Noveno recuerdo (IV)

202 27 3
                                    


Y me corto.

Respiro profundamente, más calmada, con el corazón menos agitado. Al fin me he podido suministrar mi dosis de calmantes.

Ya no me duele tanto.

Ya la vida me vuelve a parecer mejor.

Pensar que había conocido ese atajo tan pronto y que nunca lo tomé...

AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora