---Violet---
––¡Sosténganse! –gritó Anker preparado para realizar maniobras evasivas, para nuestra mala suerte no hubo nada de que agarrarnos; mientras los movimientos aumentaban su brusquedad, sin previo aviso empezaron a llover miles de bombas desde los barcos.
––¡Anker sube! –exclamó Gabriel asustado.
Estaba tan cansado que sobrevolaba muy bajo; me estaba volviendo loca con esos estruendos causados por los cañones, debía hacer algo ¿Pero qué?, de pronto como si fuera un trazo de luz , me llego la idea a la cabeza.
––¡Malhora ayúdame a desviar las bombas! –dije dirigiendo mi mirada a la de ella.
––¡Violet cuidado! –Malhora había desviado un dardo paralizador.
––Malhora necesito que los hipnotices, después ordénales que lancen más de esos – refuté sin saber si aceptaría.
––¡No! ¡¿Estás loca?! Pondrías en peligro a todos.
La escuché decir mientras se reusaba, sabía que tenía razón era una idea completamente desquiciada pero era la única que se me había ocurro entre tanto ruido.
––¡Solo hazlo! – hablé dándole una mirada eufórica y preocupante.
––¡Espero que sepas lo que haces! –susurró Malhora atendiendo mi petición suicida.
Una niebla densa cubrió los barcos, haciendo que la visibilidad baje considerablemente.
––¡Aquí vienen! –gritó Hana cubriéndose con el abrazo que Gabriel le proporcionaba, parecía que al fin la habían aceptado.
Una lluvia de dardos paralizadores se estaban acercando a una velocidad increíble dispuestos a atacar.
––Aquí voy... –rogaba porque mi idea funcionara, si no estaríamos en graves y peligrosos problemas.
Utilicé las corrientes de aire para repeler los dardos, los cuales respondieron a mi ingenio volviendo de vuelta a sus lanzadores.
––Creo que debería dispersar la niebla –agregó quitándola.
Miles de dardos habían arremetido contra los barcos, los cuales poseían tripulantes completamente inservibles a causa de la parálisis, a lo lejos se escuchaba un regaño departe del capitán parecía que él era único que se había salvado
––¡Malditas brujas, la pagaran con su sangre, lo juro! –expresaba aquel capitán frustrado.
––V-Violet creo que no todo salió bien –la dulce y delicada voz de Hana despertó mis sentidos, arremetiendo diversos choques nerviosos, expresados en escalofríos, las piernas me espesaron a temblar como el peor veneno de víbora, mis palabras habían sido extraídas de mi boca y el sentimiento de preocupación rodeaba las palmas y yemas de mis dedos a tal punto de quedarse heladas.
Al girar me encontré con esa terrible escena, un dardo había arremetido contra en brazo de Gabriel que cubría el rostro de Hana.
––¡Gabriel! –fue lo último que dije antes de caer sumergidos al agua por causa de que Anker no podía más.
+ ¡Todos están bien! – Grite esperando su respuesta, pocos segundos después salían a la superficie los rostros de Malhora, Anker y Gabriel pero no el de Hana.
De pronto algo tiró de mi pierna jalándola hacía abajo, ¿La sorpresa? Era Hana la cual les dio un beso a cada uno de nosotros para poder respirar bajo el mar.
––Necesito enseñarles algo –dijo Hana dirigiéndose a una antigua estatua, el recuerdo vino a mí esto era el templo del cual ella tanto me habló después de haber salido de Atlántida.
Tuvimos que coger a Gabriel antes de que se quedara varado, estaba herido.
––¡Hana que intentas hacer! –exclamó Malhora asustada cuando Hana colocó el tridente en una especie de cerradura antigua.
––Esto es lo que tuve que hacer, este es mi reino... ¡MI TRONO!.
El momento fue decisivo, cuando Hana colocó el Tridente de Poseidón en aquella cerradura una luminosa y segadora luz emanó de aquel trasto legendario, de pronto la tierra empezó a temblar al punto de casi convulsionar, millones de edificaciones emergían victoriosamente del mar, dando a conocer el verdadero potencial de lo que un día fue la mayor civilización humana, me temó por sorpresa habíamos quedado en lo alto de un templo, desde el mar no parecía tan majestuoso, era el más alto de todo el reino. Un sol cálido secaba cualquier rastro de agua y el oro relucía en cada monumento y edificación exitosamente construida. Una completa obra maestra que estuvo escondida por tantos años, algo espectacularmente bello.
––Esto es hermoso –dije segada por su belleza.
––¿Esto era lo que querías hacer? –preguntó Malhora.
––Ajá, Bienvenidos a mi reino, mi herencia la flor de cada lengua, la cumbre de la sabiduría y la edificación, esta es mi casa –expresó contenta.
––Chicos creo que alguien sigue empeorando –la voz de Anker quito cualquier rastro de felicidad convirtiéndolo en preocupación.
––Esto no es un dardo paralizador, es uno venenoso –aclaró Malhora sacando el veneno desde su boca expulsándolo afuera de su cuerpo, pero salía muy poco, debía hacer algo rápido si no Gabriel sufriría más daño.
––Intenta sacarlo con tu aire –dijo Hana dando una idea muy inteligente, las dos hicimos lo posible hasta que por fin salió todo el veneno del cuerpo de Gabriel, el cual habría poco a poco sus ojos.
––Dios no me des esos sustos –dijo Malhora dándole un beso en la comisura de los labios, un gesto que no lo venía venir.
––Creo que debemos buscar refugio –dijo Anker dirigiendo su mirada a Hana.
––Síganme –agregó palpando cada milímetro de mármol del cual se extendía por todo el camino.
––Esto es bellísimo, pero ¿Cómo sabías que estaba ahí la cerradura? –hablé curiosa.
––Pues solo lo sentí, supongo... –dijo sonriendo de manera dulce y tierna.
––¡Aquí es!, entre y descansen el día está por caer debemos prepararnos, el frío reina por estos lares de Atlántida –dijo Hana cerrando la puerta de lo que parecía un complejo de juegos.
––Buscaré algo de comer, si quieren pueden jugar un rato –agregó rodando una de la más limpias pelotas.
––Esto es increíble –pensé.
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Lost In Your Eyes - [EDITANDO]
FantasySiempre crecí pensando en el bienestar de los demás, así fue como me olvide de mí misma, solo quiero poder sentir el abrazo de mis padres, en ellos encontraré la respuesta, pero ahora que se fueron, poco más que su voz llego a recordar. "Ve eterna f...