Capítulo 27 - "Hana, Mermaid daughter"

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---Anker---

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---Anker---

Estaba atado a una silla sin posibilidades de moverme ¿Por qué no me convertía? La sirena fue muy astuta inmediatamente me colocó un antigua amuleto de Poseidón, el cual impide cualquier transformación algo incómodo para mí.

                ––Bueno primor creo que esta va a ser tu mejor noche, la pasarás inolvidable –agregó.

                ––Lamentarás haber hecho lo que hicisteis ¿¡Dónde está Violet!? –grité mientras miraba como daba órdenes a las demás.

                ––Disculpa estoy ocupada tus amigos no se pueden exterminar solos ¿o sí? –habló mientras reía.

                ––Lo que pretendas hacer ten por seguro que no te lo dejarán -aclaré.   

                ––Tranquilo amor no quiero carne arrugada y vieja no sería nada saludable para mí –fue lo último que escuché antes de que me volvieran a tapar el rostro.

¿Dónde estaría Violet? ¿Se encontraría bien?, me sentía tan mal por haber sido débil ante unas cuantas ilusiones, no puedo culpar a nadie más, yo solo caí en la trampa y si no fuera suficiente llevé a mis amigos a la mismísima miseria. 

                ––¡Hey! Hana, tengo que salir un momento los preparativos los tengo que revisar para que no haya ningún fallo, te dejo a cargo a este humano no le hagas nada o no querrás saber cómo terminarás. 

Aquel dialogó me sacó de mis pensamientos. De pronto mi rostro quedo descubierto y una inocente niña me estaba observando. 

                ––¿T-Tu eres el malo? –preguntó. 

                ––Si eso es lo que piensas, no tengo remedio –dije sin ganas para seguir hablando. 

                ––Yo no veo maldad en ti.

De repente mi cuerpo estaba brillando a medida que la niña colocaba su mano en mi rostro.

                ––¿P-Por qué haces esto? –pregunté asombrado de lo que estaba pasando. 

                ––Eres especial, no mereces estar aquí, eres más que piel y huesos, eres...Espíritu. 

La voz de aquella niñita despertó una gran fuerza haciendo que las cuerdas se rompieran de tan solo un suave movimiento.

                ––¿Q-Qué me hiciste? –dije mirando mi cuerpo. 

                ––Curé tu espíritu, las heridas de las perdidas y engaños, de las mentiras y arrogancias todo ha sido curado –dijo abrazándome con su pequeños brazos, ere imposible de creer que una persona de tan poca edad poseía una sabiduría tan grande.

                ––Hana ¿no? Pues te doy las gracias, ahora me podrías hacer un favor –hablé mirándola fijamente.

                ––¿Violet?, Se encuentra en una de las mazmorras, si quieres te puedo guiar, pero me debes de prometer algo... –dijo, parecía inofensiva, me daba un sentimiento de la hermana que nunca tuve. 

                ––Te escucho –hablé.

                ––Quiero que me lleves contigo –explicó.

                ––Pero tú perteneces aquí, eres una sirena –agregué.

                ––Yo no soy una sirena, mi madre era una sirena, recibí un beso de ella y ahora vivo aquí.

Eso era cierto, cuenta la leyenda que si una sirena te da un beso de amor puro, puede vivir para siempre bajo el mar, es como si te convirtieras en una sirena.

               ––Está bien, te llevaré –dije dándole un abrazo.

               ––Me da gusto que hicieras nuevos amigos, pero recibirás tu castigo –era Néreya. 

               ––Tú no eres nadie, no mereces tener vida, recuperaré lo que le robaste algún día a mi madre y ten por seguro que no te serviré como la llave –respondió Hana.

Por lo poco que entendía la tal Néreya había robado algo que era importante para Hana, pero ¿Qué sería? Solo pude mirar mientras la valentía se acumulaba en ella, hasta que... 

                ––¡Me hartaste mocosa insolente! –exclamó Néreya.

De pronto empezó a cantar la melodía era tan dulce que me hacía desvanecerme, pero poco dudaría Hana siendo aún más fuerte que ella, clavo una estaca en su torso.

               ––¡No Hana! –grité cogiéndola. 

               ––¡Si yo muero tú también! –gritó Hana. 

Néreya cayó al suelo desmayada con la profunda herida que se hizo Hana. 

               ––Hana dime dónde está Malhora y Gabriel ellos te salvarán. 

               ––Sigue el camino de las luces rojas y llegarás a su celda –dijo sin fuerzas. 

Seguí sin ver atrás y por fin había llegado. 

              ––Sí que te demoraste –habló Gabriel. 

              ––Malhora necesito que la cures y evita que venga conmigo, deben salir de aquí, iré a por Violet –interrumpí y salí corriendo. 

              ––Dios que te hicisteis –escuché decir a Malhora mientras la curaba.

Solo podía pensar en Violet.

             ––¿Dónde estaría? ¿Estaría bien? Voy por ti amor... -susurré.


Lost In Your Eyes - [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora