Lost In Your Eyes - [EDITANDO]

Capítulo 38 - "Elfos, CIERVO BLANCO" [ 3 Parte]

     ––¡Cómo es que tú sabes eso! –gritó Gabriel con ganas de mandarme lejos.

     ––Es cierto, nuestra madre era una bruja –admití finalmente.

     ––Pero ¡¿Por qué nunca no lo dijiste?! –gritó Anker, su decepción era inminente.

     ––Por eso la inmunidad ante mis hechizos –agregó Malhora inspeccionándome nuevamente.

     ––Sea lo que sea, tu eres muy especial, no debes dejarte llevar por las emociones, he pasado durante muchos años esperando poder tener frente a mí a un ser tan poderoso como tú, eres muy afortunada –agregó Nárwë.

     ––¡Explícate! –gritó Gabriel.

     ––H-Hace unos cuantos años, en una noche fría la cual no puedo recordar mucho, tenía ganas de ir a la cocina para tomar algo, en el camino debía cruzar por el cuarto de mamá y papá, al pasar vi como la puerta estaba un poco abierta, sin querer mi curiosidad ganó y me quedé viendo como mamá leía unos cuantos libros de magia blanca, desde ese momento supe que era en verdad, nuestra madre –solté sin esperar reacciones positivas.

    ––Dime, dime ¡Qué más ocultas! –seguía gritando Gabriel–. No te vasta con lo que hemos pasado, siempre debes de tener algo reservado, siempre nos pones nerviosos, eres una mentirosa, no sé cómo puedes estar tan tranquila, con la semejante noticia que nos acabas de soltar.

    ––Les juro que les iba a contar, pero no llegaba todavía el momento.

    ––¡¿Qué momento?! ¡¿Qué mierda esperabas?! –era Anker, su voz de decepción e angustia me partía el corazón.

    ––¡Cálmate! No es justo que sean tres contra una sola –defendió Hana poniéndose de mi lado, igual lo haría Malhora.

   ––Las brujas se apoyan –sonrió Malhora.

   ––Me prometiste no más secretos, confié en ti, pero que recibí a cambio, más mentiras, no eres más que otra chica común y corriente.

   ––Cuida tus palabras Anker, no es otro hombre con el que puedes charlar sin llevarte merecido –Malhora y su sentido común.

   ––Yo pienso igual –mi propia sangre, mi hermano, si él pensaba eso de mí, no creo que debería seguir con esta absurda venganza que después de este momento ya no vale la pena.

   ––Tu eres su hermano, como puedes pensar eso de ella, te desconozco –dijo Hana fortísimo.

   ––Si eso es lo que piensas de mí, no veo por qué seguimos juntos, tu y yo, ya no existe, ahora serás libre, me iré lejos de ti, no quiero verte a la cara, tu... estás muerto para mí –sentencié.

    ––¡Violet! –la voz de Durotar.

Salí de la tienda lo más rápido que pude, mis sentimientos explotaban en ira, no podía ni siquiera llorar, la rabia me colmaba quería hacerlo añicos, todo este tiempo no le significo nada todos estos momentos juntos de nada le sirvieron, solo fue una ilusión más, nunca me quiso, solo estaba conmigo por obligación, solo era una marioneta de sus sentimientos, ¡Te odio!

Salí con rumbo no identificado, corrí sin dirección alguna y finalmente paré en un gran árbol, el cual nunca en mi vida había visto, sus ramas eran perfectas, sus raíces eran pilares de gran tamaño, sus hojas, adornos de un lindo y hermoso florero, la creación más perfecta que jamás pensé presenciar en vida. Me acerqué para tocarlo, cuando sentí toda su energía emanar de aquel árbol, no podía creer que este tuviera tanta fuerza y pureza, era sorprendente. Una mariposa blanca como el alba se posó encima de mi mano, la cual aún seguía unida al tronco, sin aviso el árbol se empezó a transformar hasta convertirse en un gran Ciervo Blanco, una leyenda de mis abuelos, los cuales lo veneraban.

    ––Cómo lo siento –hablé colocándome de rodillas.

    ––Párate, no soy de temer, pero creo que tú sí –su telepatía era asombrosa, si tenía esa capacidad no me imagino que más podría saber.

    ––¿Por qué lo dice? –pregunté.

    ––La furia e ira que sientes ahora, podría destruir todo este bosque, pero también sé que eso no es lo que quieres ¿O sí?

    ––No, claro que no, solo estoy un poco triste y a la vez decepcionada de una persona.

    ––¿Anker?, No debes de preocuparte por él, él sabe que ha cometido un error y querrá compensarlo –agregó el Ciervo.

    ––Pero ese es el problema, no quiero volver con él.

    ––¿Estás segura de tus palabras? Son sentencia para el destino y tú lo conoces muy bien.

    ––A estas altura ya ni siquiera sé si me quiere, no creo poder mirarlo a los ojos después de lo que oculté.

      ––Violet, algo que tus abuelos me enseñaron fue la comprensión y tolerancia, pero creo que tú ya sabes eso, mis palabras son pergaminos lo cuales ya están escritos, son magia y fuerza las cuales emanan protección y curación.

     ––¿Qué me tratas de decir?

     ––La razón por la que tu madre se convirtió en una bruja, fue para protegerme, le enseñé lo que sabía y ella acepto ser mi aprendiz.

     ––¿Por qué nos lo oculto?

    ––Fue un juramento, prometió no decir nada a nadie y esa promesa fue sellada, hasta esa noche que tu madre de descubrió, poco después me enteraría de la protección que te dio y también de su terrible muerte. Lo lamento, pero creo que es tarde para decirlo, si en ti esta seguir sus pasos, no dudaré en hacerte mi nueva aprendiz.

    ––¿Eso me ayudará a vencer a la bruja?

    ––No puedo decirte eso, la fuerza para hacer ese cometido, solo la tienes tú.

   ––Es cierto. Entonces... acepto.