La increíble historia de las hazañas del vikingo Ragnar Lothbrok, junto a su familia. ¿Quieres conocer como era la vida de los vikingos? ¿Quieres aprender a pensar como uno? ¿Conocer su cultura? ¿O tan solo leer una buena historia de hombres altos y...
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Cinco hombres a caballo, encapuchados y acompañados de una gran tormenta acaban de ingresar en Götaland, Suecia. Los caballos galopaban, haciendo rebotar los grandes escudos contra las espaldas de los nórdicos, cruzaban los pequeños charcos creados por las intensas lluvias, hasta que por fin encontraron esas paredes de piedras que protegían el gran pueblo de Jard Borg.
—¿Por qué no nos dejan secarnos y calentarnos? —le dijo Floki a sus compañeros una vez dentro del condado —Si me quedo así, me oxidaré.—comentó tiritando.
—¿Cómo es este Jarl Borg? No es manera de tratar a los invitados, sean quienes sean.—soltó Rollo molesto.
—En especial, si han viajado por tantos días.—dijo un compañero.
Un hombre de cabellos largos y rubios hizo una seña con dos dedos hacia el grupo de Ragnar, dos personas que estaban impidiendo su paso dieron un paso al costado dejándolos pasar. Todos se pusieron en cuclillas frente a un fuego para calentar sus manos y cuerpos mojados.
—¿Son los emisarios del rey Horik? —preguntó Borg —Puedo decirles que están perdiendo su tiempo.—soltó sin dejarlos responder a su anterior pregunta —Es mi tierra, y quiero que me la devuelvan. Es todo lo que diré —siguió tomando de su vaso.
—Quiere la paz con ustedes —soltó Ragnar mientras calentaba sus manos —y que lleguen a un acuerdo.
—Entonces, díganle que si deja mi tierra, tendremos paz —dijo Jarl demostrando su postura —Pero antes no.
—¿Cómo puedes lograr la paz, Jarl Borg —empezó a sonreír —si insistes en humillarlo?
—Si lo invado y lo derroto, ¿no se sentiría más humillado todavía?
—No si lucha bien.—le respondió Ragnar frotándose las manos y mirándolo fijamente con esos grandes ojos azules —En cualquier caso, estoy seguro de que disfrutará de una pelea.
Hubo un silencio largo, Ragnar y Jarl se miraron, este último dio un par se golpecitos a la mesa con su vaso y se levantó bruscamente, el emisario del rey Horik hizo lo mismo.
—¿Cómo te llamas? —soltó Borg acercándose a Lothbrok.
—Ragnar Lothbrok.—dijo colocando sus manos por encima del fuego para seguir calentándose.
—¿Eres Ragnar Lothbrok, el que navegó al oeste? —preguntó con curiosidad.
—Me sorprende que sepas eso.
—¿Por qué te sorprende? —preguntó Jarl después de reírse —Todo el mundo sabe de tus hazañas —dejó un pequeño silencio —¿Por qué aún no le hemos ofrecido a nuestros invitados ropa y comida? Traten bien a estos hombres. Denles cerveza, déjenlos secar y denles comida—ordenó —Mañana hablaremos de nuevo, Ragnar Lothbrok.
Mientras tanto, la hora de la cena llegó en el pueblo de Ragnar. Siggy le ofreció comida a Lagertha quien la rechazó moviendo la cabeza.
—No has comido en tres días.—dijo su hija mientras Lagertha intentaba llevarse un pedazo de comida a la boca —¿Lo ves?
