Capítulo 17.

343 6 0
                                    

Estoy sentada en la cama y las sabanas cubren mis piernas. Me froto los ojos y estiro la cabeza de lado a lado. Amy quita la vista de su gran ropero repleto de prendas de todo tipo.

—No sé que ponerme mañana para la fiesta —me dice con las manos en la cabeza y seguidamente estira los brazos y bosteza.

Pongo los ojos en blanco y me limito a pensar en Niall. ¿Qué estará haciendo en este momento? ¿Por qué le echo tanto de menos si sólo hace unas dos horas desde que le vi? Sarah, tú nunca has tenido que depender de la sonrisa de nadie y menos de un chico. Nunca, y ahora no va a ser menos. Debes sacartelo de la cabeza aunque cueste.

—¡Sarah, vuelve al planeta Tierra! —giro la cabeza y asiento—. ¿Tienes algo pensado para la fiesta?

"¿La fiesta?" Oh, sí, qué emoción. Estoy deseando de ir allí y encontrarme con miles de personas ebria y otras tantas por caer, eso realmente es mi adicción. 

—Ni siquiera sé si iré —dijo seca—. Buenas noches.

Me sonríe como si ese fuera su "Buenas noches". Le devuelvo la sonrisa y me tiendo, pongo las sabanas perfectamente colocadas sobre mi cuerpo y pienso en mi familia. Admito que les echo de menos y que me vendría genial verles, pero me temo que eso no puede ser posible. Sólo quiero descansar junto a mis seres queridos. Pensando en todo esto y reflexionando otras tantas cosas el sueño me acaba venciendo.

ZzZzZzZzZzZzZZZzzzZZZZzZZ.

Son las cinco de la mañana, me despierto gracias al viento que sopla, silva y golpea las ventanas haciendo que emitan un ruido fuerte y desagradable. Miro la ventana que está abierta y la cortina vuela de un lado a otro, el árbol del campus se refleja en mi habitación, la sombra de las ramas sobre el suelo se balancean gracias al viento estremecedor. Veo unas manos aferrándose a la ventana. Hay alguien que al otro lado que intenta subir. No puedo negar que realmente estoy pasando por una situación incómoda. Alguien aterriza en mi habitación y veo una cara familiar, no me la esperaba para nada.

—Hola nena —murmura sonriente.

—¿Y tú que haces aquí? —pregunto—. ¡Me has despertado! —miento.

—Seguro, seguro...

—¿Cómo que seguro...? —pregunto interesada.

—Nada nada —intenta desviar la mirada a otro lado.

Me levanto de la cama intentando hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Amy que es lo último que quiero que pase en este maldito momento. Estamos a escasos centímetros y puedo sentir su respiración agitada. ¿Y eso? Ahora soy yo la que intimida y hace que el otro se intimide e intente no mostrarlo.

—Parece que tu intención y meta es molestar lo más posible a la gente. 

Su rostro cambia totalmente y me mira fijamente, aprieta la mandíbula y me coje de la muñeca. 

—¿Mañana vas a ir al baile? —pregunta con tono amenazante.

—Probablemente sí —contesto rápidamente y gimo.

—¿Tendrás pensado venir conmigo, no? —sonríe.

—N-no sé —tartamudeo.

—Sarah, eres mía, nena. Sólo mía —me dice aproximandose cada vez más a mi y eliminando aquellos escasos centímetros que hace tan sólo unos minutos manteníamos.

—Niall, por favor... —él no me escucha y acaricia mi oreja susurrándome cosas preciosas por el oído.

Me coge de la cintura y me abraza. Me dejo llevar y yo también lo abrazo. Ya no hay centímetros, ni distancia, ni nada que nos impida poder estar juntos. Mis cables que recorren mi cuerpo se cargan de electricidad. Intento escabullirme de él pero resulta en vano, es fuerte y yo soy débil. No podía hacer nada a su fuerte agarre. Sólo debo de aguantar. Nuestras frentes chocan y su caliente aliento inunda mi pálida cara, huele a menta. Mi corazón acelera y mi respiración se agita, cada vez va más rápido y siento la pequeña carcajada de Niall.

START | Niall Horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora