Suena el despertador y lo apago sin más.
Espero un rato más en la cama, pero decido levantarme ya.
Abro el armario y busco la ropa que me quiero poner hoy.No le doy muchas vueltas y cojo lo primero que veo.
Me ducho y voy a la cocina.
-Buenos dias- saludo a Lorena, giró mi cuello haciéndolo tronar- ¿No estas cansada?
-Si, ¿Porque te despiertas tan pronto? Son las 8 y tu hoy entras a las 11- comenta extrañada.
-Ya, pero tengo que ingresar el dinero de ayer- digo mientras empiezo a comer- y ya de paso, voy a plastificar los pósters, que aún no los he colgado y están cogiendo polvo.
-Pues hoy tengo una reunión muy importante y estoy de los nervios, ¿por cierto te conté que mi jefe ha roto con la zorra?- pregunta con la boca llena.
-Traga coño, y no, ósea que el mazizo está libre ee- digo moviendo mis cejas.
-Si pero, no intentaré nada- comenta agachado la cabeza.
-Esta noche lo hablamos con helado, mascarillas y series- le digo levantándome de la mesa- no me esperes para comer, te quiero.
Cojo los pósters y mi mochila con todo lo de las clases.
Dejo los pósters en la tienda y me dicen que los tendré para esta tarde.
Voy andando en dirección al banco y me suena el móvil.
-Digamelon- contestó sin mirar.
-Soy Tito- Contesta dudoso.
-Hola, ¿pasa algo?- pregunto extrañada.
-No tranquila, era por si podías quedar- entro al banco y empiezo ha hacer los trámites.
-Esta tarde puedo- meto el dinero en el cajero e imprimo mis últimos movimientos bancarios- pásate por el colegio sobre las cinco y media- termino y decido pasarme por la tienda de chuches, soy adicta ha esa mierda.
-Perfecto, te veo esta tarde-se despide y cuelga.
Llego al colegio y entro, paso a la sala de profesores y me encuentro a Alexis liandose con Cristina, la profesora de infantil.
En cuanto los veo cierro la puerta, como se le ocurre liarse en horario de clase, cualquiera les puede ver.
Como ya es la hora del patio dejo mis cosas en la clase y bajo, ya que me toca guardia.
En cuanto veo a Alexis en el patio me acerco a el.
-Yo de ti dejaba de darme el lote en el trabajo, porque esta vez te he visto yo, si te llega a ver otra persona se te cae el pelo- le digo sin mirarle.
-¿Lo has visto?- pregunta incómodo.
-Si, a mi me da igual pero entre que te pueden pillar, se te cae el pelo y que te recuerdo que tienes novia, pues te considero un capullo- le digo mirándolo- pero de buen rollo.
-No estoy con ella, me dejó- comenta agachado la mirada- digamos que se enteró que me interesaba otra persona.
-¿Cristina? Es muy guapa y simpática un buen partido- le digo sonriendo.
-No, en realidad es otra persona pero, no creo tener ninguna oportunidad- comenta triste.
-¿Porque todos los tíos decís lo mismo? Echarle cojones, ir a por ello, quien no se arriesga no gana- le comento exasperada.
-Si, pero tampoco pierde, dejemos el tema- comenta alejándose de mi.
Suspiro frustrada, en serio que no entiendo la mentalidad de los hombres, con lo fácil que es todo, no entiendo porque se complican tanto.
En fin miro la hora y ya es hora de volver a clase.
Esta vez toca enseñarles los plurales y singulares.
Nos pasamos la hora con eso.
Llega la hora de comer y decido comer en el colegio, me da palo irme a casa y volver.
-Sandra, voy a ir a por sushi, ¿vas a querer?- pregunta Alexis entrando en mi clase.
-Si, claro- contestó levantándome para comer mi monedero- ¿Se queda alguien mas?- pregunto abriendo mi monedero.
-No, sólo estamos tu y yo, bueno y Larry, pero el se queda en el comedor, a, y no te preocupes hoy invito yo- dice saliendo de mi clase.
