capítulo 5

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Y aquí estoy viviendo como toda una vagabunda en la casa de Anni, me dice que no me preocupe que con tenerle la casa ordenada y mantener la limpieza para ella es suficiente, que en una semana no podía encontrar trabajo y que mi estado aun no esta bien para trabajar y blah, blah, necesito ayudarla de alguna otra forma, ella está en la universidad debido a un beneficio del estado así que no tiene que pagar, sólo se preocupa por la comida y el par del piso, supongo que no me dejara trabajar.

A pasado un tiempo y aún estoy aquí con ella, solo que ahora sí me deja ir a trabajar, tengo un pequeño trabajo de medio tiempo en un supermercado, el sueldo no es mucho pero al menos ayudo en la casa.

Tres meses y aun no me atrevo a ir a casa de mis padres, aveces paso por ahí pero no me atrevo a entrar, solo me quedo parada en la puerta un rato y luego me voy. Últimamente e visto mas a esa criatura con la que soñé aquella noche en él hospital, los sueños se vuelven mas violentos y apenas escapo de ellos. Anni aún no sabe lo de los sueños y tampoco quiero que lo sepa, quizás que me haría si lo supiese.

Esa tarde decidí ir a casa... A casa de mis padres, donde antes vivía, y allí estaba... Otra vez frente a frente con la puerta, no me atrevía a tocarla pero un impulso hizo que tocase la puerta y él timbre, quede un poco sorprendida ya que no había sido "yo" por así decirlo.

—¿Si?.

Me quedé mirando a aquella persona que estaba en la puerta, mi madre, tiempo que no la veía, ella tenía una expresión de asombro y sus ojos totalmente llorosos...

—Marie...

Me abrazo fuertemente y rompió en llanto.

—Hija... Hija... ¿por qué te escapaste?... Te estuvimos buscando, él doctor dijo que por tu estado ya no debíamos tener esperanza...

por.. ¿Mi estado? ... A que te refieres mamá...

—Lo siento ma... No aguantaba un día mas en ese lugar, ustedes ya no podían ir y mi soledad iba creciendo, me iba a volver loca....

Ella no dijo nada, sólo me hizo pasar, desearía nunca haber vuelto a ese lugar, a día de hoy, mi arrepentimiento sisigue.

—hija, ella es Carol...

Yo sólo la quede mirando y no dije nada, llevaba puesta mi ropa y tenia mi teléfono, que bueno ahora era de ella.

Oí una voz masculina en el fondo de la habitación. —Marie... Pensamos que..

—¿Qué estaba muerta?—no pude evitar hablar en tono sarcástico.

—Bueno, si, estabas mal, muy mal. No había modo de que vivieras...

—Buebi, hija, ¿Quieres algo?, ¿Comida?, ¿Chocolate caliente?.—La suave voz de mi madre "calmó" un poco la situación.

Ya lo entendía, todo estaba claro en mi mente, ellos ya me daban por muerta cuando estaba en él hospital y como mamá no podía tener hijos debieron haber adoptado a carol. Quizá para no quedar solos y demás pero, yo aún no moría y no quisieron esperar un poco más, no fueron capaces.

—No gracias... Mamá.—Cargué mi voz un poco cuando dije mamá, realmente me sentía afectada.

—Creo que deberías irte.—La voz de mi padre y su comentario inundaron la habitación, quedamos en silencio.

—¿Qué?, no los entiendo, primero, me buscan y ahora que estoy aquí pides que me vaya.

—Realmente lo siento pero, mi hija murió hace mucho, Marie.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, carol solo observaba la escena, no decía nada, sólo estaba ahí sentada con él teléfono en mano.

—Esta bien, me iré y no molestaré más en esta casa.

—Por favor Marie, no digas eso.—La suave voz de mi madre intentando calmarme pero, ya ni eso podía hacerlo.

—No puedo creer lo que escucho, todos los días me esforzaba por vivir, para poder estar con ustedes, cada día los esperaba con ansias para poder verlos, abrazarlos y que me dieran sus esperanzas... Pero resulta que los primeros en perderla fueron ustedes... Y mientras intentaba estar cada día mejor para que estuviesen tranquilos ustedes... Ustedes estaban haciendo todo para tener un remplazo, por eso mamá no iba a veces, no era el trabajo, era esto...

—Marie.—Mi madre se puso firme frente a todos. Por favor, sabes donde esta la puerta, gracias por venir, te agradecemos todo pero ahora sólo eres una extraña para nosotros.

No dije nada, solo los mire con odio y tristeza, aún no me creía lo que estaba viendo, pude haberme llevado bien con carol, haberla conocido y ser su hermana, pero la actitud de mis padres... Eso hizo que quisiera irme de ese lugar, y eso hice salí de la casa y cerré la puerta fuertemente, no quería ir de inmediato a casa así que fui a dar una vuelta por ahí.

Dando vueltas por las calles comence a escuchar que alguien hablaba, no le di importancia, no quería andar de metiche en conversaciones ajenas~

Marie...

Escuché ni nombre y comencé a mirar mi al rededor, no había nadie que estuviera lo suficientemente cerca como para que me dirigiese la palabra.

Puedo ayudarte... Calmar tu ira...

Lo volví a escuchar...

—¿Quien eres?.—Pregunté en un tímido susurro.

Eso no importa ahora, ya entenderás más adelante.

Sólo lo ignoré, estaba asustada así que volví al departamento de Anni. Al llegar entre tranquilamente, al parecer no estaba. Me diriji a su habitación, quizás estaba durmiendo, cuando entre, puse una mano en mi boca y tenía los ojos llorosos.

—Anni...

Me acerqué tímidamente al frío cuerpo sin vida de Anni, estaba todo lleno de sangre, como si de una pelea se hubiera tratado.

—¿Qué paso?...

Abracé fuertemente el cuerpo de Anni, comencé a examinar la habitación con la mirada y en la pared había un circulo con una X encima.

—Anni... Esto no quedará así...

Me levanté del piso y me dirigí a la cocina donde había un teléfono, lo tome y llamé a la policía. Cuando llegó la policía me llenaron de preguntas, apenas respondía... La rabia, la tristeza, la decepción... Me estaban consumiendo, me dijeron que me quedara en otro lugar ya que este departamento era la escena de un crimen así que salí de la casa en busca de una habitación para poder pasar la noche.

Encontré una pequeña habitación no era costosa y era para pasar la noche, no le vi problema, así que decidí quedarme. Llegue a la habitación, me acosté y fui cerrando mis ojos lentamente.

Puedo ayudarte...

—¿Otra vez tú?, ¿quien eres?

—Pequeña... Soy Zalgo, un demonio y puedo ayudarte con tu... Venganza.

—¿Venganza?, ¿De qué hablas?.

¿Qué?—preguntó sarcástico.—¿Acaso no deseas venganza por la muerte de tu amiga?.

—No sé de que hablas.

Cuando estes segura llámame, vendré enseguida. Sólo te advierto que un vez tomes la desicion no habrá vuelta atrás.

Me volví a despertar transpirando, con la respiración agitada y con esas molestas "lágrimas".

—¿Qué acaba de pasar?...

Sobre El Trono De Mi Padre (Zalgo) - [Actualizaciones Lentas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora