2º / La Corona

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          —Violet?, ¡Violet! —No podía ni siquiera percibir quién era, el día había sido agotador, tanto que ni siquiera mi cuerpo me daba las gracias por mantenerlo un día más con vida.

     Durante la mañana habíamos ido a entrenar, mi padre era un hombre estricto y quería que sus hijos estén completamente preparados para los desafíos que la vida y el bosque nos colocaran en frente nuestro.

          —¡Vamos Violet! Acaso ya te has cansado, vaya cuerpo más débil que posees —Aludía Gabriel, mientras empezaba a alardear sobre sus dotes de velocidad.

          —Aire... —Susurré colocándolo de cabeza, ahora sabríamos quién es el más fuerte. Levantándome del suelo volví a mirarlo fijamente—. ¿Decías?

          —No es justo, yo no poseo ninguna habilidad mágica, pero creo que podemos dejarlo como un empate ¿Qué te parece? —Insinuó sonriendo desesperadamente al ver la altitud de su caída.

          —¿Nunca podrás decirme que gané? —Arqueé una de mis cejas, Gabriel era realmente obstinado y terco, sin embargo mis dotes para persuadirlo eran únicos.

          —¡Esta bien Violet! Pero por favor no me eleves más —Soltó.

     Mi hermano poseía un miedo terrible a las alturas, un miedo que fácilmente era provocado por mis mañas.

          —Otra vez se ha quedado dormida con los ojos abiertos —Agregaba una voz diferente a la anterior, esta vez más fina y delicada, seguramente de mí madre.

          —Creo que la dejaron en shock, con su preposición. Al parecer fue más fácil pensarlo que decirlo ahora ¿No creen? Fue mucho para procesar en un solo día, sinceramente... exageraron —Decía Gabriel mientras masticaba.

     Una de las razones más poderosas para hacerme la dormida, era que justo cuando pensaba que mi presente no podía empeorar, mis padres me darían la noticia de que sería la próxima reina de todo Deyron. Estaba nublada, completamente en blanco, mis ojos no parpadeaban, sentía un escalofrío recorriendo mi columna y un fuerte dolor de cabeza que se atrevía a atontar mi mente.

          —¿Y Violet que decides? —Preguntó mi madre, ella sabía muy bien que no estaba dormida, tan solo estaba algo paralizada y cansada de tantas injusticias, las cuales siempre las pagaba yo.

          —No sé qué decir... —Busqué la respuesta más apropiada para decir "No"—. Es mucha responsabilidad otorgada en solo un segundo ¿Acaso pensaron esto antes de decírmelo? ¿Están seguros de que podré con esto yo sola?

     Había vuelto a la realidad, aunque quisiera, nunca podría evadir mis responsabilidades, sin embargo ahora me preocupaban otras cosas, según yo, más importantes que la idea de convertirme en reina y tomar decisiones que cambiarían el destino y caminar de todos los súbditos, prefería quedarme dormida y amanecer cuando estuviese el desayuno, es más preferiría tantas cosas, antes de que la corona recaiga en mis responsabilidades.

Lost In Your Eyes - [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora