno pues resulta ser que no era un psíquica sino que era una bruja...

—¿Una qué?— interrumpió el ojiverde indignado.

—Una bruja, sordo— alegó la morena sarcásticamente.

—Ya lo sé Elena, y hasta aquí llego la plática. Gracias por nada Bonnie— reprochó Dean, tomando del brazo a Elena para irse del lugar pero al momento de intentar salir de la casa, algo se los impedía, como si la casa no los dejara salir. Bonnie había hecho un hechizo sobre la casa para que ambos cazadores no pudieran salir.

—Puedo ayudarlos Dean pero necesito que me escuchen— espetó la bruja.

El cazador maldijo desde sus entrañas y como un niño regañado, tomó asiento de nuevo en el sofá al igual que Elena.

Salvation «Dean Winchester»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora