Final (V)

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Julio

Iba salir a tirar la basura en pijama cuando me tropecé con Alicia en el rellano. Estaba preciosa, con un vestido negro ajustado que destacaba más esa cintura de avispa que tenía, con unos tacones plateados que hacían juego con sus ojos, unos ojos que estaban resaltados por ese maquillaje que se había puesto.

Me avergoncé de las pintas que llevaba.

Me comentó que iba a salir con sus amigas, para celebrar que todas habían terminado al fin la carrera. Entonces me percaté de que no sabía su edad. Siempre me había figurado que tenía más o menos dieciocho años y que, si estudiase, estaría en el primer año de carrera. Pero no, tenía veintidós años.

Y ya se había independizado. Ya se había buscado la vida y encontrado un trabajo. Y, por lo visto, había tenido que renunciar sus estudios, a tal punto que ni terminó sus estudios. Y, seguramente, también tuvo que renunciar a sus sueños.

Le dije que estaba preciosa cuando nos despedimos. Ella se sonrojó y me dio las gracias. Me encantaba hacerla sonrojar.

AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora