Un Pequeño Milagro [Adrien & Marinette]

Capítulo 19- Día De Playa

Un mes transcurrió para Adrien y Marinette.

Pronto lograron confiar en el otro y su relación se fortaleció. Todo rastro de dolor a causa del rechazo se desvaneció y lo único que quedaba era disfrutar del amor que sentían.

Y todo gracias a una pequeña presencia.

Durante la mañana soleada de París, los estudiantes dieron por inicio las vacaciones de verano a pesar de los difíciles exámenes.

—¡Al fin terminaron las clases! —Marinette tomó a Louis en sus brazos y comenzó a girar con él—. Podremos hacer muchas cosas en estas vacaciones, ¿verdad que sí, pequeño?

Louis respondió con una sonrisa en su rostro, gesto que pudo desarrollar con el tiempo.

—Aww, es tan adorable —comentó Tikki.

—Lo sé —rio Marinette.

El teléfono de Marinette comenzó a vibrar, indicando que tenía una llamada.

<< LLAMADA ENTRANTE: Gatito ♡ >>

—¿Hola? —Marinette contestó sosteniendo al pequeño rubio con un brazo.

—Buenos días, Mi Lady, Alya y Nino nos están esperando, ¿ya estás en el parque? —dijo Adrien.

—Todavía no, iré enseguida —respondió.

—Viéndolo de ese modo… Pensé que necesitarían compañía.

—¡Marinette, Adrien está aquí! —se escuchó el grito de Sabine desde el primer piso.

Marinette entrecerró los ojos divertida.

—Entonces bajaré enseguida —rio y colgó la llamada.

—Últimamente Adrien te ha acompañado a diferentes lugares, ¿no lo crees? —cuestionó Tikki divertida.

—Eh… ¿A qué te refieres? —Marinette acomodó a Louis en su brazo, quien hacía sonidos en su boca.

—A que Adrien está haciendo un excelente trabajo como novio —sonrió pícara.

—Tikki, él no es mi novio —apretó los dientes.

Louis soltó una pequeña risa, sorprendiendo a las presentes.

—Hasta Louis sabe cuando mientes —dijo la kwami victoriosa.

Después, Marinette bajó de su habitación con Louis en sus brazos, percatándose de la presencia de Adrien desde la entrada, hablando con Tom y Sabine, hasta que ambos adolescentes hicieron contacto visual.

Marinette sintió una sensación maravillosa al ver forjarse la sonrisa del rubio.

—H… Hola, Adrien —se sonrojó.

—Hola, Marinette —respondió sin quitar su sonrisa, acercándose a Louis—. Y hola para ti también, Louis.

El pequeño respondió con una sonrisa.

—Volveremos en un rato —se despidió Marinette.

—Diviértanse —respondió Sabine.

Y en cuanto se fueron, Tom derramó algunas lágrimas.

—Hacen una gran pareja —comentó él.

[…]

En el parque, ya reunidos con Alya y Nino, los cuatro caminaron y conversaban de diferentes cosas, sintiendo la gran brisa del aire a pesar del calor que hacía en ese momento.