Juicio (parte 2)

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Björn puso una cabeza de cabra sobre la mesa.

—Quiero ir a Categat. Quiero ver que mi padre regrese pronto. Debe regresar pronto.—le dijo a Athelstan.

—Le di mi palabra a tu padre de que los cuidaría.

—No estás cuidándonos. Nos cuidamos solos.

—No puedo permitirles ir solos a Categat. Su padre nunca toleraría eso.

—Entonces deberíamos ir juntos. Los tres.

—¿Y quién cuidaría la granja? —no hubo respuesta— Por lo que estamos por recibir damos gracias que el Señor nos permita estar agradecidos. Amén.—hizo la señal de la cruz y luego le sirvió a Gyda y a Björn en un vaso para poder empezar a comer.

—¿Puedo beber cerveza? —preguntó Gyda.

—Eres demasiado joven para beber, Gyda.

Gyda estaba triste, su hermano agarró el vaso y le dio de tomar cerveza a su hermana, mientras miraba a Athelstan desafiante.

—Quiero ofrecer un sacrificio para Thor, para que mi padre regrese a salvo —dijo Björn.

—¿Qué sacrificarás?

—¡A ti! —le gritó y se fue.

Al anochecer Athelstan prendió una vela y sacó su Biblia, abrió una página donde se encontraba a Dios, el sacerdote tocó su figura.

—¿Dónde estas, Señor? —dejó una pausa— Dime ¿Es tu deseo que yo esté aquí con estos paganos? ¿De qué te sirve? No entiendo—siguió hablando desconcertado, por primera vez no podía comprender a Dios— Y por primera vez en mi vida, estoy enfadado contigo. Permites que maten y vendan a mis hermanos. ¿Este es realmente tu deseo? Por primera vez, me siento solo. ¿Dónde estás, Señor? ¿Y por qué no me respondes?

Athelstan escuchó un ruido, agarró su vela y se levantó. Cuando se acercó resultó ser el ruido de un búho pequeño dentro de la casa.

—Es solo un búho. —dijo decepcionado y fue hacia las camas— Björn, despierta.

—¿Qué sucede?

—Nos iremos a Categat. Todos, mañana.

En la mañana siguiente el puerto estaba repleto, y el gran bote de Floki al mando de Ragnar, se acercaba a todas las familias que los esperaban. Después de bajar todos del barco, la tripulación fue hacia el Conde.

—Ragnar Lothbrok, amigo, ¿qué tal tu viaje? Exitoso, espero, por el bien de todos.

Ragnar bajo una pesada especie de bolsa completamente llena de oro.

—Los sajones nos atacaron cuando regresamos al barco, con gran fuerza, pero ¡los vencimos!—dijo hablándole también a la gente, que celebró su victoria.

—Eres el hombre que dicen que eres. Un gran aventurero, y me alegra aclamar tus logros y participar de los beneficios de tu asalto—hizo un silencio y empezó a buscar algo entre la gente— Pero no veo a mi amigo, Knut. ¿Dónde está?

—Knut está muerto.

—¿Muerto?—hubo otro silencio— ¿Murió en batalla?

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