Un Pequeño Milagro [Adrien & Marinette]

Capítulo 13- Te Recuperaré

Chat Noir, de alguna forma, perdió de vista a Ladybug, saltando techo tras techo. Suspiró a pesar del cansancio de buscarla, apretando los puños con fuerza.

—¿Por qué no pude decirle antes? —pensó—. Pensé que este era el momento indicado.

Aterrizó en un callejón para destransformarse a través del aura verde. Su mirada era seria, en cambio Plagg estaba exhausto.

—La próxima vez dime cuándo vas a pasar todo el día buscando al amor de tu vida —bufó el kwami.

—Como sea —suspiró Adrien.

Al salir del callejón, se encontró con el hospital que estaba frente a él. Sin embargo, observó a Tom y Sabine salir apresurados, mirando a su alrededor. Entonces supo que algo andaba mal.

—Señores Dupain —se acercó a ellos.

—Adrien, ¿has visto a Marinette? ¿Sabes algo de ella? —preguntó Tom preocupado.

—No, ¿por qué? ¿qué pasó? —alzó una ceja.

—Nuestra hija escapó del hospital, las enfermeras no pudieron encontrarla y temen que haya salido por sí misma —respondió Sabine.

Adrien expresó las mismas emociones que ambos y miró a su alrededor.

—No se preocupen, iré a buscarla.

Y sin más, corrió apresurado a buscar por las calles de París. Tardó un tiempo para darse cuenta de que era casi imposible encontrarla.

—Te llevará años encontrar a la chica a la cual le rompiste su corazón y le obligaste a huir del país para ir con un psicólogo —comentó Plagg.

—Ahora no, Plagg —Adrien frunció el ceño.

Así que entró a un callejón y antes de transformarse, Plagg salió de su chaqueta.

—No entiendo por qué temes por ella y decides salir a buscarla, tú la rechazaste, ¿ahora ella te importa? —preguntó cruzando los brazos.

—Claro que sí, que la haya rechazado no quiere decir que no me preocupe por ella —respondió molesto.

Adrien bajó la mirada, encontrándose con el brazalete que Marinette le regaló, en su bolsillo.

—Ella era mi mejor amiga… No puedo perderla…

Hubo un silencio.

—Eres imposible —bufó Plagg.

—No tengo tiempo para esto.

Y en cuestión de segundos, Chat Noir saltó hacia un techo de un edificio con la ayuda de su bastón plateado. Desde el cielo de tonos rosados y anaranjados, se observaba el Sol ocultarse.

Olvidándose de eso, el rubio siguió buscando por las calles desde los puntos altos de los edificios, hasta que se detuvo en seco.

Se percató de una silueta en un balcón, y no era cualquier balcón. Era el de la casa de Marinette.

—¿Mi… Mi Lady?

Ladybug estaba ahí, sosteniendo a Louis en sus brazos, quien poco a poco cerraba sus ojos. Chat Noir contempló la escena, su corazón latió con fuerza. Tragó saliva pesadamente y se acercó.

—¿Mi Lady?

Ella volteó, sobresaltada.

—¿Chat Noir? ¿Qué haces aquí?

Sus ojos estaban oscuros, por lo que el rubio los observó por un largo tiempo, mientras el escenario era el cielo colorido.

—Yo…