Capitulo 3.

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Terminé de cantar un párrafo y alcé la vista hacia el maestro, me sonreía.

—¿Qué sucede? —pregunté avergonzada.

—Es magnífico, tan sólo has tenido unos desafines por los nervios, me supongo. Trabajaremos esa canción a fondo. ¿De acuerdo? No me cabe duda de que lo llegarás a hacer genial.

—Estoy totalmente de acuerdo —acepté con un hilo de voz.

Proseguimos con la clase, se me hizo muy corta para ser sinceros. Ahora tengo otra hora más de clase, irá sobre lo mismo tan sólo que con otro profesor. Amy y yo esta vez nos sentemos muy cerca, las dos estábamos nerviosas.

—¿Qué tal te fué? —le pregunté.

—No tengo queja, lo hiciste muy bien —me dijo agarrándome la mano.

Le sonreí. La clase comenzó.

—Lo siento. ¿Puedo entrar? —dijo el chico rubio. No volveré a llegar tarde, lo prometo.

Esta vez era una profesora, ella asintió y le señaló un sitio que no estaba ocupado.

Ese chico anónimo obedeció a la profesora. Parecía de origen irlandés.

«Si te toca cantar debes tranquilizarte e intentar hacerlo lo mejor posible.»

—Muy buenas tardes. Soy Kate vuestra maestra, espero que seáis una clase de diploma. Hoy solamente vamos a presentarnos y quien lo desee que cante algo —dijo seria.

La maestra estaba andando de lado a lado de la clase y me estaba poniendo nerviosa.

—Srta. Amy ya que nadie se ha ofrecido, canta tú algo, enseña tu voz.

Amy cantaba precioso, me fascinaba su voz. 

—Muy bien —dijo la maestra.

¿Sólo muy bien? pensé. Esta maestra no es del todo de mi agrado. Terminó la clase al fin y era la hora de almorzar, no tenía queja puesto que era buffé libre. Amy y yo como siempre íbamos juntas. Nos sentemos solas en una mesa que estaba al lado de la ventana.

—Sarah, ese chico no deja de mirarte —dijo cogiendo un trozo de pizza.

—¿Ese rubio? —miré desimuladamente—. Llevo desde que vine aquí observándole, nunca me he atrevido a hablarle, no sabía que me mirara tan descaradamente.

—Me han dicho que ese chico nunca ha salido con nadie que es muy resguardado y finalmente que está esperando a su chica ideal.

—No sabía de eso —afirmé.

Terminemos de comer y dejemos las bandejas y el resto de cosas a un lado.

START | Niall Horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora