En un fin de semana, Marinette tenía muchos planes en mente: comprar tela para diseñar la ropa del pequeño Louis y llevarlo por primera vez de paseo por el parque, así que durante el mediodía, Marinette se alistó para llevarlos a cabo.
—¿Vas a salir, hija? —preguntó Sabine al escuchar fuertes ruidos de la escalera.
Marinette sostenía una carriola de color azul celeste desde las escaleras, hasta detenerse en seco cuando escuchó aquello.
—Eh, sí… Iré a comprar tela y luego llevaré a Louis al paAAAR…
No pudo terminar la oración debido a que tropezó por las escaleras junto con la carriola, aterrizando sentada en el suelo.
—Parque —rio nerviosa.
—¿Estás bien? —preguntó Sabine levantándose del sofá.
—¡Sí! —se incorporó al instante—. Ahora yo… Eh… Debo llevarme… A Louis conmigo… Je je…
Marinette sostuvo a Louis desde la cocina y lo sentó en la carriola con algo de dificultad, hasta llevarlo a la puerta.
—¡Nos vemos!
Y sin más, se fue, dejando a una Sabine inmóvil de su lugar.
[...]
Marinette caminaba por las calles de la ciudad de París. El cielo estaba despejado, perfecto para salir al aire libre. Inconscientemente suspiró profundo, disfrutando el momento.
Le recordó su infancia, cuando vivía en Shangai con su familia, corriendo por el parque divirtiéndose con sus amigos.
—Bueno, es hora de comprar esas telas para la colección de Marinette Dupain-Cheng —sonrió.
Dicho eso, entró con la carriola a la tienda de telas. Buscando todo lo que necesitaba, pasó con la cajera a pagar. De repente, escuchó varios murmuros de otras señoras en la barra.
—¿Ya viste a esa chica? —dijo una de las señoras.
—Sí, y con un bebé —le respondió otra.
—Pobrecita, ¿cómo va a poder cuidar de él sin el padre? —Marinette cerró los ojos.
—Es verdad, viene sola, debió tenerlo demasiado joven —apretó sus puños.
Y fue la gota que derramó el vaso.
—¡¿Y qué, tienen un problema con adolescentes que llevan a un bebé a una tienda de telas?! —gritó Marinette furiosa—. ¿O acaso celos de que ustedes no tienen hijos por ser estériles?
Las señoras la miraron molestas y se fueron lo más pronto posible de la tienda. Marinette suspiró.
—No soporto a las personas con rumores falsos —murmuró.
—Ni yo.
La azabache miró sorprendida a la cajera, quien al instante bajó la mirada avergonzada y le entregó una bolsa con las telas.
—G… Gracias por su compra.
Marinette se fue de la tienda sin decir nada. Después, decidió llevar a Louis al parque, donde habían algunos niños corriendo y algunas personas sentadas en diferentes sitios.
Se acercó a uno de los asientos, dejando a un lado la carriola observando a Louis, quien sólo la miraba directamente, sosteniendo un mordedero.
—Eres tan lindo con ese color de ojos, ¿verdad que sí? —sonrió Marinette y lo tomó en sus brazos—. Ahora que lo pienso, te pareces mucho a…
Su sonrisa se desvaneció lentamente.
—Adrien.
Se quedó en silencio por un momento.
—Sí, lo admito, no puedo dejar de pensar en él… Supongo que al enamorarte de alguien… Y que te rechace… Es mucho más difícil ignorarlo.
Marinette miró hacia al frente, recargando su espalda y cabeza sobre el asiento.
—Y no sólo eso… Sino también a una presumida engreída llamada Chloé Burgueois —frunció el ceño.
Louis soltó un pequeño ruido de su boca como forma de respuesta y la azabache continuó observándolo.
—¿Tú me entiendes, no, pequeño? —preguntó.
Éste no respondió.
—No importa lo que pase, te seguiré cuidando y educando… Sólo debo ser más paciente… Como si fueras mi propio… Hijo…
Marinette no pudo evitar sonreír.
—¿Marinette? —se escuchó una voz masculina.
La mencionada volteó, quedando inmóvil de su lugar.
—¿L… Luka? —soltó.
Luka estaba parado cerca, con el soporte de su guitarra en su espalda. Fue entonces cuando Marinette miró de reojo a Louis.
—Y… Yo… Eh… ¡Debo irme!
Apresuradamente dejó a Louis en la carriola y caminó lejos con él, pero Luka la siguió.
—¡Marinette, espera! —habló.
Marinette se detuvo, apretando sus ojos, hasta que volteó a verlo.
—Luka, escucha… Yo… Seguro pensarás algo justo ahora, pero créeme, no es lo que piensas, es que…
—No, no estoy pensando en nada de eso —interrumpió.
—¿Eh? ¿E… En nada? —parpadeó un par de veces.
—De hecho quise acercarme a ti… Ha pasado un tiempo desde que hablamos y…
Mientras tanto, desde el otro lado del parque, Chloé y Sabrina caminaban después de ir de compras y, como siempre, Sabrina era la que cargaba las bolsas de compras.
—¿Debería visitar a Adrinkis? Seguro una visita de mi parte le quitará lo distraído de estos días —comentó Chloé.
—No es mala idea, Chloé, pero… ¿No crees que necesitaría una mano con todas estas bolsas? —cuestionó Sabrina.
—¡Sabrina! Ten un poco de consideración —interrumpió—. Recién me pinté las uñas y es obvio que no puedo arruinar la pintura cargando cualquier cosa.
—Pero si cargas una bolsa no te…
Chloé colocó su dedo índice sobre la boca de Sabrina, interrumpiéndola de nuevo.
—Shh, mejor no me presiones, ¿quieres? No quiero que arruines este fin de semana sólo por un…
—¡Chloé, mira! —ahora Sabrina interrumpió señalando detrás de Chloé.
—¡¿Qué?! ¿Ahora qué? —volteó.
Ambas se detuvieron en seco. Desde lejos, pudieron ver a Marinette hablando nerviosa con Luka, así que optaron por esconderse en los arbustos.
—No puedo creerlo, la panadera utilizando a alguien para olvidarse de su terrible rechazo —rio Chloé.
—¿Por qué hay una carriola junto a ella? —cuestionó Sabrina.
—¿Es niñera? ¡Yo qué voy a saber! —rodó los ojos.
—¿Estás segura?
Entonces observaron que Marinette sostenía en sus brazos al pequeño Louis, mientras Luka tomaba la carriola. Hubo un silencio.
—¡Ya te lo dije! Es una panadera y niñera desesperada por salir adelante —dijo Chloé.
—¡¿Acaso no te das cuenta?!
Chloé miró de reojo a Louis.
—Ese niño se parece a…
—¡NI SE TE OCURRA DECIRLO, SABRINA! —gritó—. ¡Puede ser un niño, más no de él! Es imposible.
Y sin más, la pelirrubia se incorporó, sacando su teléfono para tomar una foto.
—Muy bien, panadera, no sólo te enfrentarás a las fans de Luka, sino también a algo con qué intimidarte —sonrió Chloé.
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Un Pequeño Milagro [Adrien & Marinette]
FanfictionCuando Marinette Dupain-Cheng es rechazada por Adrien Agreste, su gran amor, pronto la presencia de un pequeño milagro podría cambiar su vida, pero sobretodo una oportunidad para regresar con esa persona a quien amó, a pesar de que algunos estén dis...