Dejo la cartera en la mesa y le sigo.
-¡Te debo una entonces!- le grito sonriendo.
Me siento de nuevo en mi escritorio y sigo corrigiendo deberes.
Suena mi móvil y lo cojo sin mirar.
-Digamelon- contesto acabando de corregir el último folio.
-Aquí el tío más bueno del mundo- comenta Marc.
-¿Alex?- comentó divertida.
-No- le oigo gruñir.
-Oh, entonces eres Tito- digo segura.
-Sandra, te estás pasando y me ofendes.
-Se que eres tu Marc, pero reconoce que ha sido gracioso- digo riendome.
-Eso habrá sido para ti, en fin, te llamaba para quedar esta tarde y asi me cuentas lo de Tito- mierda.
-Marc, no puedo quedar esta tarde, he quedado con Tito- se hace un silencio al otro lado de la línea.
Estoy apunto de volver a hablar, pero entra Alexis con la comida.
-Sandra, ya estoy aquí, ven cuando puedas- dice alzando la bolsa con la comida.
Levanto el pulgar y me levanto.
-¿Marc sigues aquí?- pregunto mientras ando a la par qur Alexis.
-Si- contesta frío y cortante.
-Mira Marc, te juro que si pudiera te contaba todo, a ti y a todos, pero no puedo, hasta que Tito no me de luz verde no puedo, entiendelo, es un tema muy delicado que puede hacer que estalle la tercera guerra mundial- digo miéntras me siento y espero que Alexis desempaque todo- no puedo decirte nada, lo siento.
-Más lo siento yo, porque no confías en mi- comenta levantándome la voz.
-Marc, algo que no te tolerar es que me grites, por lo tanto ahora te colgaré y cuando te calmes me llamas y entonces decidiré si contestar o no, adiós- cuelgo mientras le oigo decir que no cuelgue.
Suspiro.
-¿Todo bien?- pregunta comiendo un rollito de sushi.
-Si tranquilo, aveces pienso como los hombres podéis ser tan idiotas, no lo entiendo- suspiro comiendo de mi sushi.
-¿Problemoas con tu novio?- pregunta viviendo de su vaso.
-Que va, con unos amigos, que son idiotas- digo divertida.
Seguimos comiendo mientras hablamos de todo un poco.
Por la tarde se me pasa rápido ya que seguimos con los plurales.
A las cuatro y media terminó y dejo a los niños con sus padres, ahora tenemos una reunión para hablar de las colonias, que benditas ganas tengo de ir.
Acaba la reunión a las seis menos cuarto, mierda Tito me mata.
Cojo mi bolso y me despido de todos super rápido.
En la puerta esra Tito.
-Siento llegar tarde, la reunión se ha alargado- me disculpo rápidamente.
-No te preocupes, ¿Vamos?- pregunta.
-Claro.
Llegamos a una cafetería cerca de mi casa y nos sentamos en la terraza.
Pedimos y mientras esperamos empezamosa ha hablar.
-¿Qué harás?- pregunto seria.
-No lo se- dice sacudiendose el pelo exasperado.
-Yo se lo contaba, aunque se enfade, tiene derecho a la verdad- le digo tranquila, aunque por dentro me está ardiendo la sangre, como alguien puede hacerle eso a Alex, con lo bueno que es.
-Pero me va a matar, seguro que ella le contará alguna historia- dice preocupado.
-Pero yo- llega el camarero y nos sirve- estaré a tu lado y te apollare, y estoy segura que si se lo decimos a Marc el también te apollare.
-Creo que tienes razón- dice veviendo de su copa.
-Mañana mismo se lo dices a Marc y cuando podamos quedar los cuatro se lo decimos, pero antes que pase más tiempo, si no, será un caos.
Seguimos hablando de otras cosas hasta que se nos hace tarde y decidimos irnos cada uno a nuestras casas.
Madre mía que día más largo y pesado.