Capítulo 37 - "Elfos, De Princesa descendí, en Bruja me convertí" [ 2 Parte ]

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              ––¿Entonces aceptan? –preguntó el vejez con aparente esperanza en su ojos.

              ––Creo que es nuestra única salida –susurró Anker a mi oídos.

              ––Esta bien, después no dejarán ir –agregó Gabriel.

              ––Si es que cumplen bien su trabajo –contradijo aquel arquero vanidoso.

              ––Les daré las coordenadas de su trabajo, asegúrense de hacer el menor ruido posible no queremos que llame a sus aliados –recalcó el anciano, sacando un mapa de el cajón, nos entregó con mucha seguridad, parecía confiar en nosotros, algo sorprendente pues recién habíamos llegado–. Aquí está su mapa, buena suerte y tomen el camino más corto, adiós –fue lo último que escuché antes de salir de aquella carpa.

* * *

Horas antes...

                  ––¿La aldea de los Elfos? –preguntó Malhora confundida–. Nunca había visitado tal lugar –aclaró Malhora.

                  ––Hemos estado ocultos durante miles de años, ningún humano o especie diferente a nosotros ha pisado esta aldea, somos los mejores en todo, pero la humildad esta primero –dijo el anciano.

                  ––Primero...ustedes no trajeron aquí, no queremos problemas solo queríamos llegar al castillo de aquella bruja –insinué.

                  ––Las coincidencias no existen, ustedes fueron traídos aquí por una razón y esa es salvarnos de Gorliat –agregó el gurú.

                  ––Ni siquiera sabemos sus nombres –interrumpió Violet dando un paso al frente.

                  ––Disculpad nuestros modales, él es Durotar nuestro mejor arquero, quien les habla es el gurú protector de este pueblo Nárwëaclaró Nárwë con una sonrisa.

                  ––Bueno creo que deberemos quedarnos a la fuerza –explicó Hana colocando un puchero muy tierno.

                  ––No podemos quedarnos, tenemos cosas más importantes que estar en aldeítas –dijo Gabriel avanzando.

Un rápido movimiento de los soldados, hizo que Gabriel terminara con un cuchillo en el cuello.

                  ––Y... ¿Exactamente que es un Gorliat? –insinuó con dificultad Gabriel al ver el filo de aquel arma.

                  ––Síganme les explicaré –era Durotar con una sonrisa de par en par.

                  ––Creo que son muy fuertes –dijo Violet algo incómoda.

                  ––Pero no más que nosotros –insinué sacándole la lengua a una estatua muy vieja.

                  ––¿Dijeron algo? –preguntó Durotar cambiando su expresión repentinamente.

                  ––E... no lo siento, no pasa nada –respondí nervioso.

                  ––Más le vale continuar así de callados y reservados, no querrán saber de lo que soy capaz –agregó acelerando el paso.

                  ––Durotar... no asustes a nuestros invitados –aclaró Nárwë girando para quedar frente a nosotros.

Abrió la entrada, nos esperaba un escritorio bastante desordenado para ser de un gurú, estantes llenos de pócimas y curaciones contra enfermedades, libros de historia y relatos populares, uno que otro de pócimas.

                 ––Los Gorliat son una raza de Orcos, muy especializados en armaduras y la construcción de las fortalezas –aclaró Nárwë.

                ––Así que son Orcos, que tan peligrosos llegan a ser –habló Hana apoyándose en el escritorio.

                 ––¿Acaso tu peleas? –Bufó Durotar dando carcajadas.

                 ––Yo poseo el corazón de Atlantis, si quiero ahora mismo podrías estar muerto –aclaró Hana colocándose enfrente de él, encarándolo.

                ––¡¿Tú eres la defensora del corazón de Atlantis?! –exclamó Nárwë acercándose a Hana para tomar su mano.

                ––¿Necesita algo? –dije acercándola a mi pecho.

                ––Cálmate solo quiero experimentar su verdadera fuerza, a través de ella también podré ver que tan fuerte son ustedes, ¿Ella es cercana a ustedes? –preguntó Nárwë.

                ––S-Si lo es –dijo Violet acariciándole el cabello con delicadeza.

Ahí estaban Nárwë arrodillado ante los pies de Hana, unas cuantas expresiones de aquél viejo sorprendieron e intrigaron a nuestra respiración.

               ––Que mal, parece que me he equivocado –habló alejándose de la niña.

              ––¿Qué quieres decir? –preguntó Malhora mirándolo.

             ––Parece que la emanación de fuerza no viene de ella, eres fuerte niña, pero aquel aura que percibí es aún más fuerte que tú –explicó Nárwë.

             ––¡Suelte mi escudo señorita! –gritó uno de los soldados al ver que Violet estaba jugueteando con él, ni siquiera llegué a percibir cuando fue que se movió.

             ––L-Lo siento pensé que ya nos íbamos a ir –excusó Violet sonriendo suavemente.

             ––¡Puede ser que tú seas la dueña de esa fuerza! –exclamó Durotar.

Nárwë acercándose ligeramente a ella y tomándole de la mano inspeccionó hasta lo más recóndito de sus secretos. Tardaron unos cuantos minutos antes de que se pare en silencio y diga sin ningún pero.

             ––¿Ella es hija de un Dios acaso?

Las miradas de nosotros se fundieron en la confusión completa, ¿Violet hija de un Dios? ¿Era posible eso? ¿Por qué me lo ocultaría?, si así fuera una decepción tan grande nacería de lo profundo de mi ser, no podría ocultarlo, mucho menos esperar una posible recuperación, no habría más que decir.

             ––No lo es que yo sepa –dije confundido–. ¿Violet acaso me ocultas algo? –agregué mirándola intrigado y algo enojado.

             ––No, es algo raro ¿Está bien Nárwë? –respondió con mucha facilidad, algo me decía que estaba diciendo la verdad.

             ––Entonces creo que tu fuerza se debe a un hechizo antiguo de una bruja muy fuerte –aclaró Nárwë.

            ––Eso sí, de una bruja mala –dije aliviado.

             ––Pero el conjuro no es de una bruja mala, al contraría la bruja es blanca y muy bien especializada es estás artes –dijo muy seguro de cada palabra que salía de su boca.

             ––Mi madre –susurró.


Lost In Your Eyes - [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora