Siempre crecí pensando en el bienestar de los demás,
así fue como me olvide de mí misma, solo quiero poder
sentir el abrazo de mis padres, en ellos encontraré la respuesta,
pero ahora que se fueron, poco más que su voz llego a recordar.
"Ve eterna f...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
---Anker---
––¿Hana? Como lo siento no debí hacerte recordar eso, lamento haberte dejado seguir en ese lugar tanto tiempo –escuché hablar a Violet mientras las dos se unían en un cálido y sincero abrazo
––No te preocupes pude recuperar algo que es de mi herencia –refutó dando a conocer el artilugio conseguido.
––E-Es el Tridente de Poseidón –aclaró Gabriel perplejo por el gran diseño de aquel objeto antiquísimo.
––¡¿Cómo conseguiste esto?! –dijo Malhora acercándose para tocarlo pero por alguna razón se quemó.
––¡Ouch! –gimió de dolor.
––¿Por qué pasa eso contigo? –pregunté mirándola extrañado y con algo de curiosidad por escuchar su respuesta, la cual estaba seguro que no sería nada buena.
––Los Dioses odian a las brujas –murmuró alejándose sutilmente.
––Las brujas como yo y mi madre, somos dueñas de nuestra propia magia y no dependemos de ningún Dios, somos autosuficientes y eso es lo que les molesta por eso juraron nunca ayudarnos, nos dejaron de lado –explicó Malhora dando una mirada asesina a ese tridente el cual se redujo al tamaño de un tenedor.
––¡Qué le hiciste! –exclamó Hana preocupada.
––Tranquila no le hice nada solo se encogió –habló Malhora despreocupada.
––Intenta manejarlo –agregué intentando calmar la tensión acumulada en el ambiente. Efectivamente era eso, el Tridente se transformaba cuando no estaba en uso, cuando lo utilizabas volvía a su forma normal y épica.
––¡Gracias Anker! –agregó como un bebe emocionado con su juguete.
El día fue completamente difícil para mí, volar y llevar a 4 personas encima mío es muy ajetreado; la tarde caía y la noche estaba dando sus primeros indicios de aparición.
––Creo que deberíamos de buscar posada –inferí dando un bostezo que duró por unos cuantos segundos.
––Vaya que si posees sueño, además tienes razón no he comido nada y las reservas se han agotado, es tiempo de llenarlas –dijo Violet acariciando mi mejilla.
––Atención chicos descenderemos, estén preparados para bajar –bromeé antes de bajar por completo del cielo.
* * *
––Oigan creo que no estamos en un buen lugar –dijo Malhora enseñándonos la gran cantidad de barcos piratas.
––Solo vamos a buscar un lugar para dormir y algo para comer, no vamos a pelear, ni armar revuelo –aclaré haciendo que se calmara un poco.
––Bueno Hana, Malhora y yo, iremos a conseguir algo de comer y beber ¿Por qué ustedes no buscan un lugar para dormir? –propuso Violet dándonos una sonrisa pícara.
––Esta bien –asentí con la cabeza, antes de que entraran a un bar.
––¿Qué crees que suceda con Malhora? –empezó a preguntar Gabriel mientras buscábamos posada.
––No lo sé creo que se siente amenazada con la compañía de Hana, pero no le veo razón ella es solo una niña.
––¿Olvidaste que tiene el arma de un Dios? –interrumpió Gabriel algo nervioso.
––Si pero eso no la hace un peligro, además no sabemos que pasó ahí abajo no nos quieren contar, así que será mejor dejar de hablar sobre eso y céntrate en hallar un buen lugar para dormir –dije algo molesto por tanta incomodidad hacia Hana.
––¡Brujas! –escuchamos gritar a un hombre que salía corriendo de aquel bar.
––¡Por favor no entren! –dijo el hombre agarrando el cuello de mi camisa.
––Por favor cálmese que ha visto –habló Gabriel, seguro para saber más acerca del incidente.
––Tres...Tres chicas una menor y dos adultas, una de ellas controlaba el fuego y otras cosas, la otra sacaba fantasmas de las manos, pero la última, la más pequeña era la más feroz con ese tenedor gigante ¡Ayuda! –empezó a gritar mientras la demás muchedumbre miraba exaltada y sorprendida.
––Creo que debemos ir a ver qué pasa –dije corriendo hasta el lugar, al abrir a puerta un escenario increíble pasaba por mis ojos dejándome con la boca abierta, piratas contra unas cuantas chicas mágicas.
––¡Anker! –gritó Violet dirigiendo a Hana y Malhora para que salieran del lugar.
Todos corrimos para evitar salir lastimados, estaba tan cansado pero tendría que volver a volar.
––¡Esto es el colmo! Son mujeres y se comportan como si no tuvieran modales –gritó el señor de la barra.
Salimos disparados desde ese lugar tendríamos que pasar la noche en una de esas islas.
––Chicos... -habló Malhora entrecortando su voz.
––¿Q-Que pasa? –pregunté aun con sueñopor estar volando.